Que los parlamentarios tengan un patrimonio tan abultado – 60 mil millones de pesos – y que algunos de ellos sean millonarios, no nos debe extrañar: nuestros legisladores son plutócratas y, tal como en la época parlamentaria, han comprado sus curules, y según Alberto Edwards, cada uno tenía su valor, es decir, ostentar el título de parlamentario era equivalente a conde, marqués o duque. Que la política esté podrida y los políticos se vendan al mejor postor, no es sólo culpa de ellos, sino también de los empresarios que los compran a cambio de leyes que los favorezcan, como también de los electores, que los votan con los ojos cerrados.
Antes existía el cohecho que, al menos permitía a quien vendía su conciencia obtener al menos un par de zapatos o una empanada; hoy, los parlamentarios plutócratas, que son la mayoría, les basta visitar a sus clientes – los votantes – cada quince días, si es que lo hacen, y concurrir pocas veces a la Sala, mucho menos a las Comisiones, durante su período y, luego, asegurar su reelección ad aeternum, para lo cual basta ser parte de la mafia que domina el partido político al cual pertenece.
El parlamento plutocrático muchas veces ha sido despreciado en Chile. En mis 76 años, recién cumplidos, he escuchado en mil ocasiones la consigna “a cerrar, a cerrar el Congreso Nacional. Carlos Ibáñez no se atrevió a hacerlo cuando se lo pedían los militares de la “línea recta”, tampoco Eduardo Frei Montalva, cuando el senado le negó la aprobación de su viaje a Estados Unidos; Allende no lo hizo después del “tanquetazo”. Los únicos que lo han hecho fueron la Junta Militar de 1924 y, en 1973, el tirano Augusto Pinochet. Por muy corruptos que sean los padres conscriptos, son preferibles a los milicos, cuyo robo incontrolado y secreto es mucho más abultado. Generalmente, donde hay poder, hay corrupción.
La diferencia entre el parlamento plutocrático de comienzos del siglo XX y el de hoy es que las formas oligárquicas eran más finas y aristocráticas, y correspondía a los apellidos “vinosos”; la actual oligarquía es bastarda, venal y miserable, y corresponde a los apellidos “bancosos”.
Si leemos al historiador Gonzalo Vial Correa, nadie puede dudar de su mentalidad conservadora, podemos ver que las costumbres de los parlamentarios, en los dos primeros decenios del siglo XX, eran muy similares a las de los actuales, pues los diputados y senadores, en su mayoría, eran abogados de las grandes empresas salitreras, y en el reglamento de las Cámaras no había ninguna incompatibilidad entre ambos cargos, por lo cual la mayoría de los parlamentarios se hicieron archimillonarios, al servicio de los grandes empresarios extranjeros:
“Característico fue el caso de los bancos. Su relación con el gobierno era muy íntima. Este podía hacer prosperar a uno cualquiera entre ellos, depositándole fondos fiscales con un bajo interés – ahora les prestan dinero, pero sin intereses -. E inversamente, el Ejecutivo acostumbraba a recurrir a los bancos (especialmente preferencia tenía por el Banco de Chile) cuando se hallaba en apuros financieros, lo cual, asimismo, significaba un bien negocio para esas instituciones, cuyos vínculos con la política fueran tan múltiples como complejos, muchos altos políticos eran banqueros vgr., los Edwards, los Matte. Otros eran abogados de bancos, por ejemplo, Eliodoro Yáñez “el maestro”, parlamentario y ministro liberal, después radical y futuro empresario periodístico (La Nación). O también Germán Riesco, consejero legal y director del Banco de Chile y luego supremo mandatario. La carrera política y la jurídico-bancaria están intrincablemente unidas. Así, el vocero parlamentario de los liberales “carabina recortada” era el diputado Maximiliano Ibáñez, quien paralelamente desempeñaba la abogacía en el banco de Eduardo Matte, líder de aquel sector liberal. Y los directorios bancarios estaban llenos de políticos. Julio Subercaseaux dice que <veía a diario en el banco familiar a Enrique Mac Iver; presidente de la institución fue Marcial Martínez, famoso abogado y un tiempo senador por Santiago. Con su encantadora e inapreciable ingenuidad Subercaseaux califica a su propio directorio como un palo blanco…” (Vial, 1981:602).
La declaración de patrimonio de los congresistas actuales contiene los siguientes datos:
60 mil millones de pesos a los bolsillos de los plutócratas parlamentarios.
158 autoridades declaran 317 vehículos entre automóviles, buses y camiones.
120 diputados tienen propiedades avaluadas 17.762 millones de pesos
38 Senadores avaluadas 18.107 millones de pesos
8 Diputados superan el millón de dólares (porque no cobrarles un impuesto)
4 Senadores superan el millón de dólares
Juan Antonio Coloma tiene inmuebles con avaluó sobre 5 mil millones de pesos
Manuel José Ossandon 2.900 millones de pesos, en 57 propiedades ubicadas en Pirque y Puente Alto.
Ena von Baer 2.584 millones
Andrés Zaldívar 1.665 millones en fondos mutuos y sociedad La Perouse
Alejandro Guillier 6 propiedades avaluadas en 301 millones de pesos y
63 millones de deuda
Gustavo Hasbún 2.430 millones de pesos
Felipe kast 1.711 millones de pesos
Patricio Melero 569.519 de pesos
Nicolás Monckeberg 651.711 de pesos
Endeudados:
Jaime Orpis: está endeudado en 156 millones de pesos
Carolina Goic
Derechos de aguas región metropolitana
Deuda 63 millones de pesos
María José Hoffman
Debe 655 millones de pesos
Camila Vallejos declaró un patrimonio de 7 millones de pesos
Diputados y Senadores Plutócratas en la historia de Chile
Senadores
Agustín Edwards Ross 1876-1881
Irarrázabal Manuel José 1876-1881
Lazcano Fernando 1876 – 1920 (dueño de Curicó)
Diputados
Matta Augusto (de vendedores de tocuyo a millonarios)
Matta Enrique
Matta Eduardo
Sanfuentes Juan Luís (especulador de la bolsa de comercio)
Empleados de las salitreras enriquecidos
Walker Martínez Joaquín (empleado de North)
Walker Martínez Carlos
David Mac Iver (abogado de North)
Enrique Mac Iver
Arturo Alessandri Palma (Se compró un palacio en alameda producto de negociados y fue el jefe de la execrable canarilla)
Rafael Sotomayor
José Pedro Alessandri (Presidente del Sindicato de Obras Públicas se adjudicó el ferrocarril de Arica –La Paz)
Millonarios parlamentarios en los 60
Jorge Alessandri Senador y Presidente (Dueño de la papelera)
Pedro (Cachimoco) Ibáñez Ojeda Senador
Juan Antonio Coloma un mediócrata conservador que formó una dinastía (ver el patrimonio de otro juan Antonio, hoy senador).
El Chile parlamentario era tan corrupto como el chile de hoy
No solo en Chile los senadores actuales, además de inútiles, son plutócratas viejos y mañosos (ver un informe sobre el senado francés, fuentes de robos y abusos)
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
05/04/2017