En Chile, la prensa pro occidental parece pensar que los recientes éxitos que Rusia ha tenido en el conflicto sirio, se deben a la gran audacia y coraje de parte del presidente Putin. Al parecer, se argumenta que Putin al darse cuenta que sus oponentes occidentales no lo quieren y admiran (como si lo quieren y admiran los rusos), ha decidido que por lo menos es preciso crear un suficiente temor y respeto entre sus contrincantes. Su argumento pareciera ser que si los líderes y pueblos de sus oponentes no lo quieren, es por lo menos necesario que le tengan miedo.
Maquiavelo en sus numerosos tratados, señala que un líder o príncipe redentor de excelencia, debe ser astuto y audaz como la zorra. Y con esto evitar todas las trampas que invariablemente sus cazadores le ponen en su camino. También el gran politólogo florentino agrega que el príncipe debe ser particularmente valiente y corajudo así como un león embravecido. Maquiavelo señala que si el príncipe no puede ganar el cariño de sus súbditos y oponentes, en este caso está obligado a implantar en ellos el temor, con esto ganarse el necesario respeto y así obtener la obediencia necesaria. No obstante, Maquiavelo señalaba y enfatizaba que estas dos cualidades (astuto como la zorra y feroz como el león) de poco servirían, si el líder no tenía la suficiente sabiduría, madurez y cordura para comportarse como un verdadero sabio. Muy por el contrario, la virtud más importante del verdadero príncipe redentor es poseer una enorme cultura y sabiduría política. El príncipe ante todo debe ser tan sabio como los filósofos reyes de la antigüedad. [i]
Como ya se ha expresado, la prensa pro occidental, cuando se refiere al caso de Siria, enfatiza que Putin actúa con mucha audacia en el juego político y estratégico. En un artículo reciente se señala textualmente que: “Putin nuevamente actúa con audacia en el juego geopolítico y estratégico. A través de esta forma Rusia busca revertir los efectos de su derrota geopolítica de 1991, cuando la caída de la URSS le significó pérdida de poder y el surgimiento de Estados Unidos como potencia hegemónica mundial. Sólo el tiempo dirá si logra su objetivo. A la fecha, los logros en Giorgia, la anexión de Abjasia y Osetia del sur, la ocupación militar de Crimea y Sebastopol, con una amenaza a Europa occidental, dan cuenta que el líder ruso persiste en su objetivo. La decisión de actuar en Siria es una nueva demostración que Putin no se resigna a ser espectador pasivo en el ejercicio del poder mundial. El líder ruso apuesta a ser un actor fundamental en el tablero de ajedrez del sistema internacional” [ii]
No hay duda de que el presidente Putin tiene la audacia y la astucia de la zorra y también la valentía del león. Pero es importante enfatizar que estas no son las características principales del presidente ruso. Las características cruciales de Putin se encuentran en su profundo conocimiento y dominio del actual sistema internacional. En otras palabras, su nivel de sabiduría política parece ser mucho más elevado que el nivel que tienen los líderes del campo occidental.
Los actuales líderes occidentales se conducen siguiendo el paradigma y preceptos teóricos elaborados por Francis Fukuyama. Sus ideas están plasmadas en su famoso libro titulado “El fin de la Historia”. En esta obra se señala con toda claridad, que con el colapso de la Unión Soviética se cerró el ciclo de terror y se terminó con la victoria occidental en todo el planeta. Esta victoria creó un mundo de euforia, paz, libertad y armonía. Se señalaba que el mundo entero estaba experimentando el fin de la historia. En otras palabras, el fin de la evolución ideológica e intelectual de la raza humana. Por fin el liberalismo había derrotado a todas las otras ideologías elaboradas por occidente en los últimos mil años. A esto hay que agregar la final universalización de la democracia liberal como la forma definitiva de todo gobierno humano exitoso. Con todo este paradigmático y trascendental triunfo ideológico de las progresistas ideas liberales, se argumentaba que el marxismo por fin se hundía en las cloacas de la historia y el mundo moderno, por fin podría mirar con tranquilidad un brillante futuro de progreso, abundancia y felicidad. De esta forma, las ideas liberales irían a crear un verdadero paraíso en la tierra y lo que es más importante este paraíso iba a ser para todos los habitantes del planeta.
Por supuesto Fukuyama argumentaba que algunos conflictos menores podrían surgir en el tercer mundo, pero que el aterrador conflicto global de la guerra fría por fin había terminado. Con esto, la guerra de las ideas había acabado y las ideas occidentales habían triunfado abrumadoramente. Se añade que en el mundo no occidental o tercer mundo, es donde los grandes cambios ya se estaban produciendo, particularmente en China y la Unión Soviética. Los creyentes en el marxismo leninismo se estaban esfumando y aún puede que alguno de ellos exista en lugares tales como Managua, Cuba, Pyongyang y Cambridge, Massachusetts. Pero en general, la democracia liberal ha aplastado y triunfado en todas partes. Fukuyama concluye señalando que el futuro no incluirá una gran lucha intelectual sobre ideas políticas, más bien el diálogo futuro seguramente serán discusiones aburridas sobre temas económicos y técnicos. Fukuyama termina la descripción de su nuevo paraíso señalando con alguna tristeza que este nuevo mundo pacífico será un tanto aburrido. Las ideas teóricas de Fukuyama se extendieron como un reguero de pólvora imparable por todo el planeta. El tsunami neoliberal fue así avasallador y él fue la causa directa de la caída del muro de Berlín y el colapso de los regímenes comunistas en casi todo el planeta. En el mundo emergente los marxistas rápidamente quemaron sus libros revolucionarios y también se convirtieron al neoliberalismo. Los viejos rivales de la guerra fría, particularmente Rusia, iniciaron actividades para crear una nueva y vigorosa asociación con sus vecinos occidentales y terminaron firmando un gran compromiso de cooperación. El hacer la paz definitiva y mantenerla por mucho tiempo era la orden del día. El orgulloso presidente de los Estados Unidos declaró con gran solemnidad que un nuevo orden mundial había nacido y que este nuevo orden tendría la obediencia y el respeto de todas las grandes potencias. De esta forma todos los Estados juraron fidelidad a esta nueva estructura planetaria. Son precisamente estas ideas de Fukuyama las que hoy día aún guían la conducta de todos los líderes occidentales. [iii]
Es necesario señalar que Putin, desde un comienzo rechazó la idea del fin de la historia y del resto del modelo de Fukuyama. Muy por el contrario, el presidente Putin ha señalado que la tragedia más grande del siglo XX fue precisamente la caída de la Unión Soviética. Además el presidente ruso ha venido actuando siguiendo muy de cerca los principios teóricos incluidos en el modelo o paradigma titulado “El Choque de Civilizaciones”. Este modelo fue elaborado a principios de los años 90 por Samuel P. Huntington. Los sucesos de los últimos diez años, parecen dar la razón a este gran politólogo estadounidense.
El tema central del libro de Huntington es que la cultura y las identidades culturales (que en su nivel superior son identidades civilizacionales) son sumamente válidas, reales, verdaderas y que ellas determinan y condicionan las conductas de cohesión, desintegración y conflicto en el mundo posterior al fin de la guerra fría. El famoso libro de Huntington tiene cinco partes donde se elaboran los puntos más importantes de su teoría sobre la política planetaria actual.
En la primera parte se señala y enfatiza que por primera vez en la historia de la humanidad, el mundo es a la vez multipolar y multicivilizacional. Añade que hay nueve grandes civilizaciones y cada una de ellas tiene sistemas culturales distintos y altamente desarrollados a través de siglos y milenios. Cada civilización tiene uno ó más Estados centrales que mantienen el orden y la paz dentro de la civilización que ellos dirigen y que también se enfrentan diplomáticamente a los poderes hegemónicos de otras civilizaciones rivales. Estas nueve civilizaciones son: 1) la occidental, 2) la latinoamericana, 3) la africana, 4 la islámica, 5) la china, 6) la hindú, 7) la ortodoxa o rusa, 8) la budista y 9) la japonesa. En esta primera parte se señala también que el proceso de modernización (o sea el cambio de sociedad rural a sociedad urbana; el cambio de actividades agrícolas a actividades industriales y servicios de alta tecnología; el cambio de ignorancia y analfabetismo a educación universal; el cambio de Estado pequeño e ineficiente, a un Estado de bienestar eficiente; etc., etc., etc.) Toda esta modernización es muy distinta al proceso de occidentalización, es decir, la real adopción e internalización de valores culturales y prácticas de conducta occidentales. Este proceso de occidentalización asume la creación y expansión de una única cultura y civilización general para todo el planeta. En otras palabras, toda la población mundial se convierte en personas occidentalizadas. La modernización planetaria ha producido en los últimos siglos, enormes progresos pero también ha producido grandes conflictos, no obstante lo que está claro es que esta modernización planetaria no ha producido ni producirá jamás una occidentalización del planeta. Ni tampoco va a transformar los países no occidentales en sociedades occidentalizadas desde el punto de vista motivacional, cultural y valórico. El universalismo occidental es una utopía que sólo la creen los occidentales desinformados. La occidentalización que se ha logrado alcanzar hasta la fecha solo se ha producido en pequeñas elites desnacionalizadas viviendo en los países del tercer mundo y ellas no representan más del 5% de la población de los países emergentes.
En la segunda parte del libro Huntington señala que las relaciones de poder entre las nueve civilizaciones existentes están cambiando rápidamente y en forma radical. La civilización occidental que constituye menos del 10% de la población del planeta está en un acelerado proceso de declinación y su poder se reduce constantemente. Las civilizaciones asiáticas se están rápidamente expandiendo económicamente y esto pronto las transformará en civilizaciones poderosas desde el punto de vista económico, militar y político. La civilización islámica está sufriendo una gigantesca explosión demográfica y ello seguramente producirá profundas desestabilizaciones, hambrunas y guerras en los países musulmanes y también en sus vecinos. Es probable que en las próximas décadas, Europa sea inundada por inmigrantes musulmanes. Las civilizaciones no occidentales están en un acelerado y poderoso proceso de reafirmación de sus valores ancestrales y de su propia cultura. Algunas de ellas se sienten orgullosas que sus países ya fueran civilizados varios miles de años antes de que lo fueran los países occidentales. Como consecuencia de todo esto las ideas, costumbres y valores que occidente ha impuesto violentamente en todo el mundo durante los últimos cinco siglos, han caído en un profundo desprestigio y están en franca retirada. La rebelión intelectual de los no occidentales seguramente no será pacífica. Occidente será atacada tanto en sus grandes capitales, como también sufrirán ataques aquellos ciudadanos occidentales que no perciben el peligro de circular despreocupadamente por los territorios del tercer mundo.
La tercera parte del libro, analiza el origen y desarrollo del nuevo orden mundial que ya se está consolidando. Este orden se basa en la afinidad cultural, religiosa y valórica que existe entre países. Las sociedades que tienen culturas similares se consideran parientes y por lo tanto cooperan entre sí. Se recalca que los descabellados esfuerzos que una elite apátrida y pro occidental hace para salir de su civilización y tratar de ser occidental, siempre terminan en un rotundo fracaso. Esto crea violencia indiscriminada, criminalidad, miseria y muerte en la población de los países culturalmente desgarrados. Los países con la misma cultura y religión, instintivamente se agrupan en torno al país pariente más poderoso y así este se transforma en el país central de dicha civilización.
La cuarta parte del libro de Huntington analiza a fondo las ilógicas y absurdas aspiraciones universalistas de occidente. Se señala que el deseo occidental de que todo el planeta adopte los dogmas occidentales (incluyendo su cultura y religión) y a la vez respete la cultura occidental como una cultura superior; es una utopía irrealizable. Estas absurdas pretensiones son invariablemente rechazadas por los habitantes del tercer mundo. Se continúa argumentando que estas descabelladas aspiraciones de supremacía cultural colocan a occidente en graves conflictos con otras civilizaciones y muy en particular con las civilizaciones islámica y china. A causa de esto se producen constantes choques de civilización en las líneas limítrofes que separan una civilización de otra. Estos son los frecuentes choques también catalogados como “guerras de las líneas de falla”. La enorme mayoría de estos conflictos se dan entre los límites de la civilización musulmana y otras civilizaciones. Estos conflictos por lo general se agrandan ya que reciben el apoyo fraternal de países pertenecientes a la misma civilización. Todo esto finalmente transforma conflictos locales en conflictos internacionales. Se produce así el peligro de escalación y expansión del choque civilizacional. De aquí la importancia vital de que todos los Estados centrales de cada civilización actúen con sabiduría diplomática y responsabilidad. La mayor responsabilidad de los Estados centrales, es reducir los conflictos intra civilizacionales e inter civilizacionales y de esta manera contribuir mantener la paz mundial. Las Naciones Unidas se deben reformar y cada Estado central de las nueve civilizaciones existentes debería tener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad.
En la quinta y última parte del libro, Huntington señala con toda claridad y angustia, que la sobrevivencia de occidente está en gravísimo peligro. El oeste puede sobrevivir los inmensos peligros que tiene por delante en este mundo multipolar de civilizaciones, sólo si se cumplen dos objetivos fundamentales. Primero, los Estados Unidos deben reafirmar con fuerza su identidad occidental. Esto significa que las actuales minorías en los Estados Unidos deben rápidamente asimilarse a los valores que el país ha tenido desde su creación. En otras palabras, toda la población estadounidense debe ser adecuadamente socializada en los valores fundamentales de la mayoría blanca, anglosajona y protestante. La asimilación al melting pot debe hacerse tal como se hizo en siglos anteriores. En otras palabras, todos los inmigrantes tenían que aprender inglés y educarse en el sistema nacional dominado por la mayoría. Las actuales tendencias multiculturales deben así desaparecer de la nación norteamericana. En segundo lugar, los occidentales incluyendo los estadounidenses, deben aceptar que su civilización es sólo una más entre varias, ella no es una civilización universal. Muy por el contrario, es una civilización en decadencia. Por lo tanto esto exige una imperiosa unión férrea y sostenida de todos sus miembros para así poder sobrevivir con éxito los inmensos desafíos que los no occidentales ya le están presentando. La guerra global que probablemente desquiciados líderes occidentales tratarán de provocar, debe evitarse a toda costa. Para ilustrar su tremenda preocupación, Huntington usa varias páginas para describir un escenario hipotético y catastrófico, donde los Estados Unidos seguido por Europa, imprudentemente intervienen en el mar del sur de China. Los chinos, naturalmente reaccionan violentamente y estalla la tercera guerra mundial. Occidente debido a sus debilidades culturales y estructurales pierde dicha guerra. El mundo entero es destrozado por la catástrofe atómica, salvo el cono sur de América Latina. La nueva civilización empieza gracias a los esfuerzos de los sobrevivientes patagónicos que inician la reconstrucción planetaria. Después de presentar su terrorífico y catastrófico escenario Huntington concluye que la paz en un mundo compuesto por civilizaciones diferentes solo se puede conseguir si todos los líderes mundiales logran entender la nueva multipolaridad y deciden inteligentemente cooperar para mantener pacíficamente el carácter multi civilizacional de la nueva política planetaria. [iv]
Algunas de las ideas incluidas en estas cinco partes del libro de Huntington, son las que el presidente Putin trató de resumir en su último discurso ante las Naciones Unidas en septiembre pasado. Desafortunadamente, la prensa pro occidental parece no haber entendido sus sabios consejos y ha preferido concentrarse en aspectos secundarios de su personalidad. Es necesario hacer notar que los discursos de los líderes occidentales hechos durante la última Asamblea General de las Naciones Unidas, reflejan lastimosamente las equivocadas ideas incluidas en el libro de “El fin de la Historia” de Fukuyama. Es preciso clarificar que Fukuyama en sus últimos libros ha cambiado de opinión y hoy día tiene una gran similitud con las ideas de Huntington que fue su profesor y mentor en Harvard. Para la prensa occidental pareciera ser que el mundo todavía está aún en la última década del siglo xx. Para concluir es necesario enfatizar que el paradigma teórico de Huntington es el que mejor refleja la realidad actual. El mundo es multipolar y el hegemón mundial sólo duró un par de décadas. Occidente perdió su superioridad económica con la crisis financiera iniciada en el año 2007 y de la cual aún no se recupera.
Volviendo al caso de Siria, es preciso hacer algunas predicciones. La coalición de la civilización ortodoxa y sus aliados islámicos en Siria, Irak e Irán con el apoyo tácito de la civilización china terminarán por derrotar a occidente en la guerra de Siria. La alianza de las civilizaciones anti occidentales están dispuestas a poner sus soldados en el terreno. Los occidentales no tienen las tropas terrestres necesarias para enfrentar con éxito a su oponente. Es así como se verán obligados a seguir utilizando mercenarios islámicos. Estos mercenarios suni, más temprano que tarde abandonarán a sus patrones occidentales ya que no podrán resistir la masiva cantidad de bombardeos rusos. Occidente está condenado a sufrir la misma suerte que sufrió el imperio romano en sus últimos días. Tal como decía Maquiavelo, lo peor que puede hacer un príncipe, es depositar la confianza y la suerte de sus políticas en ejércitos mercenarios. Cuando la situación se torna desesperada, la traición de los mercenarios es una variable histórica constante. La derrota final es el destino de todos aquellos gobernantes ilusos que tratan de sacar las castañas del fuego con las manos del gato. [v]
El presidente Putin calcula que el occidente no se atreverá a desatar una guerra nuclear para salvar a los rebeldes sirios que luchan contra el presidente Bashar al-Asad. Arabia Saudita, Qatar, Turquía e Israel, ya están reconociendo que la lucha de los rebeldes sunitas tanto en Siria como en Irak, es una causa perdida. Por lo tanto, estas naciones tratarán de hacer las paces con la victoriosa coalición de Rusia, Siria, Irán, Irak y China. Así como el oeste se vio obligado a retirarse militarmente de Indochina en la década de los años 70 del siglo XX; pronto occidente se verá obligado a retirarse del medio oriente. Con esto, la civilización occidental perderá definitivamente la gigantesca riqueza del petróleo islámico. Los líderes occidentales creyeron que la primavera árabe iniciada en el año 2010 era causada por el deseo de los musulmanes de transformarse en ciudadanos liberales y democráticos de tipo occidental. Este gigantesco error causado por una equivocada lectura de la historia será pagada por la pérdida de millones de vidas musulmanas, la invasión de inmigrantes islamitas a Europa y la pérdida para occidente de uno de los mayores tesoros del planeta. Se está obligado a concluir que si los actuales líderes occidentales no aprenden de sus fracasos, el escenario del profesor Huntington analizado en la última parte de su libro, podría transformarse en una pavorosa realidad.
F. Duque Ph.D.
Cientista Político
Puerto Montt, octubre 2015
[i] F. Duque Maquiavelo: Un Cientísta Político Moderno Dictus Publishing Saarbrücken, Alemania 2013
[ii] J.E. Cheyre “Putin y su apuesta de liderazgo” Diario Financiero. 5 de octubre de 2015, pg. 3
[iii]Francis Fukuyama “The End of History” The National Interest, 16 (Summer, 1989) pgs. 4 – 18
[iv]Samuel P. Huntington, The Clash Civilization and the Remarking of World Order Ed. Simon & Schuster, New York, 1996 p. 19 – 39.
[v] Maquiavelo, Ob. Cit.