“Demasiada democracia es socialismo”, aseguran en la UDI, y a esa opinión se suman algunos de la Nueva Mayoría. Para ellos, la Asamblea Constituyente es un nuevo “asalto al Moncada”.
Al momento de hablar públicamente respecto de la democracia, tema que les molesta sobremanera, derechistas, empresarios y ex concertas, evitan poner a las naciones de Europa occidental como ejemplo, ya que en estos últimos años la cosa no ha andado muy bien por esos lados donde las crisis experimentadas por países como Portugal, España, Italia y Grecia, le ha restado credibilidad al sistema neoliberal. Entonces, sin muchas alternativas, se tornan locuaces y audaces hablando de las maravillas del ejemplo chileno, de la capacidad de generar nuevos negocios (no los mencionan, pues si lo hicieran deberían referirse a bolicheos desdeñables como AFP, ISAPRES, la educación y otros de tan mala estirpe como los mencionados), y de la verdadera ‘democracia’ existente en nuestro país.
¿Democracia, cuál democracia? ¿Aquella mencionada por Pericles en el siglo quinto antes de Cristo, o esa otra impuesta por Guzmán Errázuriz a un lote de generales y coroneles gaznápiros y ‘agorilados’? ¿Libertad de prensa en nuestro país? Acá en Pelotillehue el 90% de los diarios pertenecen a una de los dos grandes consorcios periodísticos: EMOL o COPESA, primos hermanos en lo económico y socios en lo político. Además, si le echamos un ojo a la televisión abierta constataremos que todos los canales están mecidos por la misma mano… de derecha, obviamente. Una misma línea editorial para todos ellos. Una misma forma de prospección informativa. Una misma política periodística y un mismo objetivo principal: preservar elstatu quo que mantiene a la sociedad chilena engrillada al interés económico de nueve o diez poderosas familias.
Por otra parte, en materia netamente política, nuestros parlamentarios saben que la ciudadanía ya les realizó el pesaje moral, y por ende, son conscientes de cuánto les desdeña hoy el electorado. Sin embargo, a pesar de ello (o tal vez, debido a ello) varios diputados y senadores deciden sentarse en la opinión pública y aumentar el ‘caradurismo’ a niveles cósmicos. PENTA, CAVAL, SQM, Cascada, etc., resultan ser simples tropiezos para esos caballeretes. Ni la Fiscalía, ni la tibia prensa, y ni siquiera las asambleas de sus propias tiendas partidistas, les preocupa o conmueve. Dueños del cinismo y la hipocresía, empequeñecen a personajes como Tartufo e insuflan aires de injusta grandeza a las instituciones en las que posan sus humanidades y cobran sus dietas. Disparan a la bandada y gustan de pontificar sobre asuntos en los que están al debe en cuanto a justicia y moral. No obstante, lo que de verdad es principal en estos actuales entuertos de corruptelas y avivadas (donde la empresa privada es personaje fundamental y no simple actor de reparto), pasa colado y se hace invisible al ojo público.
Delicadas cuestiones las anteriores, claro que sí. Pero, el gobierno tampoco resulta de alguna ayuda al respecto. Si alguien duda de lo dicho, le recomiendo darle lectura al informe sobre “Comisión Probidad y Conflictos de Interés”, más conocido como “Informe Engel”, pues así el incrédulo podrá percatarse que en esas 216 páginas, en las que se mencionan ley Reservada del Cobre y su mayoritaria desnacionalización, AFPs y las distorsiones que inducen en la política y la economía’, respecto del FUT, clave en la concentración del ingreso y la evasión de impuestos por unos US$100.000 millones desde su implantación en 1985, junto al fraude CASEN realizado desde 1986 y que oculta esa creciente concentración, nada se dijo y ni siquiera se mencionó.
Utilizando un mal ejemplo, podemos afirmar que en estas cuestiones de corrupción el gobierno salió –armas en ristre- decidido a escalar el monte para cazar al lobo… pero ha terminado disparándole a liebres y cuculíes. La sonajera de balas satisfizo al ‘respetable’, el cual sigue creyendo (por cuánto tiempo, eso no se sabe) que las autoridades han cumplido la faena prometida y que ya no habrá más bestias merodeadoras. Por cierto, la prensa ayuda (al gobierno y a los predadores, claro está) en destacar con letras de molde el cacareo desaforado dentro del gallinero, aunque a la hora del recuento no se halle siquiera un mísero huevo. Lo dijo Mark Twain, “es más fácil engañar a la gente que convencerla de que ha sido engañada”.
Y nos quedamos sin respuesta ante la pregunta que abrió esta nota. ¿A cuál democracia optan la derecha, el mega empresariado y gran parte de la Nueva Mayoría? De la derecha ya sabemos su opinión… la ha manifestado y puesto en práctica desde hace décadas, comenzando con la asociación que protocolizó en 1970 junto a la CIA, pasando por el apoyo irrestricto a la dictadura y aglutinando fuerzas hoy para una última defensa de la Constitución de 1980, aquella impuesta por bayonetas y ‘pau de arará’.
En relación a la Nueva Mayoría, tal vez disipemos la duda releyendo lo que salió de labios de ese insigne ex ministro de varios gobiernos, Andrés Zaldívar, que sobre lo consultado no tuvo empacho en afirmar: “es riesgoso llegar a tener un ‘gobierno de la muchedumbre’ tras la crisis (…) en Chile puede pasar y tenemos que cuidarnos”.
“¿CuidarNOS?”, ¿se refiere a ‘ellos’… los parlamentarios actuales?… es lo más probable, ya que como guinda de la torta, en cuanto a una Asamblea Constituyente, confesó: “Personalmente soy claro, el poder constituyente está en el Parlamento y no está en una Asamblea Constituyente, ahora si el Parlamento por la mayoría que corresponde de acuerdo a la Constitución el día de mañana decide que puede haber una constituyente, tendrá que ser el Parlamento el que delegue sus facultades”. Se pasa de listo este muchacho, pues sabe que en el actual Parlamento no hay suficientes votos para aprobar tal necesidad, pero además, de “refilón”, deja entrever que para él (y para decenas de ‘honorables’ que piensan como él), la soberanía misma y el poder constituyente no deben estar radicados en el pueblo, sino en ellos, los lindos. Queda demostrado además con la reciente negativa del PDC y del PS para legislar a favor de la elección directa de intendentes. Para ambas tiendas lo anterior sería democracia en exceso.
Echándole un duraznito más a este ponche, respecto del tipo de democracia al que optan muchos parlamentarios y dirigentes de la centroderecha llamada hoy Nueva Mayoría, es oportuno recordar lo que dijo el ‘socialista’ senador Juan Pablo Letelier en relación a las funcionarias públicas embarazadas (y al respectivo fuero maternal): “una situación evidente y vergonzosa que es en el fondo un saqueo a los recursos públicos, porque es una jugarreta para que el Estado les esté pagando sueldos cuando ya no trabajan, que les esté pagando pre y post natal porque se embarazan a última hora”.
¿Qué tal? Este ‘modelito’ de renovado socialismo socialdemócrata pintando para fascismo de los años 40, habla de saqueo y frescura con conocimiento personal de causa, ya que adherido a la teta del estado lleva más de 24 años… claro que nunca se ha embarazado. ¿Querrá Juan Pablo Letelier que las parlamentarias, en caso de embarazo, tampoco cobren su dieta durante el fuero maternal? Sería bueno que esa idea la presentase en sala. Jamás lo hará, porque al igual que muchos de sus colegas puede ser fresco y demagogo, traidor a sus raíces y mentiroso al cubo, pero no huevón.