Noviembre 20, 2024

La nueva vulnerabilidad

La incorporación de la tecnología moderna a nuestro sistema productivo constituye un imperativo histórico imposible de eludir como ocurrió siglos atrás con la introducción de la maquinaria en la agricultura, pero trae consigo, una vulnerabilidad estructural que no tiene vuelta atrás, cuyos impactos solo podrán compensarse con políticas audaces y creativas. La tecnología digital produce y lo seguirá haciendo, la desaparición de miles de fuentes de trabajo, lo que ya ha venido ocurriendo en puertos, minas, agricultura, industria extractiva y en todos los servicios. En todos estos sectores se combina la tecnología digital con el trabajo precario.

 

 

Desde fines de los 70, el país se abre al exterior, se elimina la industria manufacturera que se traslada al Asia, las parcelas agrícolas surgidas de la contrarreforma agraria ya no necesitan trabajadores permanentes y las empresas eliminan personal con contrato, comenzando a trabajar con empresas enganchadoras que usan todas las formas posibles de trabajo precario.

 

En la agricultura, actualmente muy exitosa en nuestro país, basta un administrador con el uso de drones y de tecnología digital y el trabajo temporero para labores culturales y cosecha. Las hijas de los inquilinos se libraron del derecho a pernada y ahora disponen de su plata, pero todo ello es aleatorio e inseguro. En el campo, prolífico aún en zonas semi desérticas del país y con un buen nivel de exportaciones, predomina el trabajo por hora, polifuncional y sin protección de ningún tipo. Se prefiere a las mujeres en las tareas de la cosecha y la agroindustria por su mayor motricidad fina y por su facilidad para salir y entrar al mercado laboral. Sin embargo, la falta de protección, previsión y salud, posteriormente, afectará a todo el grupo familiar que deberá costear el desempleo, la enfermedad y la vejez de estas trabajadoras.

 

El desarrollo económico basado en la exportación de recursos naturales no renovables, cuyas ganancias pasan directamente a los bolsillos de empresas privadas en su mayoría extranjeras, es esencialmente no sustentable. Ello se vuelve grave cuando estos recursos naturales se agotan como ya ocurre en Chile en la pesca y en la industria forestal.

 

Los medios de comunicación reiteran su propaganda del terror por las disminuciones en el precio del cobre, aunque ahora triplique el precio que tuvo en los años 2000 a 2003, donde anduvo por los US$0,70 a US$0,80 la libra. No explican que el problema está en el alza de costos, ni tampoco en qué consiste esta alza. Perfectamente estas podrían provenir de inversiones en cambios tecnológicos.

 

El otro aspecto que contribuye a la gran vulnerabilidad, es que gran parte de la demanda se basa en el sobre endeudamiento y el dinero ilegal. La publicidad avasalladora llamando al consumismo es imposible de ignorar, especialmente por los más jóvenes. Así, los dueños del retail aumentan sus ganancias con los intereses usureros y repactaciones arbitrarias que negocian con los consumidores. Aún cuando la gratuidad en la educación ha comenzado, la mayoría de los jóvenes está endeudada por sus estudios y por el alto costo de vida en las zonas urbanas y de los desplazamientos desde sus ciudades de origen. Este gasto es alto aún para familias de ingresos medios.

 

El reemplazo de trabajo humano por tecnología digital, se generaliza en los puertos chilenos desde fines de los años 90 con la concesión y privatización de estos. Las grúas manejadas por computadores han dejado a cientos de estibadores sin trabajo. Es una necesidad debido al crecimiento del comercio exterior, pero también, porque los países y sus empresas están obligados a ponerse al nivel de aquellos con los cuales comercian. Estastransformaciones tecnológicas han lesionado las alternativas laborales de los trabajadores de mayor edad y menor calificación yen el sector ya se es “viejo” a los 40 años. La cantidad de trabajadores contratados comienza a disminuir desde los 40 años y se reduce claramente a la edad de 49 años. Ya ha habido infinidad de retiros de hombres de 40 años en los puertos que ya no pueden aprender a manejar la nueva maquinaria.El Puerto de Valparaíso utilizaba alrededor de 30.000 trabajadores antes del año 2000 y en la actualidad tiene alrededor de 1.000 trabajadores permanentes y 7.000 eventuales que se contrata por hora. Las grúas son de tal sofisticación que pueden ser programadas no solo para trasladar carga, sino también para elegirla. Al mismo tiempo se produjo la modernización de las aduanas. Por ejemplo, la Aduana de Valparaíso ocupaba 10.000 empleados y ahora solo requiere 1.200. Ha traspasado muchas funciones a los Agentes de Aduana, lo que ha sido posible por la incorporación del sistema EDI, Exchange Digital Information, que permite una comunicación segura y expedita. Los dueños de los puertos han hecho enormes inversiones, pero también han aumentado inmensamente sus ganancias y aún tienen grandes proyectos de modernización por las alternativas que se han abierto para Chile por el comercio exterior a través del Pacífico.

 

El reemplazo de mano de obra por tecnología implica aumentos de costos e inversiones, pero también mayores ganancias. La industria forestal hace tiempo que ha hecho dichos cambios, también la minería donde ya los camiones internos se manejan sin conductor. Chilectra acaba de anunciar que eliminará 50 mil medidores, de ahora en adelante la medición del gasto en energía se hará on line. El cambio es magnífico para los consumidores, pero se eliminará todo el personal que se relacionaba con los medidores y el personal de informática aumentará, pero en menor cantidad y con mayor calificación. La nueva línea del Metro ya viene sin conductor. Se usan drones para vigilancia de todo tipo. Sin ir más lejos, entre las 22 acciones pro crecimiento del Gobierno hay varias orientadas a facilitar trámites, por el despacho on line de estos. Se disminuye la injusta dependencia de las notarías, lo que es un estupendo aporte, pero se perderá un gran número de puestos de trabajo.

 

Todas las empresas de servicios, como seguros y similares, funcionan con una  estructura de expertos digitales en la cúpula, con personal de terminales que lee a los clientes lo que ve en la pantalla y con publicistas del servicio, que llaman por teléfono ofreciendo la marca, a los que se les paga por llamada exitosa.

 

Es por eso que es muy grave que la educación haya sido un bien de consumo, y aun lo es, regido por el mercado. Se necesita una mínima información a los jóvenes sobre lo que sucede en la economía para que puedan elegir carreras que van a tener demanda cuando obtengan sus títulos. Sobre ello debería haber planificación e información. Es inmoral que los jóvenes queden endeudados toda su vida por haber estudiado carreras inútiles, como ocurrió en la UTEM con la de Perito Forense y que las universidades hagan publicidad engañosa.

 

No cabe duda que será el Estado el que tendrá que contribuir a la superación de los problemas que se generen. Pero es evidente que el Estado, la clase política y el Parlamento actuales no están en condiciones de generar ideas que constaten los cambios que está viviendo nuestra sociedad y menos que ofrezcan al país las soluciones. Ha sido demasiado el tiempo utilizado en permanecer en el poder.

 

Con un mejor Estado se podrá definir y diseñar estrategias atractivas que involucren a la población y que consideren los problemas señalados. Se debería comenzar la lucha por la jornada de 6 horas, que no será fácil, pero al menos podría impulsarse en las instancias estatales. Tampoco lo fue la de ocho horas. Las tareas de la clase política son inmensas, pero se ha abierto un camino de acuerdos, ahora que no nos separa la guerra fría y que aparentemente nadie está dispuesto a defender rígidamente planteamientos extremos. Necesitamos unir muchas mentes y muchos corazones para avanzar y protegernos entre nosotros mismos de la vulnerabilidad que seguirá aumentando.

 

 

 

 

 

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