Hay conceptos bellos de pronunciar pero difíciles de conciliar sin una revolución social: fin de la pobreza, desarrollo económico y estado plurinacional, Madre Tierra, Vivir Bien. Es la disyuntiva de Bolivia.
Una mujer explica por qué se opone a la construcción de la carretera del gobierno en el Territorio Indígena y Parque Natural Isiboro Sécure (TIPNIS). Simona Cueva, pobladora de la zona dice: “Precisamente los colonos nos pueden saquear los recursos de nuestra zona, la madera en especial, los peces, las aves que hay en los montes que utilizamos. Aquí nosotros no sacamos nuestros recursos, sino más bien los cuidamos”.
Se conocen bien las peticiones y las acciones de los indígenas del TIPNIS por la difusión que hacen los medios empresariales internos e internacionales interesada en derribar a Morales. Se sabe que la embajada norteamericana mantiene contactos con algunos dirigentes y que
El problema profundo está en la conducta del gobierno.
Escribe Raúl Zibechi: “El fondo de la cuestión es el camino que desean transitar los pueblos que habitan Bolivia. Y esta es la cuestión más difícil, la más espinosa y la que menos estamos debatiendo. ¿Acaso alguien puede ignorar que el Buen Vivir y la no explotación de la naturaleza impedirá el acceso al consumo a grandes sectores de la población? ¿Es posible combinar una política no desarrollista, con bajo crecimiento económico, con una mínima satisfacción de las necesidades de alimentación, salud y educación de toda la población?”
Y esa carretera es crecimiento económico y retroceso de la sostenibilidad programática.
La carretera es un proyecto de riqueza. Un tramo de
Sin embargo el gobierno de Evo Morales había ofrecido no continuar las políticas propias del capitalismo global.
La marcha social hacia
El gobierno de Bolivia se inclina por lo que es común en el planeta. Las selvas destruidas en Brasil, Indonesia, el Congo, los indígenas atropellados en sus derechos, el poder político central imponiéndose por medio de los órganos del estado.
La economía ecológica exige romper con la conducta capitalista, estar dispuesto a cortar con las aspiraciones de consumo reinantes y si no se va a asumir el costo de ir contra la corriente imperante lo que corresponde es no prometerlo.
En este momento de dominio sin oposición del empresariado Evo tiene la razón práctica de ir por el crecimiento. Para la seguridad del futuro la verdad está en los indígenas de la selva que defienden su modo de vida, la flora y la fauna.
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Rómulo Pardo Silva
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