Diciembre 26, 2024

Idiotas

piera_millonario

Ha resultado penoso el espectáculo de un diputado que después de lucirse al calificar de idiota a Piñera, haya desfilado por canales de televisión dando explicaciones, las que oscilaron desde la etimología griega, hasta las disculpas pedidas con actitud contrita.

La anécdota, que recuerda que más que afinidad por la etimología, al momento de decir lo que se piensa hay que tener cojones, deja en el aire la incógnita respecto de los idiotas. Del resto de ellos.

 

De inmediato habría que decir que el mundo, y por lo tanto nuestro país, está con su cuota de idiotas en su punto máximo. Más aún, es difícil que haya más idiotas que los que se pueden criar y alimentar en una sociedad.

 

Es probable que se distribuyan en términos normales y a cada población le sea adjudicada su dosis de idiotas para su uso, abuso y explotación, y no más.

 

Pero, referidos al concepto común de idiota que es en definitiva el que vale, ¿cómo anda en frecuencia en la oligarquía nacional ese género de personas?

 

Un par de ejemplos notables.

 

¿Es idiota el Francisco Vidal cuando reconoce que desfila con paso regular levantando una escoba a modo de guaripola? ¿O lo es aún más cuando con su tono de voz que parece de volatinero defiende lo indefendible de los gobiernos de los cuales fue ministro y ahora exégeta?

 

¿Es idiota o no la risa de Michelle Bachelet cuando intenta la postura de buena onda que en el fondo no tiene? ¿Idiotizó su aparente simpleza y cercanía, a aquellos que creyeron que ahora sí llegaba la alegría y sus consecuencias? ¿Resulta una completa idiotez haber dejado su muelle pasar en Nueva York para venir a ser testigo de la batalla encarnizada entre los caníbales camaradas socialistas que no respetaron ni a su propia madre?

 

¿Es una perfecta idiotez que precisamente cuando comenzaba la parte más interesante de los últimos veinte años, justo a esa hora, el Partido Comunista haya impulsado su corrimiento a la derecha en vez de haberse puesto en sincronía con lo que pulsa en las calles? ¿Serán considerados idiotas que les hacen el juego al enemigo aquellos que en su interior exijan no apoyar a Bachelet por su pasado, pero especialmente por su presente?

 

¿Es o no es idiota, en el idioma que sea, que la izquierda que por la ley de gravedad está llamada ocupar el vacío que deje la izquierda que asume su corrimiento no al rojo, sino al azul, se dé el lujo que llevar tres candidatos a la izquierda y desperdigados candidatos a diputados, que ni siquiera se saludan o se dan la mano?

 

¿Es idiota la derecha cuando se descompone en peleas internas que dejan ojos llorosos y odios anidados en sus más envalentonados cuadros, pero al final todos se cuadran con la disciplina de un Templario para la causa final de la codicia?

 

No. La derecha podrá ser un hato de criminales, responsables finales de la crisis humanitaria que vive el mundo, impulsores de masacres y saqueos, pero idiotas como para sacar de su lugar lo importante no.

 

Idiotas fueron en estos cuatro años en que se desgastaron innecesariamente por seguirle las aguas a un idiota que quería ser presidente. Pero ya aprendieron la lección. Lo de ellos es el poder, no necesariamente el gobierno.

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