Noviembre 2, 2024

La señal de Caín

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zalaquett“El progreso y la construcción de una sociedad de más justicia y menos desigualdades no se ha logrado en ninguna parte del mundo por vía de la violencia. Existen dos caminos: el diálogo y la violencia y en eso no nos vamos a cansar nunca de privilegiar la comunicación para solucionar los problemas que nuestra sociedad tiene. En ninguna parte del mundo se ha logrado reducir las desigualdades por la vía de la violencia”.

 

 

 

 

Qué satisfactorio que el ministro Hinzpeter reconozca que la burguesía, que viene gobernando el mundo desde hace más de 200  y que accede al poder gracias a una revolución un poquito violenta, no ha sido capaz de lograr  una “sociedad de más justicia y menos desigualdades”.

 

Pero además, el ministro Hinzpeter, al igual que el alcalde Zalaquett y todas las autoridades del gobierno, como parlamentarios y alcaldes, son tremendamente mal agradecidos con la Diosa de la Violencia. En vez de rendirle pleitesía, la critican, la maltratan, hasta la reprimen (con más violencia, por supuesto).

 

¿Qué sería de todos ustedes, que ostentan y detentan en forma ilegal e ilegítima todos los cargos que ocupan, si no hubiese sido por el acto más violento en la historia política de nuestro país contra un gobierno que sí logró, en sólo tres años, construir una sociedad de “más justicia y menos desigualdades”, cuya labor se vio constantemente obstruida por la violencia terrorista de la derecha, incluso antes de que asumiera el Gobierno?

 

…“Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual. Aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas  horas presente: los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las líneas férreas, destruyendo los oleoductos y los gasoductos; frente al silencio de los que tenían la obligación de proceder”. (1)

 

El alcalde Zalaquett se queja por la violencia que se manifiesta en las marchas de los estudiantes (suponiendo que son estudiantes y no infiltrados), porque  rompen el mobiliario urbano y  dejan pérdidas por varios millones de pesos. Sin embargo, no repara en la destrucción de barrios completos cuando las Direcciones de Obras de las Municipalidades otorgan permisos truchos para construir enormes edificios, con el daño no sólo patrimonial (por varios millones más que los que dice el alcalde),  sino moral y sicológico de los vecinos. Y para muestra un botón: ahí no más, a 100 metros de la emblemática Plaza Italia, cruzando el puente Pío Nono, destruyeron una manzana completa con la construcción de un edificio, fuera de norma, para albergar una universidad “sin fines de lucro”.

 

Pero esa no es violencia, es negocio, es mercado… Y lo más curioso, es que ni siquiera respetan la “normativa vigente”, que de por sí es ilegal e ilegítima. Porque, no sé si se ha percatado el señor ministro y todos aquellos que dicen tener un cargo de autoridad en cualquier poder del Estado, y que reniegan de la Diosa de la Violencia, que la institución del actual “Estado” de Chile es en  sí mismo un acto de extrema violencia, toda vez que ha sido “constituido” por un Bando Militar. Por esto, todas las instituciones y las funciones que ejercen, además de actos ilegales e ilegítimos, tienen como base la violencia.

Entonces, cuando los “gobiernos” aprueban la construcción de termoeléctricas, hydroaysenes,  explotación de minas de carbón, Pascuas Lamas, etc., y apelan a que “cumplen con la normativa vigente”, no entienden o no les conviene entender, que justamente ahí es donde radica el problema. Esta “normativa vigente”, fue instaurada por un acto de absoluta violencia.

 

Es importante destacar que el grado de  violencia se valora de distinta manera dependiendo del sujeto que la analiza. Cuando la derecha secuestra, tortura, asesina, hace desaparecer personas, se cometen “algunos excesos”. Cuando un estudiante (insisto, suponiendo que son estudiantes) rompe el mobiliario urbano o una vitrina (acto que no justifico en lo absoluto y que, además,  perjudica al movimiento), es tildado de vándalo o incluso, de terrorista.

 

Una pregunta al doblemente designado (gracias a la “normativa vigente”) senador Carlos Larraín: ¿no cree Ud. que su designación por la “vacancia” de otro designado es un acto que violenta la conciencia del más humilde de los seres humanos o será que de motu proprio tomará la posición de víctima?

 

Podría argumentarse que no representa un acto de violencia física, sin embargo, es una violencia simbólica que influye enormemente en el inconsciente colectivo: “La violencia simbólica implica que en nuestra sociedad está predominando el principio de tener éxito a cualquier costo. Este despiadado deseo de tener éxito implica una serie de elementos violentos. Como lo ha dicho James Baldwin,* ‘la ecuación norteamericana de éxito y fortuna revela un horrible desprecio por la vida humana’. El dominar a los demás y ejercer poder sobre ellos es algo que se recompensa social y económicamente. Existe toda una filosofía de la autoexpresión o de  la autoactualización… En un libro que forma parte de una serie editada por un profesor de psicología de la Universidad de Harvard encontramos la siguiente afirmación: El concepto de autoactualización implica necesariamente un cierto egoísmo y autodefensa, una cierta dosis de violencia e incluso de ferocidad”. (2)

 

Cuando el gobierno quiere prevenir la violencia habla de la ley y el orden. Pero la ley y el orden se hallan fundamentados y amenazados a la vez por la violencia potencial.

 

Sobre la violencia se podrían escribir páginas y páginas. En esta nota he querido esbozar algunos aspectos relacionados con la coyuntura política en nuestro país. Así,  deseo prevenir a algunos personajes que hablan de respetar la “institucionalidad democrática”, que se están pisando la cola, pues la única “institucionalidad democrática” vigente, es la instituida por la Constitución de la República de Chile de 1925.

 

* N. de R: James Baldwin (Nueva York 1924 – París 1987), narrador, ensayista y comediógrafo afroamericano. Entre 1950 y 1960 sufre una gran represión literaria y política debido a sus análisis críticos del problema racial en los E.E.U.U. Si bien Baldwin se refiere a la sociedad norteamericana, su planteamiento se puede aplicar a cualquier sociedad capitalista, especialmente a la chilena, que trata de imitar, con singular entusiasmo, a aquella. ¿Será de lectura obligatoria el libro del profesor de psicología antes mencionado para los doctorandos en  Harvard?

 

(1) Extracto de las “Últimas Palabras” del doctor Salvador Allende, Presidente Constitucional de la, hasta ese momento, República de Chile.

 

(2) Fredric Wertham, La señal de Caín (sobre la violencia humana), Siglo XXI, México, 1971.

 

 

 

   

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