Hace sólo unas horas, se cumplieron 150 años de la Masonería chilena. Sin duda, una fecha importante para esta institución de tipo filosófico, pero también, significativa para nuestra Historia Patria. Desde sus orígenes republicanos, Chile ha recibido el impulso e influencia de la Masonería, por lo cual se ha desarrollado dentro de los preceptos de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. Y lo ha hecho desde mucho antes en este devenir histórico.
Por ejemplo, Bernardo O’Higgins ingresó en la Logia de Francisco de Miranda, en Londres, en el año 1797. Y cuatro años más tarde fundó la Logia Lautaro, en la ciudad española de Cádiz, con una orientación claramente latinoamericanista.
Simón Bolívar, José de San Martín, Sucre, Mitre, Carrera, también con idéntica formación masónica, profundizan en aquellas ideas que recorrían el continente en aquellos años.
Sobre la base de tales planteamientos, hay hitos históricos en Chile que llevan su sello. Por ejemplo, José Miguel Carrera, en los albores del siglo XIX, promulga la Ley de Vientre, que abolió la esclavitud. Fundó el Instituto Nacional, instauró el primer sistema de educación primaria y creó la Biblioteca Nacional.
Luego, Bernardo O’Higgins proclamó oficialmente la independencia de Chile y abolió los títulos nobiliarios, marcando el concepto de la igualdad.
Pero donde más se aprecia la influencia masónica en nuestro desarrollo histórico, es en la Educación. Repasemos algunos ejemplos destacados y significativos que demuestran nuestras afirmaciones. Manuel Bulnes creó la primera Escuela Normal, fundó la Universidad de Chile y la Escuela de Artes y Oficios.
Por su parte, Manuel Montt continuó en esa línea creando más de 500 escuelas primarias y dictando la primera Ley Orgánica de Educación.
Lastarria, Barros Arana, Andrés Bello, Valentín Letelier, Darío Salas, Pedro Aguirre Cerda, son nombres de destacados masones que marcaron una visión profunda de cultura, educación y progreso, valores fundamentales para desarrollar una sociedad más justa.
De presidentes que pertenecieron a la Masonería chilena son también la Ley sobre Libertad de Cultos, La Ley Orgánica de Tribunales, la de Registro Civil y Matrimonio, la de Cementerios laicos, el Sufragio Universal, y la Constitución de 1925. Y los fundadores de la CORFO, de la ENAP, la ENAMI, la ENDESA, la Empresa Marítima de Estado.
En fin, hay una larga lista de obras que llevan el sello del pensamiento masónico. Sin embargo, como se trata de una entidad formada por hombres, con todas sus debilidades y virtudes, ha habido momentos difíciles para esta organización. Pero ha sabido sacudirse, sobreponerse y volver a caminar, para el bien de la sociedad chilena. Como recordando una frase fundamental de Francisco Bilbao: “Nuestro sistema es el racionalismo, nuestro medio la fraternidad, nuestro fin la libertad y nuestro ideal la justicia social”.