Por las materias que mostró desde el principio, no era difícil prever que las filtraciones de Wikileaks iban a ser un caso de gran importancia y que su fundador, Julian Assange, no sería ni pronto ni fácilmente olvidado o perdonado por los sujetos de aquéllas, que fueron afectados directa o indirectamente de manera inmediata, empezando por Estados Unidos (EU).
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Hay que observar, solamente, la evolución que las notas periodísticas han tenido en unos cuantos días, para confirmar cualquier suposición que, por alarmista que hubiera podido parecer, a estas alturas ya seguramente quedó plenamente confirmada, incluso minimizando los supuestos de referencia.
El periódico español El País ofrece un magnífico ejemplo, digno de analizarse. Inmediatamente creó una serie de reportajes titulados Los papeles secretos del Departamento de Estado que no solamente no muestran indicio alguno de agotarse, sino que cada día toman mayor ímpetu, y continúan publicándose en los sitios de mayor importancia: en las primeras planas, y con las continuaciones también en las páginas de mayor importancia, por su ubicación y número.
Pues en los últimos días de la semana reciente, ocuparon de 10 a 13 páginas del ámbito internacional, para seguir con el de España misma, pero mostrando las filtraciones que se refieren a este país, así que, estrictamente hablando, puede decirse que estos documentos nutren las 15 o más páginas para tratar estos asuntos.
La problemática de los derechos humanos en China es objeto también de la atención del prestigiado diario español, que le dedicó dos planas completas a que el Premio Nobel de la Paz, concedido al intelectual chino Liu Xiaobo, quien no estuvo en situación siquiera de enviar a un representante a recibirlo, por lo que el presidente del comité de adjudicaciones lo colocó en una silla vacía. No entramos en esta polémica. Solamente señalamos el hecho, sin comentarios.
En páginas siguientes, volviendo a los papeles del Departamento de Estado, se ocupa el periódico de lo afirmado por Estados Unidos acerca de que el Vaticano es visto por este país como un poder cerrado, provinciano y anticuado. Pasa en seguida a América Latina, donde Uribe advirtió que Chávez era una amenaza similar a Hitler, recordando la anterior discusión que sostuvieron los dos presidentes, calificando, sin embargo, a Chávez, de líder bolivariano, lo cual, me parece que sería tan discutible como lo otro. Quién sabe qué diría Bolívar de esto, y al uso tan generoso, por llamarlo de alguna manera, que Chávez hace de su nombre.
El País pasa, dentro del mismo título genérico de Los papeles del Departamento de Estado, hasta Serbia, afirmando que esta región cree que Rusia y mafias locales protegen a Mladic y que los diplomáticos estadunidenses anotan que Moscú no colabora en la búsqueda del fugitivo, el general Ratko Mladic. Y luego Belgrado señala a EU contactos entre protectores y diplomáticos de Moscú. Todo ello, bajo el título, más específico, de La guerra de los Balcanes.
A página seguida, el diario español, consigna la intención de que EU acusará a Julian Assange de espionaje, según sus abogados, aunque los letrados afirman que la imputación no prosperará. Y que, de esta manera, el cerco a Assange está cerrándose y la administración estadunidense está preparándose para valerse de la ley de espionaje de 1917 contra el fundador de Wikileaks, lo que sería un hecho sin precedente, por la causal de filtraciones de secretos de Estado desde que se publicaron los papeles del Pentágono, por The New York Times en la década de 1970. Ésta parece ser la tesis que manejó el fiscal general de EU, Eric Holder, ante los delegados de la Unión Europea de los cargos que presentará contra Assange, quien es ciudadano australiano radicado en Europa, suponemos que refiriéndose a su situación frente al juicio que, según parece, se emprenderá muy pronto en su contra.
Se han manejado factores a los que se atribuye una implicación de mayor responsabilidad, aunque en realidad nada tiene que ver que una señora sueca se hubiera dormido en el curso de alguna celebración muy especial con Assange. Dando por hecho que en verdad hubiera sido así, no ha sido demostrado. En lo que se refiere a la opinión pública internacional, respecto de otras implicaciones, se han manejado asuntos de mucha gravedad que sí se han filtrado y dado a conocer, en una acción que ha causado profundas molestias, más que por los hechos en sí mismos y el daño que pudiera estarse infiriendo a terceras personas, físicas o morales, entre los que según parece, efectivamente pudiera estar el propio gobierno estadunidense, por haberse filtrado, y no tanto como por la materia de lo que se filtró, pues en esto quizás habría de tomarse en consideración, quién o quiénes fueron los responsables de que estos hechos se realizaran, violando las leyes de otros países y pretendiendo luego aplicar la propia a ciudadanos de otros países, como es el caso de Assange, quien difícilmente podrá ser juzgado en el marco jurídico estadunidense, siendo que él es australiano.
Otra cosa que se está verificando es que esté implícita la lucha por unos controles más estrechos de la Internet, tanto de la información clasificada, la cual, en todo caso, debería estar regulada por las leyes de los países en los que genera esta información, como en lo que hace a los términos que se consideren adecuados para determinar, del mismo modo, los plazos en los que cada país considere que hacer del dominio público estas informaciones no dañará los intereses generales de las sociedades nacionales, y no, por supuesto, de las particulares de grupos o personas.