Septiembre 21, 2024

Chilenos en el extranjero: vínculo y pertenencia

chilenos_paris_estud

chilenos_paris_estudEl señor presidente de Chile, Sebastián Piñera envió hace algún tiempo atrás al Congreso Nacional de la República, un proyecto de “reformas políticas”, entre las cuales se incluye el derecho a voto de los chilenos que vivimos fuera de las fronteras de nuestro país.

 

 

El proyecto en cuestión, indica en la sección N° II y referida a los antecedentes del mensaje presidencial que “Extender el derecho a voto a los ciudadanos chilenos que residen en el extranjero que mantengan un vínculo y pertenencia con el país, no solo es un anhelo de nuestro gobierno sino es un modo de fortalecer nuestra democracia, de perfeccionar la institucionalidad electoral a fin de lograr una democracia más participativa”.

¿Qué es o qué puede ser este vínculo y pertenencia con el país?, cosa que el señor presidente no precisa en su texto al Congreso Nacional.

Vínculo indica lazo, atadura, unión de una persona o cosa con otra. Pertenencia, por otra parte, se define como derecho de propiedad que tiene uno sobre una cosa o cosa que pertenece a uno. También los diccionarios indican que semánticamente significa “cosa accesoria de otra”.

¿Tenemos o no, los chilenos que vivimos fuera de nuestro Chile ese vínculo y esa pertenencia, a que hace mención el señor Piñera?
¡Obviamente que sí!

Los chilenos del exterior tenemos un lazo físico y emocional, además de una atadura no solamente con nuestros padres, hermanos, amigos que viven en Chile, sino que también nos vinculamos históricamente con el país en que nacimos y cuyo recuerdo permanece no solo en el inconsciente, sino que además en el diario vivir de las experiencias vivenciales de cada día.

En otras palabras, conllevamos no solo la imagen del país lejano, sino que también el afecto, el recuerdo y la pertenencia a lo que es nuestro. Chile no es solo un nombre que signifique identificarlo frente a otros países. Es la cuna de los seres humanos que nacen y entran en el mundo específico y concreto donde inician y participan en la vida junto a los demás.

Chile es su gente, son nuestros familiares, nuestro paisaje, los lugares sagrados donde descansan nuestros antepasados. Chile es su historia y la historia nos incorpora como agentes activos desde el momento de nuestro nacimiento, desde el momento que fuimos identificados e incorporados a los antecedentes de las Oficinas del Registro Civil, de los Cantones de Recrutamiento, cuando se nos otorgaron nuestras cédulas de identidad, pasaportes o licencias de conducir.

Nunca fuimos ciudadanos neutros o anónimos, fuimos personas de carne y hueso que pasamos por las escuelas, liceos y universidades, por las calles de nuestras ciudades, por las fábricas para trabajar como obreros, como empleados o profesionales, ya sea en instituciones públicas o privadas. Somos, en otras palabras, miembros intrínsicamente ligados y vinculados al desarrollo de Chile y a la formación y construcción humana del Chile del siglo XXI.

La pertenencia a Chile nos hace ser, como chilenos, dueños de las riquezas del país, de sus recursos naturales, de su clima y de su flora y de su fauna. Toda esta riqueza, administrada hoy  por compañías y consorcios, pertenecen a todos los chilenos y es parte del derecho que la naturaleza nos otorga por el solo hecho de haber nacido en Chile.

Buscar, malintencionadamente, argumentos políticos e intereses creados para torcer estas palabras – vínculo y pertenencia – es situarse fuera de la realidad metafísica que todos compartimos por el solo hecho de ser chilenos y estar registrados como ciudadanos en las instituciones competentes que la República se ha dado a través de su historia.

Pero además de esta realidad cognocitiva y experimental, yo aconsejaría a las autoridades de este gobierno leer detenidamente a uno de los grandes sicólogos del siglo XX. En efecto, el pensamiento de Carl Jung transformó el mundo de la sicología moderna.

Su contribución se extendió más allá de la teoría y práctica de la sicología analítica. Él y las escuelas que han seguido su pensamiento, hablan del inconsciente colectivo, llegado a sostener que existe una memoria o vínculo genético que nos relaciona inconsciente y que en definitiva “Todos somos lo mismo, estamos unidos por un todo que nos hace pertenecientes a él”.

Ese es el vínculo y la pertenencia que tenemos con nuestro Chile los chilenos del exterior. Esta es una de la razones por las que exigimos el derecho a voto, además de los instrumentos legales y constitucionales que nos garantizan este derecho (Constitución Política artículo 13); sin contar los tratados internacionales, como es la Convención Internacional sobre Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, (artículo 41).

 
Gustavo Mártin Montenegro
Master en Estudios Latinoamericanos
Universidad de New South Wales
Sydney – Australia

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