Hace algunas semanas la CNN comentaba en paralelo las elecciones presidenciales desarrolladas en Chile y Honduras centrando su atención en las diferencias entre ambos procesos. En Honduras este llegó a ser calificado de ilegítimo y la OEA exigió nuevas elecciones. En cuanto a Chile el noticiero alababa la transparencia y el orden con que se cumplieron todas las metas fijadas para el día.
La situación de Honduras no es sorprendente, ya que ese pobre país ha perdido credibilidad por todo el sufrimiento que ha soportado. Descontando las acciones americanas realizadas históricamente en Centroamérica, aún en los 80, tropas yanquis lo ocupaban para invadir Nicaragua, dejando a su población fronteriza con prostitución, SIDA, drogadicción, bandas de niños asesinos y todas las aberraciones que crean los marines en el mundo cuando deciden “defender la libertad”.
En Chile, en el marco de su “espíritu republicano”, los candidatos se abrazaron, la Presidenta tomó desayuno con el presidente recién electo, pese a que, unos días antes, el candidato de la derecha había hecho graves acusaciones al Gobierno y al SERVEL. Entre ellas, de publicidad basada en actividades gubernamentales, de votos marcados, (idea inexplicable y absurda como mecanismo de fraude), de que Guillier seguiría el ejemplo de Maduro y que en su mandato se produciría el mismo desabastecimiento que hubo durante la Unidad Popular. Piñera y sus publicistas hicieron suyo el slogan de Goebbels: “Mentir, mentir, que algo queda”, pero que Piñera, con su vasta cultura universal, adjudicó a Lenin.
Chile no ha sido invadido por tropas yanquis como Honduras. A nosotros nos atacan más glamorosamente. Nuestro Palacio de Gobierno, donde se encontraba el cuerpo del Presidente de la República elegido constitucionalmente, fue bombardeado por los EEUU con Hawker Hunters. Ello fue considerado legítimo, porque en Chile había desabastecimiento, el que duró exactamente hasta el 12 de septiembre de 1973.
Felizmente no nos han bombardeado de nuevo, porque nos hemos portado bien. La Concertación, luego que terminó con las lacras más evidentes de la dictadura, se dedicó a profundizar punto por punto, el proceso iniciado por esta. El Presidente Lagos, el mismo que ahora ofrece su colaboración republicana a Piñera y que antes se hubiera hecho famoso apuntando con el dedo a Pinochet, privatizó Correos, el Banco del Estado, el agua, los puertos y las carreteras, usando, en estos últimos, el mecanismo de las concesiones, es decir privatizaciones renovables.
El “perdonazo” a Johnson´s, donde esta empresa dejó de pagar un monto inimaginable de impuestos al Fisco, provino de reglamentos internos de la Oficina de Grandes Contribuyentes del Servicio de Impuestos Internos decretados por Lagos y luego Bachelet. La filosofía que inspira estos Decretos internos es que la Oficina debe perdonar el pago de impuestos a las grandes empresas cuando tienen una deuda muy grande “para que estas no quiebren y eliminen fuentes de trabajo”.
Con este apoyo a las grandes empresas y a sus representantes, la Concertación y la Nueva Mayoría lograron que Chile se destacara por su empresariado, que posee inversiones en toda América Latina y que sistemáticamente ha aumentado sus fortunas al punto que constituyen un verdadero ejemplo entre los multimillonarios más ricos del mundo en los records que lleva anualmente la Revista Forbes. En los primeros años de democracia había unas siete familias en dichos records. En 2018 las familias ya son más de diez y el patrimonio de las anteriores ha aumentado.
El Grupo Luksic representado por la viuda Iris Fontbona ocupa el lugar 84 del mundo habiendo aumentado su fortuna en 2017 en US$2600 millones en relación a 2016.
Horst Paulmann está en el lugar 384 de los más ricos aumentando su fortuna en US$1000 millones en 2017. Esta le permite mantener una torre gigantesca desocupada en el Mall Costanera Center y contratar a la Doctora Polo para hacer publicidad en el Cable a su supermercado Santa Isabel. Los Solari, que han bajado su lugar en la lista, aún así contratan a Chayanne para la publicidad de Falabella. Los negocios de ambas familias se esparcen por toda América Latina.
Ponce Lerou, el yernísimo, tiene el lugar 639 habiendo aumentado su patrimonio en US$1700 millones en 2017.
Siguen a estos multimillonarios el Grupo Matte, el Presidente Piñera, Saieh, Yarur y Anacleto Angelini. Entran dos grupos nuevos en 2017: Jean Salate y Patricia Angelini.
En verdad, pocos países del tamaño de Chile, aun cuando todavía no podemos saber si somos 17 o 18 millones de habitantes, han cumplido un record igual. Tener ahora un Presidente de la República entre los records de Forbes es un inmenso logro, considerando que no heredó su fortuna al provenir de una familia de funcionarios del Estado, es decir ha logrado lo que tiene con su esfuerzo.
Así, Chile, por ser republicano, aparece casi elegante frente a Honduras, aunque su estilo de hacer política consiste en la violencia solapada, que las medidas de política pública se tomen a espaldas de las mayorías y en la aplicación de un modelo cruel y expoliador, caracterizado en lo político por su presidencialismo, su exacerbado centralismo y su total irrespeto a la verdad y a la rendición de cuentas de los que se han perpetuado en el poder en los últimos treinta años. Cuando no conviene comentar algo, se borra de las noticias que en un comienzo lo filtraron, y los canales pasan rápidamente a la reiteración de las estupideces de la farándula y a todos se nos olvida todo.
Estos días de la visita del Papa son bastante representativos. El Papa, muy bien asesorado sobre la cultura chilensis, actuó a la manera republicana, tuvo una actuación impecable y difícil apareciendo como defensor de los jóvenes abusados, pero al mismo tiempo defendiendo a los pedófilos.
Mientras tanto la CORFO beneficiaba al yernísimo regalándole el litio. Los trabajadores del Estado, principalmente los que tienen algún cargo, deben cumplir con la transparencia publicando sus ingresos previos y su patrimonio. Deben licitar hasta la más mínima compra para que no se vaya a suponer algún favoritismo. En este caso, la CORFO ni siquiera tuvo el pudor de disimular y sin licitación entrega a Soquimich, empresa cuestionada, una riqueza chilena fundamental para el futuro, ya que dentro de poco predominarán en el parque automotriz los autos eléctricos que serán alimentados por baterías. Todos sabemos que es fundamental el litio en la estructura de las baterías. Para qué vamos a comentar acá que es injustificable asignar una propiedad de todos los chilenos a una empresa que ha tratado de corromper con sus dádivas a la mayor parte de la clase política. En este caso no hay ética ni estética.
Es cierto que el Estado, según la Constitución que nos dejó Jaime Guzmán, (esa que no permitiría que nada cambiara, aún cuando ganaran los que lucharon contra la dictadura) no puede administrar empresas, pero CODELCO, existente solo gracias al capricho del Almirante Merino, lo podría haber hecho.
Felizmente, la crisis en que vivimos en el mundo y en Chile, obliga a que algunas cosas cambien aunque sigamos siendo republicanos. La crisis de la TV y la industria fílmica americana obliga a que los Canales rellenen su parrilla y, sin querer, toquen temas que luego serán prohibidos. Por ejemplo, en estos días, están saliendo a la luz todos los casos de pedofilia acallados, como los del Instituto Alonso de Ercilla de los Hermanos Maristas que ayer detalló el Canal 13 en un reportaje espeluznante. Jóvenes celebraron el primer Aniversario del Frente Amplio donde se comentó lo de la adjudicación del litio que antes, como ocurrió con otros actos similares, habría pasado desapercibido por la venida del Papa.
Pese al panorama gris y sin esperanzas en que nos debatimos, poco a poco está comenzando a aclarar y comienza a cambiar el encierro en el que nos metieron el 11 de septiembre de 1973.