El presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, propuso suspender los efectos de la declaración de independencia y abrir un diálogo con el Estado español tras los resultados del referendo del pasado 1 de octubre.
“No somos delincuentes, no somos locos, no somos abducidos, somos gente normal, que solo pide poner votar… No tenemos nada contra España y contra los españoles, al contrario, nos queremos entender mejor porque desde hace años la relación no funciona”, aseveró Puigdemont ante el Parlament, donde compareció para evaluar la situación política tras el referendo, suspendido por el Tribunal Constitucional y considerado ilegal por el Estado español.
Puigdemont aseguró que desde el inicio del proceso han pedido un diálogo con el Gobierno de España, mientras que la respuesta ha sido una negativa rotunda acompañada de las presiones policiales.
“No esperen de mi amenazas ni chantajes ni insultos, es bastante serio el momento”, afirmó Puigdemont y añadió que está consciente de los efectos que tiene la situación en la Generalitat, por la violencia registrada en la jornada electoral del 1 de octubre que dejó casi 900 heridos agredidos por la Policía Civil, cuando intentaba impedir la participación.
Aseguró que el Gobierno de Cataluña no se va a apartar del diálogo, la conciliación y el respeto de las diferencias. Recordó que desde la muerte del dictador Francisco Franco, Cataluña ha sido sino más el que ha contribuido con España y pensó que podía haber un nuevo sistema de relaciones.
Afirmó que en la actualidad hay una ley que rige y que no es el resultado de los deseos de los catalanes y además el Gobierno de España no ha hecho nada para cambiar esa condición.
“Con el paso de los años el sistema ha dejado de evolucionar hacia los objetivos de Cataluña, sino más bien ha involucionado”, sentenció y aseguró que el rechazo de España del Estatuto Autonómico de 2006 comenzó a agravar la situación y afianzar las intenciones independentistas.
“Hay un menosprecio grave hacia la cultura y la lengua catalana”, dijo y afirmó que por estas razones los ciudadanos han llegado a la conclusión de que es necesario que Cataluña se convierta en un Estado.