La campaña electoral ha estado absolutamente llena de ambigüedades, imprecisiones y generalidades, pues los candidatos con mayores recursos que representan como dos caras de una misma moneda al gran empresariado no se aprestan a cumplir nada relevante. Sólo hablan con claridad “los chicos” y como son “chicos” no los ponen. Ese es el pretexto.
Los candidatos eluden sus reales posicionamientos e intenciones. Matthei defendiendo los trabajadores, Golborne nos viene a defender , Bachelet trae ahora la educación pública y gratuita, ¿pero por favor quien cree eso?
Esteban Silva , candidato allendista a senador por Santiago Oriente, ha roto con esta práctica y ha publicado un libro que recopila sus luchas reales, no lo que promete hacer y que le define con claridad. El texto se llama “Reflexiones Allendistas desde nuestra América y el Sur”.
El título tiene ya sabor martiano, Nuestra América. Son reflexiones desde el allendismo sin inhibiciones.
Se confronta también con una vieja tradición chilena, reflejada en la respuesta de Vicuña Mackenna a Barros Arana cuando este le manifestaba sus temores al publicar su primer libro, “publique no más , si en Chile nadie lee nada”.
La izquierda siempre escribió, era su tradición, el viejo Trotsky y su notable “Historia de la Revolución Rusa”. Los viejos próceres del socialismo chileno también, Salomón Corbalán, Raúl Ampuero y Carlos Altamirano.
Hoy los que se llaman socialistas, pues el papel aguanta todo, no escriben. ¿De que podrían hacerlo?. ¿De cómo salvaron a Pinochet de Londres, cómo llegaron de las barriadas pobres a Vitacura defendiendo a los pobres del campo y la ciudad?
Silva recopila sus luchas con los aciertos y errores. No vino la unidad de la izquierda luego de la candidatura de Arrate, unos capitularon, otros se fueron a un sectarismo de rasgos psicológicos, otros a la cola de figuretis de cartón, no pasó lo que Silva pronosticaba.
Las luchas de Silva han tenido dimensión continental, fue importante en el Perú contra la dictadura de Fujimori. Las luchas encariñan con los pueblos, tanto como llegar a decir que los soldados chilenos robaron libros en Lima, robar no es lo mismo que incautar.
Son detalles, Silva muestra casi 30 años de lucha social en la izquierda chilena. Disidente notorio en el Partido Socialista, excluido de toda responsabilidad en el gobierno a pesar de sobrarle talento, muy por sobre cualquiera de los funcionarios conservacionistas en el ministerio de Relaciones Exteriores, con amistad personal con muchos presidentes latinoamericanos.
El libro se ocupa, en un capítulo muy interesante, de las agresiones diarias de EE.UU. contra Cuba, que Silva las ve, sin quedar como mero testigo desde sus responsabilidades en el gobierno democrático de Toledo.
El texto refleja también luchas desconocidas para el gran público chileno, como las del pueblo Saharahui, árabes de habla castellana sojuzgados por la monarquía medieval Marroquí, ante cuyas generosas dádivas han claudicado tantos políticos chilenos.
El libro es interesante y usted puede tenerlo gratuitamente si le escribe al autor a esilvac55@gmail.com
ROBERTO AVILA TOLEDO