Diciembre 4, 2024

Dime con quien andas…

Y te diré quien eres, afirma la sabiduría popular. La que también advierte que “hay amores que matan”.

Y lo recordamos a propósito del público apoyo de Mauricio Macri, actual presidente de Argentina, un recalcitrante derechista que también salvó raspando de un proceso judicial en su contra, otorgado al candidato Sebastián Piñera de cuyo vasto prontuario resulta innecesario comentar por ser conocido de todos.

 

El mandatario trasandino afirmó que ” hace muchos años que soy amigo de Sebastián, lo admiro y creo que es un gran dirigente”, dice el Presidente argentino en un video publicado por el propio candidato de Chile Vamos. Jugosos negociados les unen.

También se ha ufanado del apoyo de Leopoldo López, a través de su cónyuge. Pero calla que López está procesado judicialmente y con detención domiciliaria por su responsabilidad en graves sucesos como jefe de la oposición golpista en Venezuela.

Piñera aseguró además que le apoyaba el médico norteamericano Patch Adams, el de la llamada “risoterapia”, lo que el profesional desmintió tajante y públicamente

Mientras esto sucedía, se encontraba en Chile José Mujica, el ex presidente del Uruguay, quien viajó expresamente a nuestro país para testimoniar su apoyo al candidato Alejandro Guillier en actos masivos de cierre de campaña de cara a las elecciones de este domingo.

Mujica, ex combatiente Tupamaro y ex gobernante en representación del Frente Amplio del Uruguay a quien tuve la oportunidad de conocer en su país durante los años 2014 y 2015, en donde pudimos conversar en especial respecto de América Latina, es sin duda y por diferentes razones una de las figuras políticas más respetables y respetadas en todo el mundo.

Pude compartir con él en diferentes ocasiones, ya fuera en reuniones formales como cuando las dos visitas presidenciales oficiales de nuestra Presidenta Michelle Bachelet, o cuando se entrevistó con la Senadora chilena Isabel Allende, o con nuestros diputados Camila Vallejos y Giorgio Jakson, o igualmente en esos inolvidables encuentros en el llamado “Quincho de Varela” muy cerca de su modesta vivienda en los alrededores de Montevideo, donde a propósito de fraternales celebraciones compartimos con él – junto a muchos y apreciados amigos – los exquisitos asados uruguayos junto al buen vino chileno.

A su llegada a nuestro país esta semana, José “Pepe” Mujica explicitó su apoyo a Alejandro Guillier, con quien participó el miércoles en un acto en Valparaíso y el jueves en el cierre de campaña en el Paseo Bulnes, en pleno centro de Santiago.

Parece evidente que la difusión que hizo Piñera del video con el saludo de Macri fue un intento de equiparar ese apoyo con el que Mujica prestaba a Guillier. Vano afán. Se trata de figuras que representan valores extremadamente contrapuestos.

Conociendo las características del candidato de la Derecha chilena, su ausencia de ética y su escaso desarrollo intelectual, hasta es probable que Piñera ni siquiera perciba las profundas diferencias que separan a ambos. O le dé lo mismo.

Los miles y miles de santiaguinos de todas las edades y sexos que repletaron la avenida Bulnes este jueves aplaudieron con fuerza y entusiasmo tanto el discurso del presidente Mujica como el de nuestro candidato.  Esa noche y mientras se cantaba  ese himno inmortal del Pueblo Unido que no será Jamás Vencido, soplaron los aires de victoria que respiraremos de nuevo el domingo.

Es que no resulta posible admitir un nuevo gobierno de la Derecha chilena. Una derecha que, además, aunque se presente como portadora del orden y el respeto a la ley y la Constitución, ha sido históricamente la violadora de todo aquello. En efecto, nuestra historia está marcada por sucesos como la matanza de la Escuela Santa María de Iquique, la de Ranquil, San Gregorio, del Seguro Obrero y tantas y tantas más, todas del mismo origen y objetivo, opresión de los poderosos sectores conservadores contra quienes lucharon por sus derechos.

El peor crimen fue el golpe de Estado contra el Presidente constitucional Salvador Allende de septiembre de 1973. La Derecha y sus instrumentos políticos y empresariales, aleccionados y financiados por la CIA pusieron fin al Estado de Derecho en Chile  por muchos años. No parece necesario citar la cantidad y perversidad de los crímenes de lesa humanidad cometidos para imponer un nuevo modelo social que redujo al rol de “subsidiario” al Estado.

Hoy los personeros de la Derecha, adalides de Piñera, con la clara complicidad del gobierno de Macri y de uno que otro funcionario local suben y bajan las  escalinatas de tribunales en lo que constituye una evidente maniobra política. Hablo de la agitada búsqueda de la extradición y juzgamiento de Galvarino Apablaza, compatriota que fuera también víctima de la dictadura y al que, por su condición de dirigente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, opositor a Pinochet, se le atribuye una supuesta “autoría intelectual” en la muerte de Jaime Guzmán, ideólogo de la dictadura.

Saben perfectamente que no es verdad, pero ahí se les ve activando escritos y alegatos  como si alguna vez les hubiera interesado el respeto a la vida, el respeto a la dignidad humana, el respeto al Derecho, nacional e internacional.

Lo cual sucede para peor cuando recién la Corte Suprema, de oficio, decidió mantener en reserva los datos de los ex integrantes de la CNI quefueron recontratados por el Ejército como empleados civiles y que aún están activos en la institución. Un manto para arroparlos. La indignante resolución se dictó a continuación de otra de la tercera sala del mismo tribunal que rechazó una queja en contra de integrantes de sala de la Corte de Apelaciones de Santiago que, con toda razón legal y ética, había ordenado al Ejército entregar dicha información.

La Corte Suprema, aunque en fallo divididoestimó por mayoría que dar a conocer los nombres de los agentes represores de la dictadura “ vulnera la honra de los afectados

 ¿Honra los agentes de la CNI ? ¿ En qué país estamos?

Pero esto no quita el sueño a la Derecha ni a su candidato. Tampoco les importa la quema de documentos comprometedores de la responsabilidad de los agentes de Pinochet. No son temas para la UDI, para RN, etc… Menos le interesa a su candidato presidencial, orador principal en defensa del dictador cuando estuvo preso en Londres y que además no es un personaje especialmente preocupado del cumplimiento de  las normas jurídicas.

Si del respeto real a las leyes en nuestro país se trata, recordemos finalmente que, tal como ha sostenido nuestro colega el abogado don Alberto Espinoza, refiriéndose a la persecución a Galvarino Apablaza, en este caso se ha mantenido la persecución penal por un hecho que está absolutamente prescrito. No se trata de un delito de lesa humanidad, no es imprescriptible. Continuar el proceso contraría la Ley. No es el caso de los crímenes de la dictadura de la Derecha, por su esencia y naturaleza imprescriptibles.

Tampoco es ajustado a Derecho el cuestionamiento al refugio concedido al líder rodriguista y mucho menos la petición de extradición de quien fue en su tiempo prisionero y torturado por la dictadura de la Derecha.

Precisamente en el empeño de asegurar el respeto pleno a los derechos de todas y todos es que resulta tan importante el evento electoral de este domingo. A no olvidarlo.

 

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