Escalona puede ser el nuevo Presidente del PS. Lo apoyan Andrade, Aleuy e Insulza. El PS ha incorporado miles de “militantes” en el verano recién pasado. También lo apoya el aparato. Y lo apoyarán El Mercurio y La Tercera.
¿Qué garantizará si es elegido por enésima vez?
Garantizará una clara política de centro. Sin los titubeos de la actual dirección. Con la absoluta seguridad que sólo una alianza con la DC, una defensa de “lo actual” y una cautelosa política de blandas reformas de vez en cuando (que ni siquiera crispe a la derecha), hará que las cosas anden como se debe. Hacia adentro del partido buscará mantener el clientelismo, en la medida de lo posible, y la mano dura para los “perdidos” izquierdistas.
Garantizará, como lo más importante, una alianza inconmovible con la DC. La política de centro, para Escalona, sólo se puede llevar adelante, o atrás, en una simbiosis PS-DC. El PS debe ser un partido simbionte.
Garantizará “operarse” de Caval (que es un fenómeno efímero) y, al mismo tiempo, buscar el menor costo posible en el derrumbe de los partidos de la Nueva Mayoría, en particular del PS y sus entornos de derecha (Enrique Correa entre ellos), por los casos Penta y Soquimich (donde se juegan cuestiones estructurales).
Garantizará el menor costo posible en la lucha, que se iniciará pronto, entre los candidatos Insulza y Walker (que volarán, con alas cortas, pronto) por ser el sucesor de Michelle Bachelet. A Walker lo jineteará Gutenberg Martínez. Ingresará a su comando Mariana Aylwin. A Insulza, Correa, Viera Gallo y Escalona.
Tratará de pulverizar al senador Navarro (que lo derrotó en la realidad ciudadana), al MAS y, en el interior del PS, a Martner. Entre otros.
Mantendrá su distancia con “la izquierdista” Bachelet (más ahora que ella está muy bajo en las encuestas) y encabezará reformas (del programa) pero blandas, con acuerdo de la DC y, si se puede, de la derecha. Ojalá, para él, con nuevo Ministro de Educación. Tratará de tener más cerca a Velasco que a MEO.
Se jugará por una simple reforma a la Constitución. Tratará de “perdidos en el espacio” a socialistas que están por la Asamblea Constituyente.
Impedirá el acercamiento (y por cierto el ingreso) de MEO a la Nueva Mayoría y forzará candidaturas paralelas a la del PS-DC en el arco de la centro izquierda.
Tratará que Insulza (o Walker) se imponga finalmente a Ossandón (el más probable candidato de la derecha) en las presidenciales y, por cierto, a todos los demás.
Pero no tomará en cuenta ni a los movimientos sociales, ni al PC ni a Ricardo Lagos Escobar, que podría ser, sin pedirlo, el candidato del PPD.
Pero no tomará en cuenta la profundidad de la crisis.
No tomará en cuenta que se viene encima una abstención del 70 por ciento.
No tomará en cuenta que el 30 por ciento que vote dividirá sus preferencias entre su candidato, el “renovador” Ossandón, algún UDI que se resistirá a morir políticamente, Velasco (que será candidato para limpiar lo de Penta) MEO (que irá de todas maneras), ecologistas, izquierdistas sueltos y otros, lo que hará que su candidatura, “mayoritaria” para él, si le va bien, llegue a tener el apoyo de algo así como el 10% de la ciudadanía (un 30% de los que voten).
La distancia con la gente real, el centrismo y la corrupción, habrán hecho su tarea.
Y Chile buscará nuevas fuerzas progresistas. Ojalá esté entre ellas un nuevo Partido Socialista, de izquierda.