Los estudiantes rechazaron la respuesta del Gobierno al haber acogido parcialmente sus exigencias para instaurar una mesa de negociación que destrabe un extenso conflicto y lo acusaron de romper la posibilidad de diálogo. El gobierno no respondió a las principales demandas estudiantiles.
“El Gobierno vuelve a romper la posibilidad del diálogo”, señaló el vicepresidente de
“Lamentamos profundamente que el gobierno se haya negado a entregar condiciones, la verdad mínimas, de sentido común, porque nosotros estamos dispuestos al diálogo”, añadió Figueroa.
La tarde del jueves el gobierno anunció que acogía de forma parcial las condiciones que exigieron los estudiantes para iniciar el diálogo y los llamó a negociar cuanto antes.
Al responder públicamente a una ‘contrapropuesta’ de diálogo entregada el lunes por los estudiantes, el ministro de Educación, Felipe Bulnes, dijo que se rechazaba la principal de las cuatro exigencias impuestas: paralizar la tramitación de dos proyectos de ley sobre educación enviados al Congreso, sin consensuarlos con ellos.
Los proyectos consisten en rebajar desde 5,6% hasta 2% los intereses de un crédito privado avalado por el Estado al que recurren hoy los universitarios para pagar los aranceles, y en permitir la renegociación de la deuda para unos 110.000 estudiantes morosos.
El Ejecutivo tampoco está dispuesto a adaptar el calendario escolar y universitario para que los estudiantes puedan recuperar las clases perdidas durante las movilizaciones.
“El gobierno ha hecho la apuesta de que el movimiento estudiantil está debilitado. No es así. Este movimiento tiene todavía capacidad de seguir en pie”, agregó Figueroa, ratificando un nuevo llamado a paro nacional para el próximo jueves 22 de septiembre.