Diciembre 12, 2024

El liceo y la “aplicación” de la violencia: el mayor responsable, el presidente Piñera

“Esta violencia es indignante e inaceptable. ¿Qué pasa con estas personas?, ¿tiene que morir alguien para que reaccionen? Tal como anuncié, la próxima semana presentaremos proyecto de ley urgente para expulsar a los violentistas de nuestro sistema escolar y proteger a la comunidad escolar”.

 

 

Esta declaración de Sebastián Piñera, a través de su cuenta de twitter, condenando los actos violentos en el Liceo de Aplicación, hace dos semanas, demuestran el doble estándar de la derecha con respecto de la violencia ejercida por grupos de jóvenes, dependiendo del país en que se producen. En una columna publicada en este medio, el 17 de mayo de 2018, en forma de  “Carta abierta al Presidente Sebastián Piñera”, en que le formulo varias preguntas sobre la actuación injerencista de su gobierno respecto de las relaciones con Venezuela, en las que critica la represión de ese gobierno contra las protestas “pacíficas”  (misma represión  que en Chile se da, la mayoría de las veces, con mayor violencia por parte de la policía militarizada de Carabineros),  en uno de sus párrafos acoto lo siguiente: Es de esperar que las protestas  (en Chile) no se vuelvan cada día más radicales o violentas (cosa que no me extrañaría si su gobierno sigue por la pésima senda de la que ha mostrado hasta ahora), pues si se imitaran las “pacíficas guarimbas”  (con quema de jóvenes por tener cara de chavistas, quema de edificios institucionales, quema de hospitales infantiles, etc.), que realiza la democrática oposición venezolana y que usted, presidente Piñera, ha avalado, no quiero ni pensar qué grado de agresividad va a alcanzar la represión por parte de su gobierno, dirigidas desde el Ministerio del Interior que dirige su primo y “cómplice pasivo” de la dictadura.

 

Como lo advertía en esa carta, el tiempo me daría la razón: ¿existe un acto más violento –como lo han advertido educadores y psicólogos- que expulsar a un adolescente de un colegio, aunque haya cometido un acto de suma violencia, como es lanzar una bomba “molotov” dentro de su establecimiento educacional? Justamente ayer, 27 expertos (psicólogos, doctores en educación, profesores universitarios, etc.), le envían al presidente Piñera,  un estudio en que expresan que es precisamente a esos jóvenes, a los que hay que atender con mayor preocupación, pues, obviamente, son los que se encuentran en situación más vulnerable y que expresan su rabia a través de la violencia.

 

Pero no, por supuesto, el gobierno de extrema derecha, cree solucionar este grave problema con más violencia, atacando sus consecuencias, a través de un proyecto de ley denominado “Aula Segura”, con el que nadie está de acuerdo,  y no sus causas, como proponen los 27 profesionales en el documento al que hago referencia y en el que exponen su disposición para colaborar con el gobierno  y  buscar así, una verdadera solución al respecto.

 

Si el presidente Piñera avaló la violencia de la oposición venezolana, ¿por qué en nuestro país es “indignante e inaceptable”?

 

Y ya que hablamos de Venezuela, deseo referirme a otro aspecto que tiene relación directa con este tema:

 

Relativismo en Derechos Humanos.

Si bien el término “relativismo” nos remite a una corriente del pensamiento filosófico, (cuyo más claro representante es, tal vez, el filósofo e historiador alemán Oswald Spengler, en cuya obra principal La decadencia de Occidente  1918-1922,  se afirma  la relatividad, no sólo del conocimiento, sino de todos los valores fundamentales de la vida humana en las épocas de la historia), actualmente, ha sido mencionada en forma recurrente, especialmente por algunos militantes del Frente Amplio, para referirse a la postura de algunos camaradas del sector  más a la “izquierda” del conglomerado, referida a los derechos humanos en países progresistas o izquierdistas de Iberoamérica.

 

En efecto, el diputado del partido Liberal, Vlado Mirosevic, ha criticado fuertemente, a través de los medios de comunicación, el que algunos diputados de la bancada no han estado dispuestos a condenar la violación de los D.D.H.H. en Venezuela, Cuba y Nicaragua. No ha sido el único, pues en Revolución Democrática han expresado, también a través de los medios, que no están dispuestos a formar coalición con los partidos o movimientos de la izquierda del Frente Amplio, que no condenen a los gobiernos de los susodichos países.

 

Es curiosa la postura del diputado Mirosevic, pues si de relativismo se trata, habría que empezar por interpelarlo a él, preguntándole el porqué no ha condenado al gobierno de México, que según la reciente información, durante el mandato de Peña Nieto,  han desaparecido más de 38 mil personas y no pasa semana en que no asesinan a un periodista, sea hombre o mujer;  o al gobierno de Colombia, en que los asesinatos a líderes sociales son pan de cada día, y que ya casi no es noticia que encuentren fosas con cadáveres mutilados; o al siniestro gobierno de Temer en Brasil, que ha militarizado las favelas donde asesinan o violan a niños, niñas y jóvenes de ambos sexos y que además ha asesinado a líderes sociales, en que los crímenes permanecen en total impunidad; o al gobierno del payaso Jimmy Morales de Guatemala; o, yéndonos un poco más lejos al gobierno nazi-sionista de Israel con los crímenes perpetrados, especialmente en la franja de Gaza contra mujeres, ancianos y niños; o, por último, pero no menos importante, la violación de los derechos humanos que cada día inflige  Estados Unidos en los países que invade con total impunidad; también en su propio territorio, invocando la Ley Patriota, promulgada después del auto atentado a las Torres Gemelas y que permite a la policía detener y allanar domicilios de posibles “sospechosos”, sin orden judicial? En este mismo sentido, ¿por qué no se le exige a la derecha la condena  a estos gobiernos de derecha y otros más, que violan los derechos humanos permanentemente?

 

Y ya que nos hemos referido al Frente Amplio, que al decir de Mauricio Redolés “estos jóvenes creen que han inventado el café con leche”, les quiero pedir muy humildemente que se informen mejor e investiguen con mayor rigurosidad sobre las relaciones de poder, especialmente  en Chile,  como en Iberoamérica y el mundo, antes de hacer declaraciones por los medios de comunicación.  Y otra cosa de suma importancia en política: discutan sus controversias en privado, en congresos, encuentros, tomándose un cafecito o qué sé yo, y no por la prensa. Cuando ya se hayan puesto de acuerdo al menos en los puntos básicos  que quieren para el desarrollo político-social del país, confeccionen un documento ideológico-programático, llaman a conferencia de prensa y  lo presentan a toda la ciudadanía. Los optimistas y tozudos que todavía tenemos alguna esperanza en vuestro movimiento, les estaremos eternamente agradecidos.

 

Almagro y una posible intervención militar en Venezuela.

Hace unos días, más precisamente el día 24, el abogado Eduardo Contreras publicó en Clarín, una excelente columna titulada “Fuera Almagro”, en la que hace una muy documentada descripción de lo que fue su relación con Luis Almagro cuando éste era Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay y él era embajador de Chile ante ese gobierno. 

 

El relato de Eduardo Contreras es clarísimo en demostrar, sin lugar a dudas, que Almagro es un “esperpento manejado por el imperio”, “un personaje repudiable que incita a la violencia y a la confrontación, no sólo en Venezuela, sino también en Nicaragua, Bolivia y Cuba”.

 

Es decir, este personajillo habría tenido una misma  “evolución” de sus principios, abjurando de todo lo que antes decía adorar, tal cual como otros personajes que tenemos por acá, que los han transformado en seres abyectos, traidores,  felones, yanaconas y acólitos del imperio.

 

Sin embargo, en el caso de Almagro, según mi parecer, la situación es mucho más grave: el señor Luis Almagro padece de altos índices de enajenación mental.

 

Ayer, me di el trabajo de escuchar el discurso que grabó Almagro en la sede de la OEA para explicar que no dijo lo que dijo en Colombia respecto a la opción militar en Venezuela; después dijo que no se iba a desdecir de lo que dijo y que no pensaba irse de la OEA. Pero lo más grave, en palabras que no pueden ser otras que de un desquiciado mental, comparó lo que sucedía en Venezuela con la crisis humanitaria en Ruanda y los crímenes del régimen de Pol Pot, que se produjeron, según él” por la desidia del mundo de no haber intervenido para evitar dichas masacres y que por lo tanto, había que intervenir en Venezuela. Claro está que, al igual que las mentes esquizofrénicas, tuvo su momento de lucidez, pues se cuidó de no mencionar los asesinatos de un millón de “comunistas” durante el régimen de Suharto en Indonesia, crímenes que utilizó Patria y Libertad y la extrema derecha en Chile durante la Unidad Popular, para amenazar a los simpatizantes de izquierda con la frase “Yakarta ya viene”, pintada en los muros de edificios de Santiago y otras ciudades y que, como todos sabemos, después del golpe de Estado, cumplieron a cabalidad.  

 

Y este desquiciado mental es el que despacha desde las oficinas de la OEA en Washington y que, a pesar de declaraciones más o declaraciones menos, el Nido de Ratas de Lima, sigue apoyando con singular entusiasmo. Es tanto el odio que este grupo de gobiernos  rastreros, serviles y sumisos le tiene al gobierno de Venezuela, que los enceguece y les impide apreciar en toda su dimensión, que el imperio los está utilizando para desestabilizar a toda América Latina, con consecuencias insospechadas para cada uno de nuestros países y que según su creencia,  a ellos no los va a afectar. Les recuerdo, a estos gobiernos, que en los códigos de la mafia, los primeros que  son ajusticiados son los traidores. En el caso de los golpes de Estado aupados por el imperio, cuando ya no le sirve el pelele que  puso a cargo del gobierno, lo saca sin miramiento alguno (recordarán el caso del general Noriega de Panamá). Es más, es cosa de ver lo que sucede en el seno del propio gobierno de Donald Trump, con las intrigas y traiciones que hacen palidecer a los mismos Borgia.

 

Si fueran un poquito más avispados, estos gobiernos debieran ser los primeros en exigir la renuncia de Almagro, pues un personaje de estas características, a los primeros que  perjudica (iba a decir desprestigia, pero  ya más es imposible), es a ellos mismos.

 

      

         

 

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