En el marco del Proyecto Educación Previsional para fortalecer el Buen Trabajo 2015 (FEP) que cuenta con el financiamiento de la Subsecretaría de Previsión Social, Fundación Trabajo para un Hermano ha organizado una serie de encuentros llamados Diálogos Participativos, iniciativa que reunirá a trabajadoras y trabajadores para compartir opiniones sobre el actual Sistema de Pensiones.
El primero de estos encuentros, que se realizarán en las regiones Metropolitana, V, VI y VII, tendrá lugar en el Salón Parroquial Iglesia San Lázaro, comuna de Santiago y comenzará a las 10:00 hrs.
Los Diálogos Participativos se harán en dos sesiones, la primera de ellas será una jornada de trabajo con usuarios del proyecto FEP (participantes de talleres o charlas), con el objetivo de levantar observaciones y propuestas en torno al mejoramiento de nuestro actual Sistema Previsional, centrado en el Pilar Contributivo. Con el resultado del trabajo de esta jornada se construirá un documento, que será enviado a diferentes autoridades relacionadas con la discusión (Seremi del Trabajo, Director del Trabajo, parlamentarios, Subsecretaria del Trabajo, entre otros).
Posterior a la entrega de este documento para su análisis se organizará la segunda sesión de conversación, en esta oportunidad trabajadores y autoridades tendrán la oportunidad de interactuar con el objetivo de compartir puntos de vista y dar respuesta a las distintas inquietudes de los participantes.
Estos diálogos quieren ser un aporte a la discusión de la calidad del trabajo en Chile, a fin de contribuir a su dignificación.
La actividad de Diálogos Participativos se realizará en las Regiones, Metropolitana, V, VI y VII.
El origen de la Fundación Trabajo para un Hermano se remonta al año 1982 en Santiago de Chile. En plena crisis económica con altas cifras de desempleo, una Comunidad de Vida Cristiana (CVX) ligada a la Compañía de Jesús, con el apoyo del Cardenal Silva Henríquez, decide hacer suyo el mensaje de la encíclica Laborem Excersens, que decía que el trabajo es la “clave de la cuestión social”.
Los objetivos y necesidades de esta Fundación se han ido adaptando en el tiempo acorde con el contexto económico y social del país.
En un comienzo, la ayuda se orientó a recolectar fondos para financiar horas de trabajo y materiales para realizar construcciones en centros comunitarios y parroquias de los sectores más pobres de Santiago. Posteriormente se convirtió en fundación y se orientó a entregar microcréditos a personas que estaban excluidas del sistema bancario y querían autoemplearse.
Josefina Errázuriz, directora de la Fundación señala que “nos hemos adaptado a las necesidades del país y seguiremos estando presente, porque siempre hemos estado atentos por dónde se da vida, por dónde se da trabajo digno. Queremos seguir siendo un aporte en la concepción de un Buen Trabajo para seguir ayudando a los más desposeídos”.
En la actualidad, con bajos niveles de cesantía y mayor acceso al crédito, el aporte de Trabajo para un Hermano se concentra en la formación y asistencia técnica para mejorar la empleabilidad de las personas o ayudarles a iniciar o potenciar una microempresa.