Los conteos al 95.19% de los votos en la madrugada del martes 12 de los corrientes, correspondientes a las elecciones generales realizadas el domingo 10 de abril en el Perú, han arrojado resultados muy cercanos a los pronósticos que adelantaron el posicionamiento en el primer lugar de la elección de la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori.
Ella hasta el cierra de este despacho, encabeza el conteo con 39.61 %, seguido de Pedro Pablo Kuczynski, de Peruanos por el Kambio- PPK (iniciales de su nombre) con 22.13% y pisándole a este los talones, la candidata del izquierdista Frente Amplio, Verónica Mendoza Frisch, con 18.77%.
Más atrás, definitivamente fuera de juego, están Alfredo Barnechea (Acción Popular), 7.19%; Alan García (Apra), 5.92%; Gregorio Santos, del también izquierdista Democracia Directa, 3.38%; Fernando Olivera (Frente Esperanza), 1.34% y Alejandro Toledo (Perú Posible), 1,29%.; Antero- Flores Aráoz (Orden), 0.22%; y Miguel Hilario (Progresando Perú), 0.12%.
Posibilidades
Como es posible apreciar, si se mantiene la tendencia de las cifras, Kuczynski sería el que pase a la segunda vuelta para disputarle a Keiko Fujimori la elección de presidente de los peruanos, y necesitaría obligatoriamente los votos de los izquierdistas Verónica Mendoza y Gregorio Santos y de Alfredo Barnechea, (considerado de centro izquierda), cuyos aportes en conjunto hasta el momento totalizan 29.34% para asegurarle el triunfo con más del 50% de los votos.
Fujimori solo tendría el apoyo seguro de los votos del Apra y el porcentaje minúsculo de Orden, con los cuáles llegaría apenas al 46%, insuficiente para asegurarse la victoria. No sucederá exactamente, pero esa es la tendencia que llevaría a PPK a la presidencia.
La situación de PPK podría revertirse si en las siguientes horas en el conteo del saldo del 4.81% de los votos que falta escrutar, Verónika Mendoza le de alcance y sobrepase, con lo cual sería ella y no PPK quién pase a la segunda vuelta.
En este momento la diferencia entre ambos es de un poco más de 300 mil votos y no es remota la posibilidad de que ella pudiera remontar las cifras y desplazar a PPK.
La izquierda
Del grupo de los ocho, el voto clave será de los izquierdistas Frente Amplio de Verónika Mendoza (18.27%) y Democracia Directa (3.38%), dueños ambos de un respetable 21.65% y de Barnechea con un apetecible 7.19%.
Los primeros, netamente de izquierda, de haberse unido antes de las elecciones, habrían hecho realidad la reclamada unidad de la izquierda. Más aún, juntos tendrían 22.15%, superior al 22.13% que tiene PPK en este momento al 95.19% de los votos, y habrían determinado que Mendoza –y no PPK- defina el “ballotage” con Keiko Fujimori.
Perspectivas de Keiko
Lógicamente, los dos punteros iniciarán una campaña de enamoramiento a los ocho que quedaron detrás de ellos.
Fuerza Popular, de Keiko Fujimori, y PPK de Kuczynski tienen orientación derechista y ambos garantizan la perpetuación del modelo neoliberal impuesto por el primer gobierno de Alberto Fujimori y mantenidos por los sucesivos gobiernos de Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala.
Keiko Fujimori ha hecho esfuerzos notable por modernizarse y dotarse de una imagen distinta y distante de su padre, el expresidente Alberto Fujimori. Tiene un plan de gobierno donde, según lo reconocen los propios izquierdistas, sustenta un programa de derechos humanos más completo en relación a los demás partidos.
Revisiones
En el plan adelanta que indemnizará a todas las víctimas de asesinatos y desapariciones registradas en la guerra interna, la mayoría ocurridas en el gobierno de Alan García y otra parte en el gobierno de su padre, así como a las miles de mujeres esterilizadas contra su voluntad, igualmente durante el gobierno de su progenitor.
En la campaña electoral, en declaraciones polémicas, se ha comprometido a solucionar los conflictos mineros generados por las mineras depredadoras y contaminadoras, mediante la fórmula de distribuir el agua “priorizando primero el consumo humano, segundo la agricultura, tercero la ganadería y cuarto, la minería, si es que sobra (el agua)”.
Otro ofrecimiento igualmente polémico, es devolver a los trabajadores que conforman el 74.6 de la PEA sus derechos sociales, léase seguridad social y jubilación, despojados por el gobierno de su padre, mediante leyes dictadas en 1992 durante el “schok” neoliberal, vigente en el Perú desde ese año.
Este paquete de leyes libró a las empresas de la obligación de pagar mediante planilla de sueldos y facultó hacerlo en adelante con recibos, con lo cual se dejaron de realizar aportes de seguridad social y al sistema pensionario, y suprimió además la jornada de ocho horas, las horas extraordinarias y otros beneficios laborales.
Campaña anti- Keiko
Durante la campaña enfrentó una campaña de satanización orientada a presentarla como una reedición de la figura de su padre. Parte de la campaña fue una marcha que reunió una masa según cálculos de las agencias de noticias, de por lo menos 50 mil personas, una de las más grandes registradas en los últimos 40 años.
Un azuzador de este estado de ánimo fue el Nobel Mario Vargas Llosa, quién no perdona a Alberto Fujimori que este lo derrotará electoralmente en la primera elección de los 10 años del gobierno del “chino”.
Cuenta pendiente
Los analistas de la prensa extranjera, más fríos en sus análisis que los locales, coinciden en señalar que ese mismo estado de ánimo contra Alberto Fujimori debería existir contra Alan García, en cuyo gobierno se cometió el mayor número de violaciones derechos, tal vez hasta 10 veces más de los que ocurrieron en Fujimori.
Solo para citar un botón de muestra, los crímenes del llamado grupo Colina cometidos en el gobierno de Fujimori en Barrios Altos y La Cantuta dejaron un saldo de cerca de 30 muertos, a causa de los cuáles purga condena de 25 años de cárcel, mientras que los ejecutados en los penales (El Frontón, Lurigancho y Santa Bárbara), por el gobierno de Alan García, suman cerca de 300, todos ellos prisioneros.
Por supuesto que ambos gobiernos tienen un listado aparte de violaciones a los derechos humanos.
No parece honrado atribuirle a Keiko Fujimori los crímenes de su padre, porque ella en su gobierno no tuvo injerencia en la política contingente. Se trata de dos personas distintas, con la salvedad de que ella es consciente y ha reconocido en autocrítica pública que en el gobierno de su padre hubo crímenes y robos, que ella combatirá e impedirá que ocurran en su gobierno.
PPK al trasluz
Por su parte, Kuczynski llega como candidato a la presidencia con un enorme pasivo, en el que él ha sido actor determinante del entreguismo del gas peruano al consorcio Camisea, cuando se desempeñó como ministro del gobierno de Toledo, en términos que importan una verdadera estafa al Perú.
Para nadie es un secreto que PPK operó como consultor de la empresa Hunt, una de las compañías explotadoras del gas peruano y luego como ministro de energía y minas del presidente Alejandro Toledo, tuvo una participación activa en la suscripción de los contratos entreguistas del gas.
La nueva ley dictada e implementada por la dupla Toledo-PPK, revirtió otra ley legada por Fujimori, por la que dispuso que la explotación del gas priorice el mercado interno y se exporten los excedentes. Pero Toledo y PPK hicieron lo contrario.
A raíz de este entreguismo, sucede que el Perú siendo productor de gas tiene el balón de gas doméstico más caro de Sudamérica, mientras que países que no lo producen, lo tienen más barato.
“Traidor a la Patria”
PK arrastra igualmente el pasivo de haber sido declarado “traidor a la patria” por el gobierno del general Juan Velasco Alvarado (1968-1975), pues valiéndose de su condición de gerente del Banco Central de Reserva (BCR) desacató un decreto que congeló pagos por US$ 22 millones de dólares a la empresa petrolera International Petroleum Co- IPC, y los entregó entre gallos y medianoche a la empresa y luego fugó del país.
La IPC había sido nacionalizada por Velasco y los pagos habían sido congelados hasta que la empresa matriz Stándar Oil Co. cumpla con pagar tributos adeudados por 50 años.
PPK nunca ha hecho una autocrítica de este repudiable comportamiento, menos ha aceptado el entreguismo del gas en desmedro de los intereses del Perú. Mientras que su rival político, Keiko Fujimori ha hecho más de un mea culpa de los desaguisados de su padre.
Puentes
PPK cuenta a su favor con la presencia en su partido de ex izquierdistas conocidos como Fernando Rospigliosi, Gino Costa y Juan Sheput, entre otros, que pertenecieron a diversos partidos de la izquierda peruana, que sin duda van a servir de puentes para atraer los votos de las tiendas izquierdistas.
En contra de este probable idilio que podría generarse con las izquierdas, complota la deprimente realidad de lo que ya es una tradición política, pues ha sucedido que todos los políticos que llegan a la presidencia suelen abjurar de sus ofrecimientos electorales, donde suelen todo lo contrario. De todos modos, serán “esclavos de sus palabras” y la nueva historia dirá si fueron más de lo mismo.