Durante años vimos a personas y organizaciones enteras saltar la cerca e ir a situarse del lado de los defensores del sistema. Ahora un joven e inteligente diputado surgido de la derecha ha saltado el cerco hacia acá. Las personas y sus circunstancias son lo de menos, lo relevante es que los vientos de la historia han empezado a soplar en un sentido distinto.
Gaspar Rivas es inteligente, ejecutó lo que en comunicaciones se llama un “mordisco mediático”, es decir, una frase corta de gran repercusión. Tuvo la virtud de ponerle nombre, apellido y cara a los abusos. La resonancia está determinada porque lo dicho es verdad. Guardando las distancias del tiempo y las circunstancias puede llegar a ser el dedo acusador de Lagos.
Andrónico Luksic reaccionó de inmediato con una carta al presidente de la cámara de diputados el autodenominado socialista Osvaldo Andrade en la que expresó sus reproches y aprensiones. El multimillonario y dueño de las gigantescas empresas que abusan de Chile y los chilenos percibe la significación de lo ocurrido.
Andrade, muy intuitivo, se había adelantado a los deseos del patroncito y había pasado a Rivas bajo delación (para un socialista de verdad; eso es) a la comisión de ética en un desesperado afán por congraciarse con el empresario y tomar distancia con el incómodo diputado. Esto hace evidente, una vez más, que el parlamento esta asalariado por el gran empresariado.
Los defensores del modelo están en decadencia, se han hechos miopes, torpes, impúdicos. Si le aplican una sanción a Rivas aceleraran su propio fin.
El naciente Partido Poder Ciudadano ya ha anunciado un pequeño acto de desagravio en Santiago, una sanción puede multiplicar estas manifestaciones.
Lo relevante históricamente es que un diputado surgido de las filas de la derecha ha percibido con claridad los abusos que una ínfima minoría de cinco o seis familia somete a los chilenos y ha saltado la cerca poniéndose del lado de los comunes, del chileno de a pie.
Durante años vimos saltar la cerca hacia el lado de los poderosos. La cola de los arrepentidos se hizo interminable. El sistema tuvo éxitos notables, los opositores a Pinochet terminaron administrando y profundizando su sistema económico. Socialistas y democristianos supuestamente con los DDHH incorporados a sus idearios rescataron a Pinochet de Londres, la UDI y comunistas rindieron guardia de honor a Aylwin, eso lo dice todo. El patético Carlos Altamirano, ya un remedo de sí mismo, olvidándose que fue jefe de un partido que derrocho heroísmo el 11 de Septiembre y en los años que siguieron, un tercio de su Comité Central cayó en combate, hizo lo mismo.
Gaspar Rivas puso el primer hito que revierte la tendencia, El salto hacia sus compatriotas abusados, los comunes y corrientes. Es el primero y no será el último vendrán muchos más, no hay que enojarse; hay que alegrarse.
Es un campo nacional y popular, que más allá de una representación política de izquierdas y derechas que se esfumó (todos defienden por igual el sistema neoliberal), empieza a emerger.
ROBERTO AVILA TOLEDO