Diciembre 8, 2024

Urgente: ¡Que se aplique la carta, señores!

 

No es broma. Es trágicamente cierto. Y en el pedir no hay engaño.

Urgente. La Carta democrática mundial (vamos a soñar que existe) debe aplicarse en América.

 

 

Pido que se aplique la Carta en México, donde organismos estatales y locales están imbricados con las mafias asesinas que, dedicadas al comercio de la droga  con los EEUU, han asesinado y siguen asesinando a decenas de miles de personas, han hecho desaparecer impunemente a viejos y niños, comercian con el tráfico de mujeres y atentan, como todos saben, contra los más elementales derechos humanos. Desde 2006 en adelante mueren, a causa de esta “guerra interna” 10 mil personas por año y cerca de 5 mil desaparecen.

Pido que se aplique la Carta en Brasil donde grandes empresarios, la prensa de derecha y un conjunto de congresistas corruptos han iniciado un proceso golpista y anticonstitucional para derrocar a la electa Presidenta de la República y condenar a la miseria a decenas de millones de habitantes del país más grande de América Latina, a los que se le están expropiando sus  beneficios. Medidas del actual gobierno golpista terminan con beneficios para 20 millones de pobres.

Pido que se aplique la Carta en Argentina donde el Presidente de la República esquiva impuestos creando empresas off shore (está involucrado en cinco de ellas) y el gobierno, con medidas administrativas inmediatas, ha nombrado ilegalmente a miembros de las Cortes de Justicia, y  ha dictado alzas de los servicios de primera necesidad de tal envergadura que ha lanzado a la pobreza a unos 10 millones de habitantes en pocos meses.

Pido que se aplique la Carta en los EEUU donde está construido hoy un muro con México en torno al cual se mata y reprime más que en el Muro de Berlín; donde se ha legalizado la tortura a presos políticos, sin juicio alguno (Guantánamo); donde se ultima en las calles a sospechosos de color negro y se mantiene el apartheid; donde se prepara el gobierno de una cúpula nazista y xenófoba que promete expulsar del país a millones de familias, que anuncia la construcción de otro muro en el límite con su país vecino del sur y otras medidas belicistas, y cuyo gobierno ha bombardeado y bombardea regiones del planeta con el resultado de más de un millón de muertos desde la guerra contra Irak en adelante.

Pido que se aplique en América las normas de descolonización acordadas en Naciones Unidas, ya que América es uno de los continentes en que el colonialismo conserva aun plazas oprobiosas, sin que la OEA haya movido nunca un dedo.

Pido que, al respecto, se estudie la situación de la colonia británica de Bermudas, la de Islas Caimán, la de Islas Malvinas, la de Islas Vírgenes Británicas y otras.

Pido también que se ordene la descolonización de Samoa Americana, colonia de los Estados Unidos; la descolonización de Islas Vírgenes de los EEUU, y la pronta independencia de Puerto Rico, “estado asociado en sociedad”, que hoy es abandonado por cientos de miles de habitantes que se refugian en otros lugares dada la profunda crisis que azota al país.

Pido la descolonización de “los territorios de ultramar” franceses en América: la Guyana francesa, de Sudamérica; la Martinica y Guadalupe, del Caribe.

Pido también que se declare la independencia de la colonia holandesa de Surinam, de Centroamérica.

Una vez aplicadas estas cartas y documentos mundiales en América podremos analizar la solidaridad con la democracia en todo el continente, incluida Venezuela, si les parece.

Pido, finalmente, que una comisión de verdaderos expertos económicos estudie la realidad económica del continente. En el país más desarrollado del área, los EEUU, que cuenta con un per cápita de más de 40 mil dólares al año, existe una pobreza de 15, 1 por ciento, que crece. Allí cerca de 50 millones de habitantes viven con ingresos miserables. En Nueva York, la verdadera capital del mundo actual, la pobreza es de 21,5 por ciento y los pobres viven 11 años menos que los pudientes (Bronx, Brownsville). Los econometristas latinoamericanos (Foxley, Ominami, Aninat, Eyzaguirre, Larraín, Valdés) que durante décadas han propalado la idea-fuerza de “salir del subdesarrollo para eliminar la pobreza” observan mudos que “el desarrollo” no termina con la pobreza, y que puede incluso aumentarla.

¿Qué hacer?, la pregunta de Lenin de hace un siglo, sigue vigente en la América de 2016.

 

 

 

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