Diciembre 8, 2024

Chile en el año 2020: El apocalíptico escenario que nadie se espera

Estamos a comienzos de la tercera década del siglo XXI. A fines del año 2020 el desastre económico en Chile es tan grande que el presidente electo en el año 2018 renuncia a su cargo y abandona el país. De esta forma se produce un cambio político paradigmático, parecido al que puso abrupto término a la segunda República Liberal en Chile.

 

 

En efecto, hace más de cien años, en 1920, el sistema político nacional cambió drásticamente con la llegada al poder del “León de Tarapacá”, es decir, el presidente Arturo Alessandri Palma. En aquella fecha emblemática se le dio sepultura a la mal llamada “República Parlamentaria”. Engendro político que traicioneramente se instauró en el país después de la derrota del presidente Balmaceda en 1891.

 

Es necesario recordar algunos otros hechos históricos pertinentes. La primera República Liberal, se creó en el país en 1810, cuando Chile se separó de España. Esta primera República Liberal tuvo el enorme mérito de producir la independencia nacional y la liberación definitiva de una brutal dominación extranjera que ya duraba tres siglos. Desafortunadamente, este sistema político no fue capaz de desarrollar económicamente a la flamante nueva república. Por el contrario, la larga guerra de independencia nacional, más las constantes luchas entre distintos grupos liberales que peleaban entre sí, terminaron por arruinar económicamente a Chile. La anarquía liberal fue finalmente derrotada en la Batalla de Lircay a fines de la segunda década del siglo 19. De las cenizas del liberalismo anárquico nació la primera república estatista, intervencionista y antiliberal. Ella fue indudablemente un éxito, ya que fue capaz de crear un proceso de desarrollo socioeconómico acelerado, que duró más de 61 años. Esto puso al país a la cabeza del desarrollo latinoamericano. Esta bonanza económica y social floreció entre 1830 y 1891.

 

Desafortunadamente con la revolución y luego la guerra civil de 1891, las cosas cambiaron drásticamente en Chile. El imperio británico, el hegemón de esos años, traicioneramente financió la rebelión contra el presidente Balmaceda. Así nació el engendro llamado “República Parlamentaría” y también llamado segunda república liberal. Este sistema político cayó en un nivel de corrupción generalizada y sistémica nunca antes experimentado, y esta corrupción arruinó a la inmensa mayoría de los chilenos entre 1891 y 1919. De las cenizas de este segundo fracaso liberal nació la segunda república estatista, intervencionista y antiliberal en 1920 y ella duró hasta 1973. Desafortunadamente, esta segunda república estatista fue destruida por un sangriento golpe militar. Nuevamente la traicionera sedición fue planeada y financiada desde el extranjero. Esta vez desde los Estados Unidos.

 

La tercera, y es de esperar la última República liberal, se inició brutalmente con la sanguinaria dictadura pinochetista. Allí se consolidó a sangre y fuego el nuevo modelo neoliberal ideado por la Universidad de Chicago y adaptado al país por la Universidad Católica de Santiago. Los valores más importantes que se implantaron fueron el libre mercado, la libre empresa, el libre comercio, el crecimiento hacia los mercados exteriores, la explotación intensiva de materias primas y principalmente una furiosa y extremada explotación laboral. Este tercer intento liberal es el que finalmente fue cambiado a comienzos de la tercera década del siglo XXI. Los chilenos que se hicieron cargo del Estado en el año 2020, rápidamente implantaron algunas medidas populistas, similares a las que se han adoptado en años anteriores por gobiernos populistas tales como Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Brasil, Uruguay y Argentina. Con políticas extremadamente favorables a las masas populares, los nuevos líderes rápidamente consolidaron un efectivo y aplastante poder político. Los populistas, firmemente afincados en las riendas del poder, también convocaron a una asamblea constituyente la cual eventualmente produjo una nueva constitución que finalmente reemplazó al engendro político creado por la dictadura. Posteriormente en el año 2021 se llamó a nuevas elecciones para la presidencia de la república, el congreso nacional y otras autoridades. Allí fue elegido un líder populista con una aplastante y contundente mayoría.

 

La nación chilena después de 130 años de soledad y de experimentos fallidos al fin parecía encontrar un rumbo al progreso y desarrollo civilizacional. Con el pueblo cuidadosa y férreamente organizado, en un poderoso partido político, se inició la tercera república estatista, intervencionista y antiliberal.

 

El gobierno se enfrascó en ardua lucha con la oposición derechista, y también con estudiantes, obreros y pobladores radicalizados. Este brutal desgaste, más ataques inclementes de la naturaleza incapacitaron al gobierno y a su administración pública para enfrentar con éxito el futuro. Los enormes desafíos, trampas y catástrofes externas que la diosa fortuna había preparado para la nación chilena; no pudieron ser adecuadamente enfrentados y resueltos durante la segunda década del siglo XXI.

 

¿Pero qué fuerzas y eventos podrían explicar este inmenso triunfo del populismo en Chile? Es preciso recordar que el gobierno de la presidenta Michelle Bachet perdió su rumbo a comienzos del año 2015. Esto, debido principalmente, a la incapacidad presidencial para satisfactoriamente explicar y transparentar gravísimos errores éticos de su administración. Nunca pudo explicar satisfactoriamente los problemas de tráfico de influencias que afectaban a su familia. Tampoco pudo conseguir que políticos de la nueva mayoría fueran efectivamente sancionados por haber recibido dinero de parte de empresarios pinochetistas. En un ambiente malsano y de confusión generalizada, la administración Bachelet logró pasar algunas reformas importantes. Pero que no satisficieron a nadie. La derecha vociferó que estas reformas eran la causa del hundimiento económico del país y la izquierda radical reclamó que las reformas eran puramente un maquillaje grotesco en la cara de un enfermo terminal. La administración Bachelet debido a la falta de “fundamentos” de su líder, sólo fue capaz de crear las condiciones suficientes y necesarias, para producir un gran desorden institucionali. El gobierno se enfrascó en ardua lucha con la oposición derechista, y también con estudiantes, obreros y pobladores radicalizados. Este brutal desgaste, más ataques inclementes de la naturaleza incapacitaron al gobierno y a su administración pública para enfrentar con éxito el futuro. Los enormes desafíos, trampas y catástrofes externas que la diosa fortuna había preparado para la nación chilena; no pudieron ser adecuadamente enfrentados y resueltos durante la segunda década del siglo XXI.

 

En el año 2016, los precios de las materias primas siguieron su rápido proceso de decadencia y de deterioro iniciado en el año 2013. Este problema fue particularmente grave, cuando el precio de una tonelada de cobre fue inferior a su costo de producción. Grandes yacimientos mineros se cerraron y decenas de miles trabajadores quedaron cesantes. Naturalmente esto determinó una grave agudización del proceso recesivo. El crecimiento económico del año 2015 había sido prácticamente nulo y en el año 2016 el producto bruto chileno empezó a caer precipitadamente al abismo.

 

A fines del año 2016 los Estados Unidos entraron en un fuerte proceso recesivo. Esto debido en parte al hecho de que un gran número de sus ciudadanos se jubilaron. Más de un millón de individuos nacidos después del año 1945 “baby boomers”, empezaron su proceso de jubilación. A partir de esa fecha, varios millones de ciudadanos cada año, pasaron a retiro. Esta enorme masa de jubilados estadounidenses descubrieron con espanto que sus jubilaciones miserables no alcanzaban para mantener el nivel de vida al que estaban acostumbrados. Para palear esta caída en la pobreza, sobre todo para costear gastos médicos; los nuevos jubilados se vieron obligados a vender en forma masiva los bonos y acciones que ellos habían acumulado en sus fondos de pensiones (sistema de costos definidos DC o K-401). La venta masiva de estos papeles bursátiles provocó pánico financiero y los mercados de valores se desplomaron estrepitosamenteii.

 

Al mismo tiempo, los nuevos jubilados del sistema antiguo de seguridad social llamado “Beneficios Definidos” (DB) arruinaron el sistema de seguridad social del gobierno federal. Los gobiernos estatales, las municipalidades y muchas corporaciones privadas. Las antiguas jubilaciones (DB), eran demasiado generosas y sólo funcionaban cuando por cada jubilado había al menos 20 ciudadanos activos que seguían contribuyendo mensualmente al sistema de seguridad social. Como esto no ocurrió el sistema completo colapsóiii. Este problema de las jubilaciones tanto “DC” como “DB” produjo así la tormenta perfecta en los Estados Unidos. Esta recesión del año 2016 en la gran potencia del norte naturalmente, como un maremoto, también inundó al resto del planeta, particularmente a Europa, Japón y los países emergentes. Para tratar de salir de la crisis, los Estados Unidos dejaron de importar productos del resto de mundo. Se inició de esta manera una desesperada campaña proteccionista. Como respuesta a esto, el resto de los países adoptaron una política similar, y así la globalización iniciada en 1980 fue finalmente destrozada. Ella murió abandonada ignominiosamente por sus autores principales.

 

La orgia de colapsos bancarios, desfalcos, y otras catástrofes financieras inundaron todos los rincones del planeta. A causa de toda esta crisis global, la recesión económica chilena se transformó en depresión en el año 2017. El producto bruto nacional chileno se desplomo en un 15% y el desempleo se elevó a un 25%. Esta catástrofe económica determinó, que la nueva mayoría sufriera un desprestigio político generalizado. Como consecuencia de todo esto, a comienzos del año 2018, Sebastián Piñera es elegido presidente. Este triunfo electoral se debió en parte que el presidente Piñera, fue el único candidato con suficientes recursos propios, para ganar la elección. Los otros candidatos no consiguieron suficientes fondos electorales debido a leyes pasadas en años anteriores y que prohibían a las empresas privadas financiar campañas políticas.

 

Debido a la gigantesca crisis económica y también al colapso total de la nueva industria petrolera del esquisto (fraking), los Estados Unidos y sus aliados europeos, decidieron atacar a Irán. Esto para apoderarse del petróleo iraní y al mismo tiempo destruir sus instalaciones nucleares. Con 5 millones de barriles diarios menos de petróleo (petróleo fraking), los Estados Unidos volvieron a necesitar urgentemente, el petróleo de la OPEC. La ruina de la industria del petróleo esquisto contaminó a muchos bancos que habían financiado por años la expansión de dicha industria. Todo esto agravó severamente la crisis económica en los Estados Unidos. El apoderarse del petróleo iraní parecía ser así una salida desesperada. Irán resistió con éxito el ataque occidental. No obstante, una gran cantidad de pozos petroleros, refinerías y otras instalaciones fueron destruidas. Irán en venganza, atacó los pozos petroleros de los aliados de Estados Unidos, particularmente los de Arabia Saudita. Como consecuencia de estas actividades bélicas, el precio del petróleo se elevó a más de 200 dólares el barril. El alto precio del petróleo se mantuvo durante todo el año 2019 y esto terminó por arruinar económicamente al primer mundo. Los Estados Unidos, Canadá, Australia, Europa y Japón, entraron en un agudo periodo depresivo, similar al que el mundo sufrió en 1929.

 

No obstante, China, al verse afectada gravemente con la crisis económica planetaria reaccionó robustamente y con celeridad. En año 2020 China inició una gran campaña de recuperación económica global. Se invirtieron decenas de trillones de dólares en obras de infraestructura en China, Rusia, India, Brasil y Sudáfrica. Gracias a estas enormes inversiones los países BRICS, logran salir de la crisis y así se da comienzo a la recuperación económica del planeta. Naturalmente que con todos estos eventos China se convierte en el verdadero hegemón mundial. Debido a la crisis depresiva en los Estados Unidos, Europa y Japón, los gobiernos de los países occidentales caen en manos de líderes revolucionarios que siguen el modelo chino de economía, gobierno y administración. Naturalmente que la nueva marea revolucionaria también llegó a Chile y así el presidente Piñera renuncia a su cargo en el año 2020. En América Latina, el cambio populista, también se extiende a Perú, Colombia, Centro América y México. Con la ayuda de China, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe (CELAC) inicia un acelerado proceso de integración regional. Dentro de este proceso el conflicto entre Chile y Bolivia se resuelve amigablemente. Bolivia recibe acceso soberano al mar y Chile recibe petróleo y gas barato y un territorio equivalente en la meseta boliviana. Perú no pone objeciones al hecho de que ahora su límite sur, es con Bolivia. Dentro de la CELAC ahora las antiguas fronteras son mucho menos importantes.

Con la ayuda de China, la CELAC inicia un robusto proceso de integración regional. De esta forma Latinoamérica se incorpora como un gran bloque unido al nuevo orden mundial dirigido por la vieja civilización China.

F.Duque Ph.D.

Cientista Politico

Puerto Montt, Mayo 2015

iAquí se refiere a los fundamentos que Maquiavelo discute en sus numerosas obras politológicas. Ellos son: primero ser sabio como un gran filósofo; segundo ser astuto como la zorra, que evita todas las trampas que los cazadores le ponen; y tercero, ser valientes como el león, para luchar por sus ideales. Ver F.Duque, Maquiavelo un cientista político moderno. Una interpretación práctica para gobernantes latinoamericanos del siglo XXI Dictus Publishing. Saarbrücken, Alemania 2013

iiEsta es la tesis principal de Kiyosaki en su libro titulado Prophesy. Aquí se indica que en el año 2016 las leyes de la oferta y la demanda harán el tipo de trabajo que Schumpeter denominaba “destrucción creadora”. Esto quiere decir que la organización económica requiere que las organizaciones deficientes mueran y sean reemplazadas por organizaciones mejores y más adaptables a los desafíos del entorno. Esta es la ley de la selva o la teoría darwiniana y ella es fundamental para entender la evolución del cambio económico. El autor argumenta que a mediados de la segunda década del siglo XXI, millones de individuos jubilarán en los Estados Unidos y en el resto del mundo desarrollado. Estos individuos quedarán perplejos cuando descubran que sus magras pensiones los harán caer de la clase media a la pobreza. En la desesperación, estos pensionados venderán sus acciones y bonos en forma simultánea y esto hará colapsar las bolsas del mundo. Esta catástrofe financiera desatará un verdadero diluvio depresivo, donde la mayoría de la población de los países del primer mundo caerán en la miseria. Todo esto creará una crisis deflacionaria que destruirá la economía del mundo occidental. Sólo en Estados Unidos dos millones de estadounidenses alcanzarán la edad de 70 años el año 2016 y este número empezará a crecer aceleradamente en los años subsiguientes. Por lo tanto, a partir del año 2016 cada año se agregarán varios millones de pensionados que se verán obligados a vender sus bonos y acciones. Ver: Kiyosaki, R. Lechter, S. Prophesy. Why the biggest stock market crash in history is still coming. Warner. Business Books New York, 2002

iiiThe Economist, del 9 de abril del 2011, en su editorial titulado “70’ or bust. Current plans to raise the retirement age are not bold enough” y en su reporte especial de veinte páginas titulado “Pension falling short” señala el enorme peligro que se cierne sobre el primer mundo. Se señala que si este problema no es resuelto pronto, es altamente probable que se produzca un debacle financiero mundial parecido al que atacó al planeta en el año 1929.

 

 

 

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