Noviembre 13, 2024

Evo Morales v/s Carlos Mesa: los dos modelos que se enfrentarán en Bolivia

Bolivia, antes de la revolución de abril de 1952, se caracterizaba por ser un campamento minero, dominado por los reyes del estaño, y los departamentos donde no existían minerales, no eran considerados; en las elecciones sólo votaban 40.000 blancos, en su mayoría descendientes de conquistadores, y los aimaras y guaraníes estaban excluidos de la sociedad.

 

 

La revolución de abril de 1951, una alianza entre los obreros de Juan Lechín y los intelectuales del Movimiento Nacionalista Revolucionario, (cuyos líderes eran Hernán Siles Suazo y Víctor Paz Estensoro), llevaron a cabo las reformas democráticas burguesas, es decir, el voto universal, incluido el de las mujeres, las reformas agraria y educacional.

 

La revolución boliviana fue traicionada dando paso a sucesivos gobiernos de ultraderecha militar: el de Hugo Banzer y antes, el de Barrientos.

 

El historiador Carlos Mesa y Evo Morales representan los dos extremos de la sociedad boliviana: el primero, intelectual blanco, alto y barbudo, fue presentado en el Alto de la Paz como la encarnación de Francisco Pizarro, mientras que Evo Morales representa la mayoría del pueblo indígena, antaño excluido.

 

Mesa fue elegido, en el año 2002, como vicepresidente, junto a Gonzalo Sánchez de Lozada, presidente, personaje que habla el español con acento gringo, educado en Estados Unidos y asesorado en su campaña  por técnicos electorales de ese país.

 

Evo Morales, por ese entonces un líder sindical cocalero, fue derrotado por la fórmula Goñi-Mesa.

 

En febrero de  2003 el pueblo se rebeló frente al impuestazo que anunciaba el gobierno de Sánchez de Lozada. En octubre de ese mismo año, a raíz de la propuesta de envío de gas por puerto chileno, los ciudadanos nuevamente se rebelaron, y bajaron del Alto a la Plaza Murillo pagando un alto precio de heridos y muertos a causa de la represión. Goñi huyó y tomó el poder el vicepresidente Carlos Mesa.

 

Mesa gobernó durante un año y algunos meses. Es cierto que logró calmar una situación difícil, y tuvo el valor de presentarse en el Alto de La Paz al día siguiente de haber asumido el poder, en que dominaban los aimaras, en contraste con su figura de intelectual blanco.

 

Carlos Mesa intentó convocar a un referéndum sobre la  base de cinco preguntas respecto de los hidrocarburos. El sí a las proposiciones de Mesa fue mayoritario, pero no le sirvieron para imponer una ley de hidrocarburos. Según el vicepresidente García Linera, Carlos Mesa es cobarde e indeciso, y lo demostró al presentar la renuncia a su cargo de Jefe de Estado cuando Evo Morales presentó un proyecto de ley que nacionalizaba los hidrocarburos.

 

El discurso de renuncia de Carlos Mesa estuvo pleno de lamentaciones y justificaciones, y terminó diciendo que tenía que mendigar ante el Banco Mundial y Estados Unidos para poder pagar los salarios de los maestros.

 

Evo Morales afirmaba que si Mesa hubiera nacionalizado los hidrocarburos, Morales no hubiera sido Presidente de Bolivia.

 

A partir de 2006 y hasta nuestros días Evo Morales ha sido dueño del poder, con estabilidad política y económica en un país que se caracterizaba por la inestabilidad política y varios golpes de Estado de la ultraderecha.

 

Evo Morales se arrepiente, hasta hoy, de haber amnistiado al ex Presidente Carlos Mesa, y además lo nombró vocero de la causa contra Chile ante el Tribunal de Justicia de La Haya. Meza es tan enemigo de Chile como Morales, y aún no ha podido dimensionar el precio que pagan ambos líderes a causa de la derrota de La Haya.

 

Carlos Mesa ha irrumpido como el principal rival de Morales, en el plebiscito del 21 de febrero de 2016, en que el NO a la cuarta reelección de Morales ganó por un 51,8% contra el 48,2%. (Nadie puede negar que los cerebros del Movimiento al Socialismo – MÁS – tengan genio  para encontrar argumentos brillantes por los cuales puedan torcer el artículo de la Constitución que impide una cuarta reelección de Evo Morales). Ahora se les ocurrió recurrir a la Convención de Derechos Políticos de la OEA, que plantea como derecho humano el presentarse a cuantas elecciones quiera.

 

El Tribunal Constitucional – tan monstruoso tanto en Chile como en Bolivia – decidió permitir la candidatura de Morales.

 

Hay una izquierda oportunista que sigue los postulados de Groucho Max, “estos son mis principios y si no les gustan, los cambio”. (Personalmente pienso en la máxima de que “el poder corrompe…”, y  debiera ser lo más corto posible).

 

Las encuestas de opinión pueden acertar o equivocarse. Por ejemplo, en España,  las últimas elecciones dieron en el clavo, como en varios casos se han equivocado rotundamente.

 

A poco más de cinco meses para las elecciones de octubre unas encuestas dan como ganador a Evo Morales, mientras que otras a Carlos Mesa, y el resto de los candidatos cuenta con muy poco apoyo, entre ellos Jorge Tuto Quiroga, presentado por el Partido Democratacristiano Boliviano, que alcanza  un 3% en las encuestas.

 

Está claro que la segunda será entre los candidatos Meza y Morales, y parece posible que el historiador logre aventar a Morales.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

16/05/2019                  

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