Enero 2, 2025

La Concertación debe explicaciones (XXXIII)

pinochetaylwin

pinochetaylwinEl liderazgo de la Concertación debiera explicarle también a sus bases y al país el porqué     -bajo sus sucesivos gobiernos- se llevó al extremo la política de autocensura en el ámbito de Televisión Nacional (TVN), más allá de haber “neutralizado” dicho canal a través de un directorio virtualmente paritario con la derecha política propiamente tal.

 

 

 A tal punto se convirtió TVN en un medio de comunicación controlado por los poderes fácticos y el Gobierno, que en diversas ocasiones los directivos del canal sufrieron los embates de aquellos en momentos que querían ejercer con alguna independencia su ya limitado rol comunicacional. Las más importantes parecen haber sido las siguientes.

 

Durante la presidencia de Aylwin en 1993, Televisión Nacional tenía programada una entrevista con el ex agente de la DINA, Michael Townley, con lo que se suponía serían notables revelaciones respecto al accionar criminal de aquella, en vísperas de un importante fallo judicial. Considerándolo inconveniente, el propio Aylwin le pidió a su ministro secretario general de Gobierno, Enrique Correa, que le solicitara la postergación de su exhibición al director ejecutivo del canal, Jorge Navarrete, y al presidente del directorio de la empresa, Jorge Donoso. La presión produjo efecto, aunque el programa pudo transmitirse tiempo después.

 

Bajo Frei Ruiz-Tagle se llegó a situaciones más graves. De este modo, su director Jorge Navarrete fue virtualmente despedido en 1994 luego de presiones gubernativas al directorio de TVN. El problema se generó por la exhibición de un programa sobre la situación de Indonesia que incluía la extrema corrupción del dictador Suharto y su familia y las gravísimas violaciones de derechos humanos en Timor Oriental, entonces ocupado por Indonesia. El reportaje molestó mucho al gobierno indonesio, con el que el gobierno chileno buscaba tener excelentes relaciones en vista a la incorporación de nuestro país a la APEC; y, de ahí, las presiones gubernativas.

 

Durante Lagos la situación empeoró aun más. En primer lugar, a fines de 2000 TVN exhibió un programa inédito –dada las restricciones auto-impuestas existentes- sobre la intervención de la CIA en los acontecimientos que llevaron al golpe de Estado en 1973. En dicho programa se destacaban -entre otras cosas- las conexiones de aquella con El Mercurio y Agustín Edwards, lo que provocó las iras de los directores de derecha del canal y un conflicto abierto entre su director ejecutivo (René Cortázar) y su jefe de prensa (Jaime Moreno Laval) que culminó con la salida de ambos.

 

Posteriormente, “los conflictos editoriales y las intervenciones políticas que sufrió (TVN) durante 2002 y, sobre todo durante 2003 y 2004, lo tuvieron en primera plana y fuertemente cuestionado desde el punto de vista de la libertad de expresión y la autonomía del gobierno de turno… Uno de los episodios más objetables de intervención política en el trabajo cotidiano de prensa de TVN se produjo durante los últimos meses de 2003, cuando el llamado caso Spiniak marcaba a fuego la agenda nacional. La UDI acusó al editor de TVN, Mario Aguilera, y al departamento de prensa, de ser parte de un supuesto complot destinado a perjudicar al partido y su opción presidencial para 2005. El conflicto llevó a que incluso el presidente del directorio tomara un master (cinta sin editar) con una entrevista y lo entregara al juez Daniel Calvo, hasta entonces a cargo de la investigación judicial. Todo, sin la anuencia ni del periodista responsable ni de los editores o del jefe de prensa”.

 

Finalmente, la UDI obtuvo finalmente el despido de Aguilera “en enero de 2004, en el marco de la reorganización del departamento de prensa de TVN y bajo fuertes presiones sobre su jefa de prensa, Verónica López”. (Claudia Lagos y Rafael Otano.- Los medios en los años de la videopolítica; en Hugo Fazio y otros.- Gobierno de Lagos: balance crítico; Edit. Lom, Santiago, 2005; pp. 168-169)

 

Todo ello culminó con la virtual remoción por parte de Ricardo Lagos de los dos miembros del directorio del canal (Nissim Sharim y Faride Zerán) que luchaban por convertir la estación en un auténtico medio de comunicación que reflejara la pluralidad política y cultural del país, lo que vimos en La Concertación debe explicaciones (XXXI)

 

Por otro lado, la autocensura en TVN –y en los demás canales de televisión y prensa diaria- se llevó a cabo habitualmente durante los 20 años de gobiernos concertacionistas expresándose en múltiples fenómenos de gran trascendencia: Inexistencia de programas de investigación y de debate sobre los temas más álgidos de la realidad nacional; virtual ocultamiento de hechos que pudiesen afectar la nominal democracia existente, incluyendo noticias “molestas” que aparecían en algún medio de comunicación; auto-restricciones del lenguaje y la labor periodística; exclusión de dirigentes sociales populares e intelectuales críticos de las pantallas; restricción de las informaciones de violaciones de derechos humanos a un carácter de “noticia policial”; y censura de la generalidad del cine chileno del exilio y de los documentales con una mirada crítica de la historia reciente y del Chile contemporáneo. (Continuará)   

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