Enero 2, 2025

Magallanes: por un Chile federal

bandera_magallanes

bandera_magallanesPor desgracia, Chile es una monarquía borbónica en extremo centralizada. La memoria del tirano Diego Portales, lamentablemente, se ha impuesto en el imaginario chileno: en este país, Santiago lo es todo y las Regiones, Provincias y Comunes significan poca cosa; en materia de centralismo ni siquiera hemos superado el siglo XIX. En el período de los decenios hubo dos guerras civiles provocadas por la rebelión de las Regiones Concepción y Coquimbo.

 

 

 

 

 

 

Antes del triunfo portaliano, el padre de la patria, José Miguel Infante, propuso una Constitución federal, y los más preclaros pensadores progresistas fueron federalistas. Estoy conciente de que hablar sobre este tema es imposible en un país dominado por la dictadura centralista y constituido por una élite política en extremo ignorante, y que a lo mucho habrá leído el resumen de Leopoldo Castedo, de los veinte tomos de  la historia de Francisco Antonio Encina.


Los gerentes del gobierno de Piñera, que pertenecen a esta élite, dueña del país, y que sólo leen el Diario Financiero y  Estrategia, se sienten con “pleno derecho” para subir, sin consultar a nadie – menos a los directamente involucrados, los magallánicos- en más de 16 por ciento el precio del gas, ignorando el impacto que tendría en esta Región semejante abusiva e inconsulta alza y, como no saben nada de la historia de Magallanes, por ejemplo, la rebelión de la Federación Obrera, en los años 20, o el hecho de que, hasta hace poco tiempo sus diputados y senadores eran de izquierda, creyeron que era muy fácil imponerse, como lo hacen a diario con los borregos santiaguinos.


Los argumentos tecnocráticos de que hacen gala estos ministros gerentes son una soberana estulticia; el gas no se acabará en Magallanes, en contra de lo que dicen estos dogmáticos del neoliberalismo. Es evidente que aún queda mucho por explorar respecto a nuevos yacimientos. Por lo demás, Enap está mal administrada, por personajes del bipolio, pero es evidente que debiera no limitarse a refinar el petróleo, sino venderlo en todo el país rompiendo el monopolio de Copec. Digamos la verdad: la única meta de la derecha es la de privatizar todas las empresas públicas e, incluso, los servicios, como la educación y la salud.


Los intendentes y gobernadores son sólo empleados del monarca: tienen menos poder que Poncio Pilatos en el imperio romano; son ridículas correas de trasmisión del ministro del Interior. Los Cores – consejeros regionales- son el hazmerreír, pues ni siquiera fiscalizan a los intendentes y Seremis; los gobiernos regionales son una pésima réplica del gobierno central donde,  en muchos casos, predomina el fraude, como ocurrió en Valparaíso.


Magallanes es el bastión de un naciente movimiento federalista: tuvieron el valor de formar una asamblea regional ciudadana que expresa una nueva forma de organizaciones ciudadanas que, ojalá sea el augurio del fin del Chile monárquico borbónico dieciochesco, y el comienzo de un Chile de democracia directa y federal, donde los verdaderos sujetos de la política sean los ciudadanos y no las mafias de los partidos.


Rafael Luís Gumucio Rivas
15-01-11              

 

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