
Un muy buen amigo mío, Bruce Currey, académico británico residente en Ginebra e investigador para
“[la columna] […] incluye una fotografía a todo color que muestra a una mujer etíope sin nombre preparando alimentos para sus demacrados hijos sin nombre. Tanto la foto como el artículo aparecen después de diecisiete páginas de anuncios corporativos, que incluyen relojes de alta tecnología y una propaganda de papas fritas titulada <<compre una y lleve otra gratis>>”.
“Diez páginas del Times ofrecen un extenso reportaje sobre el cierre del News of the World titulado <<hackeado hasta la muerte>>. En la portada colocaron una foto de archivo en blanco y negro donde aparece no una mujer etíope sin nombre, sino Rupert Murdoch bebiendo una taza de té, <<echando una mirada de propietario>> sobre su nueva adquisición del News of the World en 1969, adquisición que tuvo un costo similar a las 38 millones de libras esterlinas que el DFID (Departamento internacional para el Desarrollo, siglas en inglés) recientemente dispuso para la adquisición de alimentos para 1,3 millones de personas en Etiopía”.
“Hay un estimado de diez millones de personas en riesgo de padecer hambruna en África y esto frente a los ojos de los mass media globales. Se estima que un billón de personas viven en <<democracias>> con sus vidas y la de sus hijos <<hackeadas>> por el hambre, por una probable muerte temprana y mutilados por una habilidad cognitiva inexorablemente limitada”
“La labor y el poder del periodismo global y del <<periodismo concientizado>> es el de otorgar igual voz a las madres etíopes en la portada del Times […]”.
La crítica de Bruce Currey no es otra cosa sino el llamado de atención típico que cualquier ciudadano medianamente inteligente y provisto de una visión crítica realiza a unos medios de comunicación frivolizados y pendientes de cualquier cosa, menos de lo que realmente importa para construir la realidad. Más de alguno objetará: está bien, la hambruna es un tema importante pero no es realmente noticia en tanto no ofrece novedad. Los negros de África –como los llamaba Kant– desde hace años se vienen muriendo de hambre…
Uno podría acostumbrarse al desinterés de los medios de comunicación si estos no se empecinaran en denostar las pocas cosas de auténtico interés ciudadano que deciden abordar. Aislando el hecho de que ciertos diarios de circulación nacional y canales de televisión han decidido reducir las protestas estudiantiles a mera violencia populachera y a la crítica del rico paño de los trajes de sus dirigentes, recientemente Las Últimas Noticias (o Lun) ha colocado en portada una fotografía a todo color de Camila Vallejo, la segunda mujer en ocupar la presidencia de
La cuestión de la cosificación del cuerpo de la mujer –que
El poder que tienen en sus manos los medios de comunicación a la hora de definir qué es y qué no es noticia es algo que el ciudadano promedio no tiene derecho a controlar. Ese derecho lo tienen, claro está, los dueños de las “papas fritas vale otro” y los relojes altamente sofisticados que menciona Currey en su crítica al Times. A no ofenderse entonces por las tonterías que espetan los periodistas de quinta categoría de los medios encabezados por TVN, el canal de los chilenos, o de Las Últimas Noticias, total, ya es su costumbre edificar una realidad inexistente, o en última instancia, conveniente para quienes representan todo aquello contra lo cual la ciudadanía hoy en día cacerolea, vocifera, y gracias a los encomiables Carabineros de Chile, arriesga su vida en las calles.