Diciembre 11, 2024

Rusia: “Vladimir Putin o el caos”

Anna Nivat, periodista francesa, en su libro Un Continent derriere Poutin, (Ed. Le Seuil, Paris, 2018) Un continente detrás de Putín, trata de explicar la relación entre  el pueblo ruso y su líder, Vladimir Putin. Después de haber recorrido desde Vladivostok hasta San  Petersburgo nos muestra el sentir de sus habitantes frente al llamado “fenómeno” Putin: constata, como es evidente que, tanto los franceses como los demás occidentales desconocen  la Rusia profunda; uno de los entrevistados dice, muy acertadamente, que Putin demoró 11 años en descubrir que Rusia era un gran continente que encierra misterios inescrutables.

 

 

A esta autora le interesa mucho más dar a conocer la opinión del pueblo ruso al occidente que desarrollar una nueva teoría sobre el muy carismático, popular y mediático, Vladimir Putin. Según Nivat, sería absurdo equiparar  a Rusia con Putin, pues hubo muchos ciudadanos que se abstuvieron de votar por él en las elecciones recientes de 2018, y otros lo hicieron al no existir otra alternativa. Es cierto que el porcentaje de 76,67% – cifra muy alta para cualquier candidato presidencial -, sumado  al 80% de popularidad que le dan ahora las encuestas de opinión,  son cifras que no pueden darse en ningún país occidental.

No podemos llamar a la  Rusia de Putin una democracia, pero tampoco podemos compararla con la dictadura soviética, ni tampoco con las recientes elecciones cubanas.

Usar parámetros europeos para comprender las elecciones rusas, además de mostrar ignorancia, es una estupidez: es cierto que el candidato rival de Putin fue puesto fuera de competencia a raíz de una acusación judicial, interpuesta por el poder reinante, y los demás candidatos eran casi desconocidos, pues no tenían ningún acceso al televisión oficial, único medio de comunicación en un país-continente, como lo es Rusia. El Partido Comunista en los últimos comicios siempre ha ocupado el segundo lugar, lo cual muestra que muy pocos ciudadanos desean la vuelta a la Unión Soviética.

En su recorrido, Nivat empezó con el testimonio de una familia, en Vladivostok, frente a Corea del Norte y  China. Antiguamente, los rusos visitaban China cuando Rusia era un país rico; luego, con el derrumbe de la Unión Soviética, Rusia se vio sumida en una crisis económica que, recién hoy está levantando con los 18 años de gobierno de Putin Hoy son los Chinos que hacen turismo en Vladivostok

El entrevistado de Vladivostok confiesa que en 2012 votó por Putin, pues lo identificaba con la colaboración con su ciudad, pero que no lo haría en 2018, pues Putin no había vuelto más a visitar esta lejana ciudad; su mujer también manifiesta su intención de abstenerse de concurrir a las urnas.

La periodista, al terminar el viaje en San Petersburgo, tuvo el coraje de entrevistar a una pareja de homosexuales, quienes dieron testimonio del peligro que corrían de ser golpeados si los descubriesen tomados de las manos por las calles de la ciudad. En cierto grado, este grupo de personas tienen que vivir en forma bastante discreta.(En Chechenia son enviados a campos de concentración)

Para Nivat la explicación del éxito y la popularidad de Putin radican en el sentimiento de orgullo patrio, recuperado luego del derrumbe de la Unión Soviética que sumió en la miseria a la Rusia de Boris Yelsin, convirtiéndola en un país de segunda categoría, con el peligro de ser ninguneada por cualquiera de las grandes potencias.

Para Putin el descalabro de la Unión Soviética provocado por la Perestroika de M. Gorbachov y la balcanización llevada a cabo por Boris Yeltsin con la pérdida de los países satélites, ha sido el más catastrófico error histórico de ese gran país.

El gobierno de Yeltsin quiso entregarse completamente a Occidente, pero Europa y Estados Unidos, en forma muy torpe y en vez de ayudar a los vencidos, eligieron el camino de aplastarlos, temiendo que el “oso ruso” resucitara y pusiera en peligro el mundo unipolar que habían construido.

¿Cómo explicarse que Estados Unidos y la Unión Europea no sólo hayan mantenido la OTAN, sino que también hubiesen aprovechado la independencia de los países antes pertenecientes a la Unión Soviética para acrecentar su poder? La OTAN no tenía como objetivo combatir el terrorismo islámico que, lejos de ser su enemigo, es fruto de su propia invención sino que combatir, como antes   lo había hecho con la Unión Soviética.

No se puede negar que Putin, durante estos 18 años en el poder, ha sabido convertir a Rusia en una potencia mundial, y sólo la ceguera de los países occidentales movidos, tal vez, por una arrogancia sin límites, pueden sostener que la Rusia de Putin está aislada, pero ocurre lo contrario: no sólo forma parte del BRIC (Brasil, Rusia, India y China), sino que también tiene como aliados a los países del Oriente Medio, (Irán y Siria).

(En el próximo artículo analizaremos la ideología y la geopolítica de Putin).

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

03/05/2018  

  

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