
En nuestra última columna publicada en
En Santiago, los socios del Club de Golf Los Leones, localizado en la comuna de Las Condes, área verde de
En razón a que compartimos la oposición a esa pérdida de áreas verdes, en 2 oportunidades le hemos expresado por escrito a
En octubre del año pasado el funcionario que ejercía como Director de Obras titular en esa municipalidad, hoy seremi de Vivienda y Urbanismo en una ciudad del norte del país, muy suelto de cuerpo, autorizó un permiso de anteproyecto a nombre de esa ansiosa sociedad anónima, acto administrativo que, en nuestro opinión, carece de validez legal por las innumerables razones, de forma y fondo, que le hemos hecho saber a la funcionaria municipal competente.
En el último tiempo, ante la posibilidad de este negocio inmobiliario, el precio de las acciones del club ha subido en niveles siderales y el jueves 29 de septiembre pasado, en asamblea de accionistas de ese club, se tomó la decisión por amplia mayoría de votos, de traspasarle por 99 años a la empresa hotelera la fracción aludida de su terreno.
Independientemente del acuerdo adoptado por los accionistas del Club de Golf Los Leones, tenemos la tranquilidad necesaria debido a que existen los documentos ingresados a ese municipio, en donde le decíamos a
Tampoco las edificaciones residenciales, como los apart hotels, están permitidas en las áreas verdes complementarias, acorde a la puntualización precisa señalada en la propia Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC) y lo antes referido es conocido por todos aquellos que se desenvuelven en este ámbito de materias.
En síntesis, le reconocemos el derecho que tiene esa sociedad deportiva para generarle mayor valor económico a su patrimonio, pero en un país serio como Chile, miembro de la distinguida OCDE, es necesario que todos los actores privados que participan en el mercado del suelo respeten los marcos regulatorios que las autoridades han establecido. Obtener plusvalías es muy bueno, pero la escrupulosidad también lo es.
No quisiéramos creer que, a través de rebuscadas interpretaciones avaladas por quienes deben hacer cumplir el espíritu y la letra de los marcos legales, estemos ante un nuevo hecho consumado y este es un riesgo latente.
Así las cosas y a pesar de la decisión tomada por los socios de ese club, entendiendo que
Los socios del Club de Golf, quienes ya reciben ayuda del Estado, pues por ese amplio inmueble no pagan contribuciones de bienes raíces, deberían seguir disfrutando de los excelentes almuerzos que allí se sirven y, si se nos permite, quisiéramos que los jugadores de este antiguo deporte, desentendiéndose de las plusvalías, mantuvieran y acrecentaran sus preocupaciones por los hoyos en el green.