Los indicadores oficiales de ocupación de Estados Unidos están mostrando una tendencia positiva, sin embargo, la creación de empleos es insuficiente respecto a un importante desempleo estructural debido a personas que ya no salen a buscar empleos ni están en las estadísticas, porque solo pueden optar por trabajos precarios y parcial, que es un componente del modelo neo liberal que se repite en todas las economías en crisis, donde sistemáticamente se ha reemplazado la mano de obra por robótica. En la última década, el número de robots en la industria aumentó un 72 %, mientras que el número de puestos de trabajo en empresas de manufactura bajó un 16 %. A ello debemos agregar las empresas norteamericanas que se instalaron en al extranjero donde solo pagan un 12 % en impuestos, y si quisieran internalizar las utilidades en EE.UU., les significaría pagar un 23 % de impuesto de renta adicional, estimándose en US$ 200.000 millones de dólares las utilidades que se quedan fuera de EE UU.
Tal vez uno de los aspectos de la economía que más ha sido discutido es la baja inflación versus la deflación. Los economistas opinan que cuando los bancos otorgan más crédito a particulares y empresas, estos pueden aumentar sus gastos y ese gasto adicional implica un aumento del PIB y otra parte se manifiesta como inflación. Es el efecto que ocurría antes del 2008 con la compra de bonos por parte de FED, lo que provocaba un aumento del stock de moneda y la inflación. Debido a eso, se modificó el crecimiento del stock monetario después del 2008 y la Reserva Federal empezó a pagar intereses por el excedente de reservas. La tasa de interés ofrecida por estos depósitos (aunque baja, totalmente segura y líquida), indujo a los bancos a mantener esos excedentes en la Reserva Federal en vez de otorgar préstamos y crear depósitos para absorber el aumento de reservas, como hubiera ocurrido antes.
El resultado fue un enorme aumento del volumen de excedentes conservados en la Reserva Federal, y la nueva política de pagar intereses por los excedentes implicó que, a pesar de haber una mayor disponibilidad de reservas, tanto el ritmo de crecimiento de los depósitos como el crecimiento del stock de dinero fueran limitados. Por eso, aunque el M2 creció más del 6%, el PIB nominal creció solamente un 3,5% y el índice de precios del PIB solamente aumentó un 1,7%.
Cuando las empresas y los particulares comiencen a demandar más préstamos, los bancos comerciales que tengan capital suficiente podrán satisfacer dicha demanda, provocará un crecimiento del gasto de empresas y en poco tiempo podría convertirse en una fuente no deseada de inflación. Es lo que preocupa a la FED, el temor por los US$ 10,8 millones de millones estacionados en los bancos que bajarán a la economía, y para limitar el efecto inflacionario de estos préstamos, es que la FED podría subir el tipo de interés aplicado a los excedentes de reservas o apelar a operaciones de mercado abierto, sin embargo, ello puede frenar el avance logrado en la situación actual.
Aunque la posición de Estados Unidos es muy distinta a la de Europa y Japón. La inflación ha estado subiendo y se acerca al objetivo de la FED del 2 %, pero ahora enfrenta una tendencia a la baja, ante el débil crecimiento global y el fortalecimiento del dólar. En los próximos días de Octubre la FED podría terminar con su programa de estimulo (US$ 15.000 millones) de la compra de bonos que lanzó en septiembre de 2012, sin embargo, James Bullard, presidente del Banco de la Reserva Federal de St. Louis, declaró recientemente, que dada la situación de alta incertidumbre mundial, “podría retrasarse el retiro del QE3”.
Hablar de Japón nos recuerda “Apocalipsis Now”. Tiene el peor balance público del mundo, la deuda pública total del país en términos del PIB se ha cuadruplicado y llega 245,4 % del PIB. Japón está gastando 200 yenes por cada 100 yenes recibidos como impuestos, informa la revista “The National Interest”. El déficit se complementa con las nuevas ventas de deuda, y una proporción creciente de ella está siendo comprada por el Banco de Japón. Con un pronóstico de crecimiento del PIB de solo un 1,3% este año, la tercera mayor economía del mundo está mostrando signos de atrofia acelerada, no obstante, Japón planea un aumento del presupuesto en defensa sin precedentes en su historia, gastar el 3,5% del PIB en comprar armamento, unos ¥ 5,05 billones de yenes (US$ 48.700 millones de dólares) en el próximo año fiscal, porque las tensiones geopolíticas están cambiando las prioridades.
Albert Edwards del banco de inversión Societe Generale dice que la depreciación del yen se está convirtiendo en un tema político en Japón “Ahora nos estamos dirigiendo a 120 por euro, que es el soporte de 30 años”, y agregó, “Si se rompe ese nivel podríamos ver un movimiento hacia 140, 150 muy, muy rápido”. El trader, Luis Lorenzo, explica que se está en un punto de superar el techo que tenía en 127,8 unidades por euro. Si consigue pasar consistentemente esta barrera se iría a máximos desde 2009, con objetivos siguientes en niveles de 134-138 unidades por euro. Hace algunos días cerró en 129 yenes, niveles no vistos desde mediados de enero de 2010. El yen parece estar enfilando hacia los 134-138 yenes y no olviden que Japón es premonitorio en anticipar crisis.
Por segundo año consecutivo, las exportaciones de Latinoamérica prácticamente se mantendrán estancadas. El año pasado se contrajeron el 0,2% y en 2014 subirían apenas el 0,8%, según la CEPAL. El comercio exterior explica en parte la desaceleración de la economía regional y obedece al abaratamiento de los precios de las materias primas, en especial las mineras, pero también los alimentos. Así como al bajo dinamismo de la demanda del mercado latinoamericano y europeo, las exportaciones de Brasil caerían este año 3,4 %, según la CEPAL, siendo China, EE UU, Argentina y Alemania los principales destinos de sus productos.
China habrá inyectado casi € 90.000 millones de euros en su banca en apenas un mes, sumándose a los esfuerzos de otros bancos centrales, como el Banco Central Europeo (BCE), por revivir una economía global que decae. El crecimiento de China fue del 7,5 % en el segundo trimestre después del 7,4 % del primer trimestre, mínimos de 18 años. Los expertos esperan que al cierre del año el incremento del PIB se quede en el 7,2 % y tal vez en 7 %.
Europa se encuentra a punto de volver a caer en recesión, la producción industrial de la zona euro retrocedió un 1,8%. Alemania, su principal motor lleva dos trimestres de contracción del PIB. Entre abril y junio su economía cayó un 0,2 % y el índice Zew que mide la confianza del país ha caído a tasas negativas, a -3,6 puntos desde los +6,9 puntos que marcó en la lectura anterior. Italia está en depresión y en Francia los datos son desalentadores con tendencia a empeorar. “La economía global es más débil de lo que habíamos esperado”, reconoció a fines de la semana pasada Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional. La desaceleración afecta a las principales economías emergentes de Asia y a los países desarrollados de Europa, cuyas perspectivas son tan sombrías que el FMI ha advertido sobre el riesgo de que sufra una “década perdida”, como en Japón, caracterizada por una inflación excesivamente baja y un crecimiento anémico.
Hemos llegamos a nuestros días, con una deuda pública y privada que es impagable y que la economía no puede absorber y está dando los primeros síntomas mundiales de “intoxicación” económica por “dólares intragables”. En consecuencia, extrapolando la forma en que piensan los norteamericanos respecto a los bancos, quieren imponer el que, “Estados Unidos tiene una masa tan grande de dólares, que no puede caer”. Ambrose Evans de Telegraph, dice, “Morgan Stanley calcula que la deuda bruta mundial ha aumentado de 105 billones de dólares a 150 billones desde el año 2007”. La deuda se ha elevado al 275 % del PIB en los países más ricos, y al 175 % en los mercados emergentes. Xi Jinping, el presidente de China, está decidido a romper la burbuja de crédito de China desde principios de su mandato, pase lo que pase. Esto no será agradable dice, Standard Charted, la deuda ha alcanzado el 250% del PIB, algo fuera de serie para una economía en desarrollo y eso, anticipa más caídas de las bolsas.
La volatilidad tiene nerviosos a los inversionistas y presenta extraños comportamientos, lo que sugiere alguna forma de intervención. La duda quedó planteada el miércoles 15 de Octubre de 2014, alrededor de la 2.30 pm., cuando Wall Street se hundía – 2,8% y repentinamente empezó a repuntar. ¿Qué dato nuevo surgió en ese preciso momento para detener el desastre? Públicamente ninguno. Posteriormente el resto de los mortales supimos de las declaraciones de James Bullard, presidente del Banco de la Reserva Federal de St. Louis, quien dijo, “dada la situación de alta incertidumbre, podría retrasarse el retiro del QE3”. No cabe duda que la Reserva Federal de EE. UU., tiene sofisticados canales para enviar mensajes a la bolsa y cambiar los resultados minutos después.
Como norma, se estima que por cada 10 dólares que cae el precio del petróleo, se agrega una contribución de 0,3% al PIB del año siguiente, pero el desplome actual del petróleo con el WTI que ha cerrado a US$ 81,78 en Nueva York y el Brent a US$ 83,789 (el más bajo desde noviembre de 2010), está mostrando los signos del desplome de la economía global. Algunos analistas predicen que el petróleo WTI caerá hasta US$ 72 por barril, en momentos que las grandes petroleras están bajando la inversión y vendiendo hasta sus activos, porque para estas empresas la rentabilidad empieza en los US$ 130 dólares el barril y el tope presupuestarios en los países petroleros, en US$ 100.
Estados Unidos es una economía centrada en un 79 % en los servicios y para empeorar las cosas, la mayoría de los empleos que se están creando son de mala calidad, una categoría que incluye muchos puestos de trabajo de bajos salarios, tales como limpiadores, mensajeros, guardias de seguridad y similares. El estancamiento de los salarios significa poder adquisitivo estancado y crecimiento económico lento. En el informe de septiembre, las ganancias promedio por hora para la mayoría de los trabajadores era US$ 20,67. Si los salarios hubieran mantenido el crecimiento de la productividad de las últimas décadas, el actual salario medio debería ser de alrededor de US$ 31.
Hoy las reservas en el extranjero suman US$ 12 millones de millones. “Los días del dólar como la divisa internacional de reserva están contados, mientras el tiempo de EE.UU. como superpotencia expira”, “El mercado de bonos es una burbuja, el mercado de valores es una burbuja, el dólar es una burbuja (…), expresó Paul Craig Roberts, ex subsecretario del Tesoro de EE.UU de R. Reagan. Sin embargo, cuidado, están ocurriendo hechos nuevos. El gobierno ruso anticipo que está preparando un protocolo de pagos conectado con China y otros países, y creen que en menos de 2 años serán capaces de abandonar el dólar, lo que explica la cantidad de oro que han comprado tanto Rusia como China en los últimos meses, donde muchos negocios ya se están estructurando para transarlos en yuanes o rublos. El punto clave es saber en qué momento China frena la acumulación de dólares y detiene las nuevas compras de deuda. Será el inicio del colapso del dólar y la caída oficial del gigante del norte.
Mario Briones R.