Diciembre 12, 2024

Los derechos y libertades que amenaza el tratado económico que Piñera negocia con Obama

Este lunes, el Presidente Sebastián Piñera, quien se encuentra de visita en Estados Unidos, se reunió con el secretario de Estado de dicho país, John Kerry, para abordar diversas temáticas vinculadas al intercambio económico, entre ellas, el futuro Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por su sigla en inglés), tema no menor que ya ha desatado cierta preocupación entre los cibernautas chilenos, así como en otros rubros.

 

El TPP puede convertirse en la mayor zona de libre comercio del mundo, y estamos colaborando y muy comprometidos con eso”, aseguró el mandatario chileno previo al encuentro con Kerry, enfatizando que Chile “tiene un compromiso” de “hacer un buen progreso” en la materia para antes de la próxima cumbre APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) en octubre próximo.

 

El TPP  es un tratado de libre comercio suscrito en 2005 y cuya última ronda de negociaciones, se llevó a cabo entre el 15 y el 24 de mayo de 2013 en Lima Perú. Sus alcances son múltiples; abarcan desde las libertades de los usuarios de Internet —en lo que los expertos aseguran que se asemeja mucho a la bullada Ley Sopa—, la industria farmacológica, el tema de los derechos de autor, etc.

 

Y aunque los gobiernos latinoamericanos han insistido en sacar a relucir sus múltiples ventajas para la economía, como el caso de Chile, hay otros que pese a conocer la materia muy de cerca han decidido darle la espalda. En mayo de 2013, el ex director de Asuntos Económicos Multilaterales y de Asuntos Económicos Bilaterales de la Cancillería chilena, entre 2007 y 2012, Rodrigo Contreras A., quien encabezó las negociaciones del TPP hasta que presentó su renuncia el año pasado, publicó una columna en el medio peruano Caretas donde alerta sobre los riesgos de esta iniciativa.

 

La primera de sus advertencias tiene que ver con distinguir entre las necesidades de los países latinoamericanos y las de Estados Unidos y Asia. “La política comercial de varios países de América Latina coincide con los objetivos del TPP en términos generales, pero esto no quiere decir que debemos integrarnos a este nuevo acuerdo de cualquier manera. La realidad y los objetivos de los países latinoamericanos es distinta a la de los países anglosajones y de los países asiáticos participantes”, afirma. Contreras llama a “negociar con cuidado y firmeza para resguardar el interés nacional y regional” cuando se trata de temas como la protección de la biodiversidad biológica y cultural, el acceso a medicamentos y material educativo sin restricciones excesivas, y la propiedad intelectual.

 

Según lo plantea el ex jefe de las negociaciones chilenas del TPP, nuestra región tiene aún que sortear grandes desafíos en materias de acceso al conocimiento, la educación de calidad, la cobertura de los sistemas de salud y el fortalecimientos de las economías. Asimismo Contreras se suma a uno de los que han sido los principales temores ante este nuevo acuerdo: la restricción de las libertades del usuario de Internet. “Debemos evitar límites al acceso al conocimiento disponible en Internet y no exacerbar la protección de la propiedad intelectual en el descargo de contenidos en línea”, asegura.

 

Igualmente enciende la alarma sobre cómo el TPP podría terminar perjudicando a escuelas y bibliotecas a la hora de acceder a materiales educativos. “Tampoco debemos aceptar la ampliación excesiva de los plazos de protección a los derechos de autor para libros, películas o música, que limitarían su disponibilidad en bibliotecas y escuelas, y que los harían más costosos para personas de menores ingresos”, afirma en el texto.

 

También se refiere a la otra arista de los conflictos del TPP que ha puesto en alerta a la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos en Chile. “La extensión de la protección de las patentes de medicamentos más allá de los plazos actuales, o la restricción de la impugnación a solicitudes de patentes frívolas, retrasaría la disponibilidad de medicamentos genéricos y aumentaría el costo de las medicinas. Los presupuestos de salud pública y el acceso a los servicios de salud de las personas más vulnerables se verían afectados en nuestros países”, señala Contreras.

 

Por último, el experto asegura que “es una gran idea en proceso de desarrollo”, sin embargo que para que resulte provechosa es necesario rechazar “la imposición de un modelo concebido en función de realidades de países de altos ingresos, que son muy distintas de los demás países participantes”, entre los que se encuentra Chile.

 

De no ser así, “este acuerdo se convertirá en una amenaza para nuestros países: restringirá nuestras opciones de desarrollo en salud y educación, en diversidad biológica y cultural, y en el diseño de políticas públicas y la transformación de nuestras economías. Generará, además, presiones de los cada vez más activos movimientos sociales, que no están dispuestos a dar tregua a gobiernos que acepten un resultado de las negociaciones del TPP que limite las posibilidades de aumentar la prosperidad y el bienestar de nuestros países”.

 

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