Diciembre 4, 2024

La naturaleza corrupta y gangsteril del modelo económico neoliberal chileno

El modelo económico chileno funciona de acuerdo a los parámetros neoliberales  de Mont –Pelerin (1947), pero su instalación concreta en una economía monoproductora (cobre) sólo fue posible con la burguesía financiera como gángster cobrando peajes en toda la actividad económica lo cual trajo la corrupción de todo el sistema, incluida la política.

Luego de la segunda guerra mundial se instalaron dos sistemas sociales: capitalismo y socialismo. El primero abrió un debate sobre las premisas de su futuro desarrollo. En lo esencial fue el capitalismo el que provocó la primera y segunda guerra mundial, discusión  en la que se impuso la visión socialdemócrata. Un estado fuerte que orienta la economía, con derechos sociales garantizados y con el capital privado como motor de la economía; esto para los países europeos por cierto. 

La ultraderecha (neoliberales) del capitalismo se reunió en la ciudad de Mont-Pelerìn, creando la sociedad de ese mismo nombre que funciona hasta hoy y a la cual pertenece la UDI. Concurrieron F. Von Hayek ( el Marx de la ultraderecha), L. Von Misses, Salvador de Madariaga y otros.

Se establecieron las siguientes tesis:

1.- El egoísmo, la avaricia y el afán de lucro no son comportamientos negativos sino valores sociales pues despiertan la creatividad y el emprendimiento social.

2.- La Igualdad perjudica a la economía en su proceso de acumulación. Los pobres son vencidos en la lucha y sólo debe dirigirse respecto de ellos políticas de asistencia social “focalizadas” para que su sufrimiento no los lleve al comunismo y se transformen en un problema de seguridad. Un crecimiento generalizado les beneficiará pues la copa llena de los exitosos chorreará hacia ellos.

3.- Los grupos de interés social como sindicatos, asociaciones de profesionales y centros de alumnos son perjudiciales al desarrollo de la economía. Las leyes que regulan el mercado del trabajo son un obstáculo: no debe existir sueldo mínimo, los niños pueden trabajar, los límites horarios también perjudican. No existen los derechos sociales ( educación/salud/previsión), sólo la libertad de elegir, que es propia de los que tienen dinero.

4.- El crecimiento, es decir el aumento de la riqueza producida año a año, es la única forma de analizar el éxito fracaso de una sociedad.

5.- El Estado no debe jugar ningún papel en la economía, sólo cuando los privados no puedan o no quieran hacerlo.

6.- Ninguna protección arancelaria debe ser tolerada, todas las fronteras deben ser abiertas a las mercancías.

El mercado total y absoluto a nivel mundial.

Estas tesis provocaron la hilaridad de los especialistas y de la opinión pública. Milton Friedman era invitado a la televisión norteamericana para exponer sus tesis, para el americano medio era un “Pastor Soto” del capitalismo. Ningún estado aplicaba estas recetas.

En la primera mitad de los setenta se produjo la crisis petrolera consistente en que los países productores, en el marco del conflicto árabe israelí, hicieron subir el precio a lo cual se sumó una ralentización generalizada que venía de antes. Esto llenó de dinero los bancos americanos y europeos, el problema es que si se quedaban aposados allí arruinarían a los bancos. La mano de obra europea había subido de precio.

Había que exportar capitales, no simplemente mercancías, para ello había que destruir las industrias de los países tercermundistas, tomar su mano de obra barata y venderles mercancías sin aranceles, endeudarlos para que además su voluntad política quedara hipotecada. Todo deudor queda a merced del acreedor.

Llegaba la hora de los neoliberales, siempre apuntalados por las bayonetas sangrantes. Martínez de Hoz en Argentina, los Chicago Boys  en Chile. Carlos Menen fue el neoliberal más connotado invocando a Perón a cada rato, así como algunos invocan a Allende en Chile. Nestor Kichner puso coto a todo esto después del desastre económico y político con el socialdemócrata Fernando de La Rúa y la seguidilla de presidentes que le siguieron. Para allá vamos nosotros.

Este modelo arruinó a América Latina.

En Chile se instaló cumpliendo cada una de las premisas y se vive hasta hoy de acuerdo a este recetario.

La Concertación se comprometió a desmontar el modelo partiendo por la delictuales privatizaciones de las empresas del estado. Soquimich es una de ellas y ahora sabemos porqué esa privatización nunca sería revisada. Se creó una comisión parlamentaria presidida por Carlos Montes que nunca se reunió.

El problema en Chile era dónde instalar la nueva burguesía, que destruida la industrial sólo podía ser financiada por el cobre. Ante la negativa de la Marina, la junta Militar no privatizó el cobre. Para eso se necesitaba la legitimidad de la Concertación, que sí lo hizo con la gestión del ministro de economía Carlos Ominami.

La burguesía financiera creada al amparo de la dictadura militar y compuesta básicamente por empleados públicos adscritos al gremialismo de la UDI se hizo de las empresas del estado comprándolas a vil precio con préstamos del Banco del Estado.

Pero lo más útil no fue eso, sino su instalación gangsteril en la economía.

La mafia cobra “protección” de las personas que realizan un trabajo real y productivo. Estas extorsiones funcionan como un impuesto en el desenvolvimiento y contabilidad general de la economía.

Eso se hizo por la dictadura y se ha tolerado por la Concertación en toda la economía.

Veamos el ejemplo del grupo  Penta. No produce ninguna riqueza material para la economía. Lo suyo es el cobro de peajes obligatorios establecidos por sus operadores políticos en estos años.

Tienen bancos que prestan dinero e invierten en actividades económicas ya creadas. Están en las tarjetas de crédito y consumo, operan seguros que se extienden con carácter de obligatorios por toda la economía, tienen AFPs e Isapres. El administrador financiero de Transantiago, que no ha prestado ningún servicio que mejore sensiblemente el sistema, recoge legalmente el 20% del valor del pasaje.

Hay que comprar seguros de salud (Isapres). Ellas se hacen millonarias sin poner un parchecurita, en tanto los médicos han pasado a ser sus asalariados. En las AFP, que también hacen utilidades grotescas, ellos nunca pierden, sólo los cotizantes. Cuando usted entrega el 12,5% de sus ingresos ellos se quedan con el 2,5 % por el sólo hecho de recibir su dinero. Esto es un robo con amparo estatal. Estos sistemas son obligatorios, es un peaje gangsteril como nunca ni la más abusiva oligarquía lo pensó.

La corrupción deviene del modelo como el fruto deviene del árbol, es su fruto inevitable y que le vitaliza y perpetua en el tiempo.

Los grandes grupos económicos  viven de estas movidas legales e institucionales. La casta  política lo sabe y les cobra peaje. Los electores lo saben y les exigen cosas no ideas a los políticos. Los políticos han escuchado millones de veces como los electores les espetan “y usted que me va a dar”.  Eso no se lo preguntaron ni a Alessandri, ni a Frei ni a Allende, a ellos los iban a escuchar a sus grandes y multitudinarias “concentraciones”.

En el Chile de hoy se opera con la convicción que hay cien años de perdón. Todos los servicios básicos abusan con sus millones de clientes cautivos, la casta política ni en el ejecutivo, mucho menos  el parlamento los fiscaliza o les pone coto a esto. Será mera negligencia, sólo si fuera un imberbe podría creerlo, me asiste al convicción que aquí los grupos económicos les pagan otro peaje a la casta, bueno al fin lo pagamos los consumidores.

El cobro de comisiones en las adquisiciones para el estado y las municipalidades esta institucionalizado eso todos lo sabemos.

Chile necesita reconstruirse social e institucionalmente, es imprescindible e inevitable abrir paso a una Quinta (V) República mediante una nueva constitución producto de una Asamblea Constituyente.

ROBERTO AVILA TOLEDO

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