Tras un debate de más de diez horas en el que se puso en evidencia la tensión que existe en Cataluña, Artur Mas, presidente catalán y candidato de la coalición Junts pel sí, no logró la votación suficiente para ser relegido.
Los diez diputados de la Candidatura de Unidad Popular (CUP), que también luchan por la secesión, cumplieron su palabra y se negaron a apoyar la relección de Mas, al responsabilizarlo de los recortes en los servicios públicos en los últimos años y de ser corresponsable de numerosos casos de corrupción de la administración.
En consecuencia, Artur Mas no logró mantener la hoja de ruta trazada por la coalición soberanista para realizar, en 30 días máximo, la desconexión del Estado español
y la creación de las bases de las nuevas instituciones de lo que sería la república de Cataluña.
De los 135 diputados del Parlamento regional, sólo los 62 de Junts pel sí votaron a favor, y los 73 restantes lo hicieron en contra: el conservador Partido Popular, Ciudadanos, el Partido Socialista de Cataluña, la coalición Cataluña si que es pot (integrada por Iniciativa per Cataluña y Podemos) y la CUP.
Según el reglamento, el candidato a presidir el gobierno catalán podría ser elegido en una segunda votación por mayoría simple, con el apoyo de 64 diputados –dos más de los que tiene actualmente Mas– y que el resto de parlamentarios de la CUP se abstuviera.
Esta votación se celebrará el jueves, en una sesión crucial para saber si el bloque soberanista permanece unido de cara al proceso de secesión o si, por el contrario, el rechazo a Mas provoca la convocatoria a elecciones, lo que podría suponer la ruptura de la coalición y del bloque independentista.
Los diez diputados de la CUP exigieron a Mas que se aparte del camino para no afectar al proceso soberanista, y defendieron la candidatura de Raül Romeva, cabeza de lista de Junts pel sí y ex europarlamentario de la izquierda verde.
Romeva ha rechazado en numerosas ocasiones la candidatura, pero los diputados de la CUP insisten en que es al único que apoyarán. A lo que Mas respondió: volveré el jueves
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En Madrid, tanto el gobierno español, presidido por el derechista Mariano Rajoy, como el resto de los líderes políticos y el rey Felipe VI se preparan para la contraofensiva.
El primer anuncio importante vino del Consejo de Estado, en el que se acusó al Parlamento de Cataluña de desobediencia
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En el texto, que es el preámbulo a la presentación del recurso ante el Tribunal Constitucional (TC) por el gobierno, se señala que la moción aprobada ayer en Barcelona implica la vulneración evidente del núcleo esencial de la Constitución española y su declarada insumisión a las instituciones del Estado
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Añade que la desobediencia a decisiones del TC supone un atentado a uno de los elementos básicos del Estado social y de derecho: el establecimiento de una garantía jurisdiccional específica y suprema del orden constitucional
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Señala que la denuncia deberá ser interpuesta contra los responsables del Parlamento catalán que impulsaron la moción, encabezados por su presidenta, Carme Forcadell.
El rey Felipe VI canceló todas sus actividades este miércoles para seguir la evolución del conflicto, del que es informado por Rajoy, con quien ha mantenido reuniones excepcionales ante el desafío soberanista de Cataluña
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