Diciembre 26, 2024

Hablemos de crisis, hegemonía y una nueva guerra mundial

Parte de la dinámica que está derivando en la tensión mundial que observamos, incluidos los efectos que se perciben en nuestro país, tienen un origen en la crisis mundial económica, que no solo es producto de una mala gestión económica, sino porque está derivando en una disputa geopolítica, donde las consecuencias no dan espacio para el optimismo.

 

La arrogancia de los líderes políticos les impide admitir los errores en su ideología e insisten en sostener un modelo económico con ciclos críticos de mayor duración y envergadura, caracterizado por un daño que se causa a miles de millones de personas, una vergonzosa concentración de la riqueza, el dominio monetario, la caída sistemática del empleo, la disminución productiva y la especulación financiera entre otros efectos.

 

Examinemos brevemente, como ha llegado el mundo a esta condición crítica de tensión mundial. Concluidas las dos guerras mundiales, la principal economía mundial, los Estados Unidos, vive varias décadas de auge hasta que en los años 70´s, se perciben que los beneficios de la post guerra empiezan a declinar porque los costos han aumentado, acelerados abruptamente por la crisis del petróleo, que tuvo su origen en otra intervención de EE UU en el medio oriente. Las dos guerras mundiales ocurren en Europa y una tercera guerra no sería extraño que tuviera como escenario a Europa y el medio Oriente, con una salvedad, los avances tecnológicos en armamentos, hace suponer que el territorio norteamericano se vería seriamente afectado. Las guerras dejaron la infraestructura de Europa y Japón en el suelo, lo que obligó a reconstruir los países desbastados y sus industrias productivas, incorporando los avances industriales y tecnológicos que se habían logrado en los años 50, 60 y 70, y que no se habían aplicado, esperando oportunidades ventajosas o propicias para hacerlo, tal como ocurre hoy con numerosas innovaciones.

 

En el caso de EE UU, la industria de guerra quedó intacta y fue adaptada para la producción civil, mucha de ella estaba desde antes de 1900. A fines de los 60´s se nota la obsolescencia debido a la producción renovada de Europa, especialmente de Asia. Pero además, se produjo otro fenómeno muy importante de recordar, la desmantelación sistemática de la política del New Deal, aplicada por el Presidente Rooselvet, que sacó a EE UU de la gran recesión de 1929. Estos factores son claves para entender la aplicación de los primeros diseños de la ingeniería financiera, que parten con el gobierno republicano de Ronald Reagan, generando a partir de 1981, tres decenios de la mayor desregulación económica, orquestada por hombres como Donald Reagan, Alan Greenspan, Robert Rubin, Lawrence Summers, etc. Lo señalado tiene vital importancia para entender lo que sucede en la actualidad, porque las conexiones del imperio del dinero son transversales y secretas. A Robert Rubín se la atribuye el inicio de una política, en tiempos de Clinton, (ya señalamos lo de la transversalidad) que permitiera a EE.UU., crecer sin inflación, manteniendo la hegemonía del dólar y que aumentara la riqueza de los norteamericanos. El único período con excedentes se logró en el mandato de Bill Clinton. Con anterioridad, Reagan y Bush (padre), aumentaron el déficits, luego Bush (hijo) hasta B. Obama, elevaron la deuda fiscal a más de 105 % del Pib.

 

La respuesta que dio Rubín fue, globalización, desregulación financiera, importación de productos baratos y déficit comercial financiado por un superávit de capital. Lo que se perseguía era proveer a EE UU., de productos extranjeros generados con mano de obra barata, incrementar la hegemonía americana inundando los mercados con dólares como moneda de pago y emitiendo deuda que permitiría pagar los déficits en Cta. Cte. A su vez, los organismos satélites como el Banco Mundial, FMI, etc., orquestaban planes de “ordenamiento” económico para presionar a los países políticamente o militarmente para abrir las economías. La economía global debía crecer, lo cual aseguraba la formación de más reservas en dólares en los países extranjeros, para permitir financiar los enormes saldos deficitarios fiscales de EE UU, lo cual requería dejar dólares fuera de EE UU, para contender la inflación interna y evitar la desvalorización de la moneda a nivel global. Hoy las reservas en el extranjero suman US$ 12 millones de millones, y la deuda fiscal de Estados Unidos es de US$ 17,7 millones de millones, y existen US$ 10,8 millones de millones estacionados en los bancos, lo cual significa que mayoritariamente los millones de millones de dólares del QE3 de la Fed, han ido a parar a cuentas bancarias del 1% del sector más rico de los norteamericanos.

 

Los desequilibrios que empiezan a producirse en la economía y las finanzas, tiene como primer responsable al modelo económico neo liberal patrocinado por las políticas de derecha que ha acumulado una deuda fiscal mundial global de US$ 100 millones de millones, donde los TLC aumentaron el mercado globalizado y sirvió para que los grupos transnacionales tomaran posiciones dominantes de mercado. En Chile la orden llegó en forma de dictadura para abrir la economía de un zarpazo, con las armas, lo que incluyó la revolución universitaria del año 81 de Pinochet, que encuentra en Jaime Guzmán a uno de sus defensores más radicales, con frases como, “La decisión de terminar con esta injusticia social, y que cada persona pague el valor de su educación superior, alcanza la mayor importancia ética dentro del camino hacia una sociedad más justa”. Treinta y tres años después la falsedad ideológica queda demostrada por la cantidad de políticos de derecha dueños y lucrando con las universidades y no solo respecto de la política universitaria, sino porque se había creado una de las sociedades más injusta y con peor distribución de la renta, la chilena.

 

La globalización económica es producto de la ingeniería económica, creada para expandir mundialmente la economía de mercado con el dólar como ariete, con la finalidad de trasladar la riqueza a Estados Unidos, imprimiendo billetes, emitiendo deuda y distribuyendo en todo el mundo los “mágicos” instrumentos bancarios con activos financieros “basura” que llamaron “CDO”, “SIV”, “SVP”, etc., que nadie sabía lo que contenían pero que todos compraban por su gran rentabilidad, hasta que llegó el desastre financiero del 2008, con recesión en todo el mundo y desequilibrios monumentales entre la economía real y la valoración financiera que reventó con la burbuja.

 

La locura financiera no ha terminado. A partir del 2009, cinco años después seguimos en crisis y se estima en US$ 12 millones de millones las emisiones de los bancos centrales, porque a la fiesta de EE UU., se han unido además Japón, el Reino Unido, Europa, con tasas de casi 0 %. Lo que está en riesgo hoy es el modelo que sustenta la hegemonía económica y monetaria de Estados Unidos. Países como Rusia están desechando seguir utilizando el dólar como moneda de pago y están firmando contratos con su propia moneda u otras en temas vitales como el petróleo, en consecuencia, las tensiones por Ucrania que está arrastrando a Europa a hundirse en una mayor recesión, esconde la disputa hegemónica. Falta a futuro que se incorpore el rol, en este mismo sentido, que jugará China, porque está latente otro peligro, la corrección bursátil producto de una gran burbuja que hará caer las bolsas, sostenidas solo por la cantidad de dólares emitidos por los bancos centrales, pero que al no tener respaldo en los resultados reales de las empresas, terminará por botar los precios de todos los activos sobre valorados.

 

Las burbujas se forman por la excesiva oferta de dinero que eleva los precios de los activos, y que hoy se estiman sobrevalorados en cerca del 80% según diversos ratios de valoración aplicados. Luego la sola mención de aumentar las tasas de interés por la Reserva Federal de Estados Unidos, repercuten en caídas de las bolsas, que alertan del aumento de las tasas. La mayor deuda acumulada, produce más costos por los intereses a financiar, repercutiendo en más déficits en una economía débil. Además, acarrea la cesación de pagos como ocurrió con las crisis de las Compañías punto Com, o la deuda Sub prime de las hipotecas que produjeron parálisis económica y barrió con años de trabajo de la ciudadanía. Existen dos ejemplos de nuevas deudas que es bueno mencionar. La venta y el aumento de vehículos nuevos se han financiado con más deuda. El 60% de los norteamericanos dicen que no podrían llegar a US$ 400 en caso de emergencia sin pedir prestado o empeñar algo, su ahorro no es más de 5 % y un alza en los costos por intereses sin que vaya acompañado de un aumento de las remuneraciones, produce impagos. El otro caso que está presente, es la deuda de los estudiantes, que adquirió características desbordadas.

 

La Reserva Federal planea imponer a los bancos más grandes de EE.UU. un nuevo sobrecargo de capital para obligarlos a elevar sus reservas contra posibles pérdidas y así reducir el riesgo de que algunas firmas sigan siendo “demasiado grandes para quebrar”, lo que disminuye los ingresos en la banca, pero además, es una manera clara de notificar la incertidumbre que existe en la economía. Según Jim Reid, de Deutsche Bank “Es probable que sea necesario que la burbuja continúe con el fin de mantener el actual sistema financiero global y el necesario desapalancamiento futuro”, Lo que no dice Reid es que sólo el “1%” se beneficia de la burbuja. La riqueza y los ingresos de todos los demás son cada vez menores, lo que la FED se ha visto obligada a admitir.

 

Hemos llegado a un punto en que la crisis económica revela una crisis mayor, que es la corrupción política. Para muestra un botón, en Chile, el Sr. Armando Lolas, Vice Director del Proyecto Alto Maipo, reconoció en entrevista publicada el 05/09/2014, que solo pueden generar 190 MW y que el 80% de esta energía sólo sería para alimentar la minera los Pelambres de la familia Luksic y todos sabemos que hay importante políticos que han trabajado o trabajan para dicho grupo. Chile, Panamá y Costa Rica lideran la lista de los países más competitivos de Latinoamérica, según reciente clasificación mundial elaborada por el Foro Económico Mundial. Pero se habla poco de los altos costos de vida que pagan los chilenos en alimentos, locomoción, vivienda, educación, servicios y otros, incluso mayores que en las economías desarrolladas, salvo que los ingresos de la mayoría de los trabajadores chilenos promedian los US$ 600, valor que en los países desarrollados sería, vivir en la extrema pobreza.

 

En el orden internacional, en este afán de imponer un modelo neo liberal fracasado, con fuertes orígenes religiosos, nos traslada al resurgimiento de los yihadistas y su Estado Islámico, cuya postura religiosa es aún más inamovible. Producto de otra intervención armada, la invasión de Irak ocurre cuando Bush mintió al mundo sobre la existencia de armas de destrucción masiva. La intervención en Irak no fue para derrotar a Hussein, sino para trasladar la riqueza petrolera a EE UU, cuyas consecuencias aún no terminan y están en plena dinámica. Puede ser el gatillante de una tercera guerra mundial. Algunos creen que las palabras libertad y democracia, conceptos que para los propios occidentales resultan vacios, se les puede aplicar a otros a sangre y fuego. Primero invadiéndolos y luego bombardeándolos para “asentar” estas “jóvenes democracias” como las llama Henry Kissinger. Es la misma falsedad de conceptos que nos agobian a todos, moros y cristianos, musulmanes y hebreos, negros, etc. “Cuando los hombres creen no temer más que a su Dios, no se detienen en general ante nada”. Barón Holbach, siglo XVIII.

 

Nuestro gran problema como sociedad, es que virtualmente toda la comunicación es digital y esté cifrada o no, las agencias gubernamentales tienen acceso a ellas y empresas como Google, Microsoft, Twitter, Facebook etc., están dispuestas a entregar información detallada de cada movimiento que realizan las personas. Lo que no entienden quienes controlan el mundo, es que cuando las injusticias de todo orden sobrepasan cierto límite, nada importa hasta recuperar el equilibrio. Lo que no sabemos, es si habrá un ganador ante una tercera guerra mundial.

 

Mario Briones R.

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