Diciembre 10, 2024

Amenaza nuclear aumenta y supera la del discurso politico

En el contexto de las deterioradas relaciones entre Estados Unidos y Rusia, resurge una nueva guerra fría que puede aumentar la amenaza nuclear, quizá mucho más allá del discurso político.

 

El exasesor de la Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos de Desarme, Randy Rydell, dijo a IPS que le da lástima como se debe sentir la gente. “La alimentan con dos discursos u oráculos contrarios sobre las armas nucleares”, explicó, al hacer una evaluación de la situación actual.

“El primero de los oráculos dice que todo el mundo se empuja para conseguir un arma o para perfeccionarla”, indicó.

El segundo pronostica un gran avance del desarme nuclear, a medida que toma velocidad el tren para un desarme humanitario, añadió Rydell, exdirector de la Comisión para las Armas de Destrucción Masiva.

“Lo irónico es que si el segundo oráculo se equivoca, el primero ganará el debate y todos perderemos”, pronosticó con amargura.

The Economist, con sede en Londres, publicó un artículo totalmente pesimista: “Un cuarto de siglo después del fin de la guerra fría, el mundo afronta la creciente amenaza de un conflicto nuclear”, alertó.

Veinticinco años después de la disolución de la Unión Soviética, el mundo entra en una nueva era nuclear, aseguró.

“La estrategia nuclear se volvió el motor de regímenes díscolos y de enemigos regionales compitiendo con las cinco potencias nucleares originales (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia), cuyos propios acuerdos están infestados de sospechas y rivalidades”, añadió.

Shannon Kile, investigador y director del Proyecto Armas Nucleares del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz (Sipri), dijo a IPS que coincide con el artículo de The Economist sobre que el mundo entra en una “nueva era nuclear”.

“Pero no lo reduciría a definirlo como nuevos gastos en armas nucleares de los estados poseedores. Más bien, creo que hay que ampliar la definición en términos de la emergencia de un mundo nuclear multipolar que reemplazó al orden bipolar de la guerra fría”, añadió.

Kile también señaló que las armas nucleares se volvieron el elemento central de las políticas de defensa y seguridad nacional en Asia Pacífico, Asia meridional y Medio Oriente, donde complican cálculos de estabilidad regional y disuasión de formas impredecibles.

Eso supone riesgos de que las rivalidades regionales puedan llevar a una proliferación nuclear y hasta una confrontación que no existía cuando el club era más pequeño.

Mientras, finalmente, el 2 de abril las seis grandes potencias e Irán lograron un acuerdo para evitar que ese país fabrique la bomba atómica, pero aún sigue la carrera muy espinosa contra reloj para que el 30 de junio pueda rubricarse en forma definitiva.

Arabia Saudita suscribió un nuevo acuerdo de cooperación, al parecer con “fines pacíficos”, con Corea del Sur, y Corea del Norte comenzó a flexionar su músculo nuclear.

En marzo, Sky News informó que el embajador de Corea del Norte en Gran Bretaña, Hyun Hak Bong, dijo que su país recurriría al arma atómica en respuesta a un ataque nuclear de Estados Unidos.

Ese país “no tiene el monopolio en materia de ataques con armas atómicas”, señaló Hyun.

“Si Estados Unidos nos ataca, responderemos igual. Estamos listos para una guerra convencional con armas convencionales; estamos listos para una guerra nuclear con armas atómicas. No queremos una guerra, pero no le tenemos miedo”, añadió.

The Economist también señaló que cada potencia nuclear gasta “pródigamente para mejorar su arsenal atómico”.

El presupuesto de defensa de Rusia aumentó 50 por ciento desde 2007, un tercio del cual destina a las armas atómicas, el doble de Francia.

China invierte en submarinos y baterías de misiles móviles, mientras Estados Unidos busca que el Congreso legislativo apruebe unos 350.000 millones de dólares para la modernización de su arsenal nuclear.

Kile mencionó a IPS un asunto relacionado con la “nueva era nuclear” que es de naturaleza más técnica y tiene que ver con la sostenida erosión de los límites operativos entre las fuerzas nucleares y las convencionales.

En especial, señaló, el desarrollo de nuevos tipos de sistemas de misiles de largo alcance guiados con precisión y combinados con un aumento de las capacidades del reconocimiento satelital y de los sistemas de vigilancia, hacen que las armas convencionales se utilicen para operaciones antes reservadas a las armas nucleares.

“Esta tendencia ha sido especialmente fuerte en Estados Unidos, pero también la vemos en Asia meridional, donde India adopta sistemas de ataque convencional para apuntar a las fuerzas nucleares de Pakistán, en el marco de su emergente doctrina de guerra limitada”, añadió.

Kile también dijo que muchos observadores señalan que esta tendencia tecnológica promueve cambios de doctrina que pueden llevar a una mayor inestabilidad en tiempos de crisis y a aumentar el riesgo de uso de armas nucleares.

“Estos acontecimientos sugieren que, si bien hubo una disminución significativa de las ojivas nucleares en el mundo desde el final de la guerra fría (cuando la caída del Muro de Berlín en noviembre de 1989), el espectro de riesgos y peligros de las armas nucleares, de hecho, se expandió”, remarcó.

Dado que las armas nucleares siguen siendo especialmente peligrosas porque son singularmente destructivas, “creo que nadie discrepará con que debemos redoblar los esfuerzos colectivos para lograr un mundo en que las armas nucleares queden marginadas y, algún día, puedan prohibirse”, añadió.

Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Verónica Firme

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