Noviembre 23, 2024

¿Progreso o Retroceso? El caso de las hidroeléctricas

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patagoniaEs producto del mentado progreso el que estemos destruyendo el planeta tierra ¿vale la pena talar tantos árboles? Nos dicen que sí; nos dicen, entre otras cosas, que con bosques milenarios, riachuelos, liebres y nardos no se puede ser feliz. Sin embargo, nos explican, con la producción constante de peladeros y deforestación, y las lucas que se van a echar al bolsillo los de las Hidroeléctricas, deberíamos estar saltando en una pata. Como bien indican los de Hidroaysen: “Si Chile aspira a lograr […] convertirse en un país desarrollado, requiere de fuentes de generación estables, como la hidroelectricidad”. En efecto, una nación que se jacte de desarrollada precisa destruir su flora y su fauna: a la chucha con la educación, la salud y la cultura.

 

Ante la pelotudez de quienes han aprobado esa monstruosidad llamada “Hidroaysen”, lo menos que puede hacer la ciudadanía es rasgar vestiduras, salir con pancartas y vociferar por todos los medios, la rabia y el coraje contenidos. El pueblo –en su totalidad local e internacional –ha debido soportar a lo largo de los años que le metan el dedo en la boca y que le instalen centrales nucleares, plantas de tratamiento, fábricas de deshechos y aeropuertos sobre humedales, mientras los señores dueños, presidentes y accionistas se regocijan en sus mansiones principescas, con la guata llena y sus diminutos hocicos esbozando sonrisas

¿Acaso el famoso “progreso” del que mucho se habla, no es otra cosa sino el abultamiento continuo de las arcas de los dueños de Endesa y Colbun, que destruyen y arruinan con el fin de tener más lucas para así decorar sus piscinas y sus letrinas con los mosaicos más finos de oriente?

 

Teóricas del Ecofeminismo como Vandana Shiva han realizado una crítica exhaustiva a la ciencia instrumental de occidente, cuyos fines eminentemente capitalistas ponen en riesgo la integridad cultural, intelectual y física de cientos de mujeres en el tercer mundo, al destruir el entorno natural en el que ellas viven y con el que además se encuentran estrechamente vinculadas. Y no sólo el de mujeres, sino también el de hombres y niños que en pos del mentado “progreso”, deben arriesgar todo lo que son y lo que tienen, para que quienes contaminan con sus fabricas, plantas y corporaciones, puedan costear las prostitutas, los matrimonios reales y los yates, y para que puedan dirigir desde sus mullidos sillones de seda india las democracias en las que tanto les agrada vivir.

Estoy hasta la coronilla de escuchar a estos viejos del empresariado y del oficialismo escupiendo salmos para tratar de justificar el daño que planean hacer.

¿Progreso señor CEO? ¿De veras? ¿Un 2% OFF en las cuentas de electricidad para la zona y los chilenos deberíamos salir con champaña a inaugurar las Hidroeléctricas?

Quienes defienden la instalación de estas monstruosidades de la ingeniería, no sólo consienten el enriquecimiento sin límites de los altos ejecutivos y presidentes de apellidos vinosos, sino que además se pasan por el culo la opinión y visión del pueblo ¿Qué opina una gran cantidad de chilenos (y por qué no decirlo, de extranjeros) al respecto? Al número de protestas que ya han tomado lugar a lo largo del país se suman manifestaciones dentro de los próximos días, por lo que sin temor podemos asegurar que la aprobación de estas hidroeléctricas es una decisión arbitraria, dictatorial y completamente anti democrática.

Y es que en el filosofar se construyen argumentos que pueden ser válidos o inválidos, y que deben necesariamente considerar las objeciones pertinentes. Analizando el argumento de Hidroaysen, salen a la luz un sinfín de objeciones y que son las que la ciudadanía ha puesto sobre la mesa. ““Si Chile aspira a lograr […] convertirse en un país desarrollado, requiere de fuentes de generación estables, como la hidroelectricidad” Algunas preguntas que surgen a modo de objeción ¿puede una nación jactarse de desarrollo al descuidar su flora y su fauna y al descuidar un entorno natural con el que cientos de mujeres y hombres han establecido profundos lazos que pueden –o que incluso dan –sentido a la existencia? ¿es un indicativo de “desarrollo” el que la selva virgen sea intervenida, y por lo tanto destruida, con el fin de hacer más ricos a un piño de señores presidentes de corporaciones? ¿podemos hablar de desarrollo intelectual y democrático en una nación que castiga la lícita protesta ciudadana con los palos, los chorros de agua y las bombas arrojadas por los lacayos del poder establecido, es decir, Carabineros de Chile? Ninguna de estas preguntas, creo yo, merece respuesta afirmativa.

De ahí que el famoso progreso, término empleado por los demagogos que defienden la destrucción masiva de los bosques y que nos contemplan como bestias rabiosas e insignificantes, constituya una absoluta chocarrería y en definitiva, un mero retroceso ¿nos van a hablar de progreso señores Hydromatte, cuando lo único que anhelan es acrecentar sus ganancias en desmedro del medio ambiente? ¿es que acaso en pos del progreso, se le debe negar a la ciudadanía la posibilidad de disfrutar libremente y sin reservas de la naturaleza? “Yo estoy muy conforme en cómo se desarrolló el proyecto” declaro en una entrevista de Canal 13 la ministra de medioambiente. Nos queda más que claro que mientras la docena de pelotudos que dirigen este país esté contenta, rozagante y extasiada, feliz por “el progreso”, los quince millones restantes nos estamos acercando (sin duda) a los estándares internacionales de desarrollo. “Bueno” pensarán algunos “Chile ya ingresó a la OCDE, so there!”.

anibal.venegas@gmail.com

 

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