Para claridad de lo está sucediendo en la economía y en las finanzas mundiales, es necesario hacer un pequeño recuento de los hitos más importantes que están en el origen de la presente dinámica volátil de los mercados bursátiles y lograr una opinión general sobre cuál es la mayor preocupación de la recuperación financiera.
Recordemos que la industria montada en EE UU., con la gran inversión que demandó la II G. Mundial, luego se transformó para la producción civil, permitiendo el auge durante los años 50´s y 60´s. Posteriormente, uno de los primeros signos de problemas estructurales en la economía mundial, surgió a mediados de los 70´s con la crisis del petróleo. Producto de la fuerte alza del precio de los combustibles, quedó obsoleta la vieja industria fabril que venía desde fines del siglo XIX y se convirtió en lo que hoy se llama el cinturón del óxido. Posteriormente, en los años 80´s, específicamente bajo el mandato del ex Presidente Ronald Reagan en 1981, se inician los 3 decenios siguientes con fuertes desregulaciones y aumentos de la deuda, que luego hombres como, Donald Reagan, Alan Greenspan, Robert Rubin, Lawrence Summers, etc., le pondrían la lápida a toda la legislación reguladora de Roosevelt, que surgió en varias décadas como consecuencia de la gran depresión de 1929.
Probablemente hayan sido los efectos de la crisis de los 70´s lo que motivó en Robert Rubin, a quién se atribuye el inicio de esta política en tiempos de Clinton, la creación de la respuesta que permitiera a EE.UU., crecer sin inflación, manteniendo la hegemonía del dólar y que aumentara la riqueza de los norteamericanos. La solución de Rubin, fue, globalización, desregulación financiera, importación de productos baratos y déficit comercial financiado por un superávit de capital. Desde la aplicación de esta política, el gobierno de Clinton fue el único que pudo dejar excedentes con dicha política, sin embargo, aún era temprano para mostrar las debilidades de un modelo de crecimiento que aún no se intensificaba en globalización, para que se notaran sus fallas en las décadas siguientes y las que se observan en nuestros días, como sus mayores consecuencias.
Algunas personas aún ven en la globalización un fenómeno casi ligado a la génesis de la humanidad y no como resultado de decisiones fríamente calculadas por influyentes personajes de la banca, el dinero y de la política, lo que les ha permitido saber con meses de anticipación, qué ocurrirá en la economía mundial y en su propio país. Las decisiones son tomadas por poderosos hombres “sin rostro”, que creen, piensan y sienten pertenecer a una casta superior, distinta del resto de los humanos, unida a una especie de designio divino, propio de una religión secular, que los impulsa a determinar lo que Ud., puede hacer, consumir, o peor aún, influir en los millones de personas que morirán en el tercer mundo, producto de sus políticas excluyentes que elevan los precios de los alimentos.
En la economía se vienen destruyendo millones de puestos de trabajo en sucesivas crisis financieras, incluida la actual, apreciándose una acentuada concentración de poder y acumulación de riqueza, producto de la feroz competencia en su accionar mundial, obligando a muchas fábricas a cerrar, otras a reducirse con innovación tecnológica y las que operaban como transnacionales emigraron para instalarse donde hubieran costos y mano de obra barata, como China, India, Corea, etc. En los años 2000, salta la burbuja de las empresas “punto.com”.
Con la disminución del PIB en EE UU., se produce un crecimiento exponencial de la deuda y la desregulación introducida en el mercado incrementa el abuso financiero, acentuado por la globalización , donde se nota la irrupción del factor China, cuyos objetivos fueron plasmados en el documento “Plan de mediano y largo plazo para el desarrollo de la ciencia y la tecnología (2006-2020)”, que explica los términos. China construirá su dominio “fortaleciendo la innovación a través de la co-innovación y la re-innovación basada en la asimilación de tecnologías importadas”. Estos cambios producen un problema estructural, que explica Michael Spence, ganador del Premio Nobel de economía 2001, que como norma de desequilibrio se traduce en que los costos de producción de EE UU, siguen tan altos, que hace difícil competir con China y con otras economías emergentes. Paul Krugman, a su vez, agrega un elemento adicional cuando dice, “que la innovación tecnología ha dado un giro que coloca en desventaja a la actividad laboral” y que el capital está tomando ingresos que corresponden al sector laboral.
Los subsiguientes estímulos monetarios, y el aumento brusco de las tasas que en 3 años suben desde el 2% al 5,75%, son determinantes para la aparición de la deuda “sub prime” cuyas hipotecas son la base de la crisis en los años 2008 y 2009, con una recesión que se dispersó por todo el mundo, en especial con gran daño para EE UU y Europa y que aún sigue presente en todo el mundo. La dura realidad de la economía y las finanzas actuales, no son para nada auspiciosa de buenas noticias, que nos permitan ver el futuro con tranquilidad.
Los mercados están en un momento de gran amplitud de liquidez, con una FED que tiene dudas sobre continuar su política expansiva hasta ver claros resultados de recuperación económica, o iniciar el término de dicha política que totalizará a fines de este año en US$ 4 billones de dólares. Los países más desarrollados todavía se mantienen en una senda de débil crecimiento lo que les indicaría continuar emitiendo dinero. El economista N. Roubini cree que “el exceso de liquidez y las políticas de tasas de interés cercanas a cero, han provocado mercados financieros «espumosos», que eventualmente podrían derivar en burbujas más grandes”. Además hace una reflexión interesante pensada para el mediano plazo, que podría transformarse en corto plazo cuando dice, “los bancos centrales se enfrentan a un dilema. Si los responsables de las políticas se toman con calma la subida de las tasas para acelerar la recuperación económica, se arriesgan a causar una burbuja de activos de pesadilla, que podría conducir a una depresión, a otra crisis financiera masiva y a una rápida caída hacia la recesión.
Esta opinión no es única, hay indicadores como el de “Capitalización total del mercado de valores de EE.UU. vs al PIB de EE.UU”, que muestran este ratio en 96%, como la lectura más alta en toda la historia y una sensación que produce incertidumbre en los inversores, en cuanto a que la eficacia de la política aplicada no está produciendo los resultados deseados y que el dinero está moviéndose en el campo de la especulación financiera. El dilema de varios economistas es que si se intervienen las burbujas en forma anticipada con aumento de tasas, caerán los mercados de bonos y paralizará la recuperación con gran perjuicio económico y financiero, es decir, vuelve a colgar la espada de Damocles sobre sus cabezas, tanto si actúan como si no lo hacen. Sin embargo, es interesante comprobar que la FED no está preocupada por los niveles alcanzados en el mercado de valores, y por el contrario, considera que podría estar aún infravalorado, opinión que no tiene grandes seguidores.
Por cada dato que aparece favoreciendo la recuperación de la economía, se producen alzas en las bolsas, pero si el dato es importante, las hace bajar como una señal que hace prever un retiro cercano del estimulo monetario de US$ 85.000 millones mensuales. Las opiniones que se observan es que, “la Reserva Federal de EE.UU. ha inflado la burbuja de los mercados y ha debilitado a los países en desarrollo, pero se niegan a admitirlo. La inyección de dinero efectivo continúa y la burbuja podría estallar en 2014”, según predicen los economistas. Otra gran proporción de opiniones contraria a la FED argumentan que la compra de bonos está ayudando poco y realmente está empeorando la recuperación, ampliando el saldo de la FED a proporciones de burbujas de tamaño mayor. Bob Janjuah, estratega de Nomura Securities, advierte que una gran burbuja estallará pronto, de tal forma que en los últimos tres trimestres del año 2014 y en 2015 el mercado de valores podría caer entre un 25% y un 50%.
En Europa se ha producido un retroceso. La deflación empieza a ser una preocupación para diversos estados de la zona euro. Hace una semana la estimación preliminar de Eurostat, los precios al consumidor mostró que la inflación en la zona euro había caído de un 1,1 % en septiembre a 0,7 % en octubre y el Banco Central Europeo respondió reduciendo su principal tipo de interés del 0,5 % a un 0,25 %, un nuevo mínimo histórico, aunque en Europa a nivel de las personas, éstas aprecian una pérdida de poder adquisitivo en sus compras habituales. Para el sur de Europa, el endeudamiento tanto público como privado es excesivo y agobiante. Cuando la inflación es baja, se vuelve mucho más difícil para ellos aligerar la carga de deuda que llevan.
Latinoamérica se encamina a registrar este año una de las tasas de crecimiento económico más bajas en una década, según un alto funcionario del Fondo Monetario Internacional. Todo esto ante los indicios de que EEUU podría comenzar a disminuir sus políticas de dinero fácil y un descenso en los precios de los bienes básicos, los commodities que produce Latinoamérica: carbón, hierro, soja, cobre, oro y café. Los precios de estos bienes básicos han caída drásticamente en el último año ante una menor demanda de China. La estimación de crecimiento de América Latina es menos de 3% y para México se estima en apenas 1.8%. “Desde una visión a largo plazo, los precios van seguir altos, aunque si, por ejemplo, se compara el precio del cobre en 2014 con el del periodo 2011-2012, habrá un caída importante”, expresó el experto de la CEPAL Osvaldo Rosales. La preocupación que existe en Latinoamérica, es que un cese parcial o total del estimulo monetario en EE UU, producirá el retiro de inversiones.
Pueblos y centros comerciales fantasmas. Dado que el crecimiento se desacelera, la gran inversión de China en infraestructura está resultando cada vez más difícil de sostener, dejando una serie de proyectos ambiciosos como ciudades, centros comerciales, e incluso un parque temático, vacíos y abandonados. Existe una burbuja estimada entre 65 y 87 millones de viviendas desocupadas, lo que unido a la caída de las exportaciones, la recuperación de la deuda morosa de mala calidad y la readecuación de la vieja industria que funcionó en los momento de auge, auguran que China tendrá un crecimiento pausado y centrado en el consumo interno. Las restricciones en China son variadas, desde el bajo nivel de remuneraciones en la gran mayoría de la población, la corrupción en las empresas públicas, las burbujas en la vivienda, el crédito, etc., ha motivado a la cúpula de los líderes de China a aprobar su mayor reforma económica y social en 35 años. Esta semana se reunirán 376 líderes del Partido Comunista Chino para decidir las orientaciones de la economía del país, que irían en la línea de incrementar la demanda interna para minimizar su dependencia en las exportaciones y de la inversión pública. El crecimiento de China en los nueve primeros meses de este año fue de un 7.7%, el ritmo más lento desde 1999.
Lo que viene serán más fluctuaciones de bolsas que vigilan muy atentas a la FED, que dice no estar preocupada de continuar la emisión, hasta que existan fuertes signos de recuperación. Sin embargo, los mercados no creen que se pueda continuar el estimulo, debido a la enorme liquidez de millones de millones de dólares que se han acumulado en los bancos, los que han optado no arriesgar en créditos, hasta no ver claridad lo que sucede en la economía.
Mario Briones R