En diferentes ciudades del gigante asiático, miles de personas se congregaron para honrar la memoria de Mao Tse-Tung, líder histórico del Partido Comunista Chino y propulsor de la República Popular China, al cumplirse 40 años de su fallecimiento.
Miles de personas se congregaron hoy en la aldea natal de Mao, Shaoshan (provincia sureña china de Hunan), para conmemorar el 40 aniversario de la muerte del Gran Timonel.
Shaoshan, donde Mao nació un 26 de diciembre de 1893, amaneció hoy con sus calles llenas, después de que miles de personas de diferentes puntos del país se trasladaran allí para honrar su memoria.
Aunque se ha convertido de forma permanente en sitio de peregrinaje el lugar estaba aún hoy más atestado, según retratan medios oficiales como el diario Global Times.
Especialmente en la plaza del centro de la localidad, donde se erige una estatua de bronce del exdirigente de unos seis metros de alto, que representa a Mao durante la ceremonia de fundación de la República Popular de China en octubre de 1949, sus seguidores se congregaron para depositar docenas de ofrendas florales.
Tal aglomeración tuvo que ser controlada por la policía local, añade el Global Times (propiedad del Diario del Pueblo, el medio portavoz del Partido Comunista de China), que escoltó a la multitud que recordaba el fallecimiento del “padre” de la China moderna el 9 de septiembre de 1976.
Al igual que en Shaoshan, miles de personas aguardaban hoy cola en la emblemática plaza de Tiananmen para rendir homenaje a Mao en el sarcófago de cristal en el que está embalsamado desde que murió, en contra, no obstante, de sus propios deseos de ser incinerado.
Cerca, un retrato suyo preside la puerta frontal de la Ciudad Prohibida desde hace casi 67 años, uno de los iconos más preservados por China.
El Gobierno chino mantiene el precepto adoptado en los 70 de que Mao hizo un 70 por ciento de cosas bien, y un 30 por ciento restante de cosas mal, pero la gestión del legado del Gran Timonel no deja de ser polémica.