Noviembre 7, 2024

Socialdemócratas y globos sonda

concertacion11

concertacion11Los alemanes, los suecos por muchos años, los ingleses, los franceses y los españoles han tenido grandes partidos y gobiernos socialdemócratas, pero los chilenos no.

 

 

 

 

El Partido Radical surgió en el siglo XIX antes que el Partido Socialdemócrata alemán; en Chile gobernó con la izquierda en el Frente Popular y la Unidad Popular, con la derecha en el gobierno de González Videla y de Jorge Alessandri y ha sido una fuerza de centro en la Concertación.

 

El Partido Socialista no nació como socialdemócrata sino como fuerza revolucionaria y, como tal, gobernó con Salvador Allende. Lo mismo otros partidos de izquierda, como el Mir o el Mapu, surgidos en los años sesenta.

Hubo algunos que calificaron, en su momento, al gobierno de Allende como un gobierno socialdemócrata y reformista pero la conducta del imperialismo y la burguesía chilena contra él y sus partidarios puso fin a la caricatura.

 

Durante la lucha contra la dictadura el PR, el PS y el PPD llegaron a formar parte de la Internacional Socialista (Socialdemócrata) y, por su estrategia, pudieron ser vistos como socialdemócratas.

 

Por su conducta en los gobiernos de la Concertación  esos “socialdemócratas” chilenos –hegemónicos en el gobierno en los tiempos de Lagos y Bachelet- terminaron haciendo políticas económicas con un fuerte cargamento liberal, con Eyzaguirre y Velasco (Gazmuri lo llama “liberalismo social” recientemente en El Mercurio), muy parecidas a las de ciertas derechas latinoamericanas actuales. Como las que ambicionaría Longueira si mandara aún más y fuere coherente.

 

El socialismo de los 60 y 70 en Chile no fue socialdemócrata, fue un socialismo revolucionario con fuerte carga marxista y leninista.

 

Para presentarse como un movimiento “de izquierda” la llamada socialdemocracia de la Concertación debe dar cuenta de una clara autocrítica y compartir con  toda la izquierda el programa de reformas que los estudiantes han abierto.

 

La autocrítica debe traducirse en una limpieza de militantes. El solo golpe en el pecho no vale ni para la confesión católica. Los militantes “socialistas” que sirven al capital financiero –bancos y grandes empresas- no pueden seguir siendo militantes socialistas. No lo son.

 

De otra manera ¿por qué creerles su actual reformismo?

 

La unidad “socialdemócrata” convertiría, además, al nuevo partido en el mayor de la Concertación, y en un sistema binominal con la derecha, como el que no reemplazarán, relegaría en el 2013 a la DC a una representación muy baja. Escalona no puede estar con esa construcción política y de allí que ella tenga nula viabilidad.

 

La actual dirección del PS es tan dogmática con el eje PS-DC como lo fue en los 60 y 70 con el eje PS-PC.

 

Y lo que fue y pudo ser tremendamente transformador dejó de serlo.

 

Ahora las fuerzas transformadoras pasan por las grandes alamedas, proponen al país un programa con vocación mayoritaria y hasta condicionan, sin tener fuerza propia parlamentaria, los tiempos del Congreso y la discusión del Presupuesto.

 

No se trata ya de pequeños pingüinos que protestan.

 

¿Cómo Carolina Tohá y Guido Girardi no tomaron en cuenta esas realidades?

 

Labbé parece que sí. Desfasado y minoritario en el país, es un globo sonda elevado sobre Las Condes, como el Tanquetazo de junio de 1973, pero a estas alturas sin el indispensable apoyo social. A destiempo. Y 38 años después.

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