Septiembre 20, 2024

Haití: sus fuertes debilidades

 

Las debilidades de Haití no son sólo económicas.

 

Haití se caracteriza en América (no en una buena parte del mundo donde la situación es peor) por poseer un Estado débil, en débil construcción nacional, un ejecutivo sujeto al parlamentarismo, un parlamento que parlamenta pero no gobierna, y un poder judicial aún más débil que los otros poderes del débil estado.

 

 

Podríamos decir, sin mucha poesía pero con cierta temeridad, que Haití es un protectorado de hecho de los EEUU, que actúa militarmente en la tierra liberada en 1804 cuando lo considera, aún estando en el país las fuerzas de la ONU, y sin el consentimiento de éstas.

 

Más: la “comunidad internacional” y EEUU han cooperado objetivamente para impedir o dilatar en los hechos la autonomía y la formación con músculo de un real Estado Nacional, con poderes relativamente fuertes y FFAA nacionales.

 

Casi dos siglos (desde la independencia y sobretodo del fin oficial del esclavismo) Haití sufrió de un verdadero bloqueo de todos los países que fundaban su economía en la esclavitud, y una ausencia absoluta de inversiones extranjeras. Eso ha tenido sus consecuencias inmediatas y mediatas.

 

La justicia no funciona, por decirlo así, al estilo occidental, a pesar de algunas leyes e instituciones exportadas por Francia, potencia colonialista y esclavista derrotada por los haitianos en 1804.

 

A nivel de los sectores más distantes al intento de Estado, la justicia tiende a aplicar la ley del Talión, el ojo por ojo.

 

La ideología vudú también influía hasta hace poco, y puede seguir haciéndolo, en la justicia. Para el extremismo vudú los seres humanos tenemos, además del yo, un alter ego que hace el mal y un alter ego que hace el bien. Algo así como lo que tendríamos los fanáticos católicos si creyéramos en el demonio propio y en el propio ángel de la guarda.

 

Hace aproximadamente cuatro décadas fue asesinado brutalmente en Puerto Príncipe un cónsul chileno, víctima de su hijo adoptivo, un brasileño que seguía en extremo la ideología vudú de la época. El victimario, a quien el cónsul protegía, se declaró ante la justicia culpable de la muerte del cónsul y fue encarcelado, pero él y sus abogados locales reclamaron al cabo de poco tiempo que el verdadero culpable era el alter ego malo del brasileño y no el brasileño propiamente tal. El brasileño asesino salió en libertad y, más, reclamó de la justicia haitiana el seguro de vida que su padre putativo, asesinado, había dejado en herencia.

 

Hace siete años un sargento de la armada chilena también fue asesinado en el centro de Petionville, el barrio elegante de Port au Prince, la capital de Haití, después de una noche en una especie de cabaret…

 

En cuanto a la justicia nacional para nacionales haitianos ningún ex jefe de estado acusado de crímenes o narcotráfico ha sido procesado y condenado en Haití.

 

Baby Doc, tirano hijo de tirano, murió en su buena cama haitiana de Puerto Príncipe en 2014, al que volvió con honores en 2011 después de su autoexilio francés tras su derrocamiento del 7 de febrero de 1986.

 

El baleo de hace muy poco a la comitiva del embajador chileno en Haití, que cobró una víctima fatal – un funcionario voluntario de “América Solidaria”, institución solidaria nacida en Chile- es un verdadero puzle y enredará a la justicia haitiana. Más que un crimen político parece un crimen común.

 

Son las debilidades de Haití, un país que no es precisamente violento y donde los diplomáticos chilenos y los extranjeros solidarios no están expuestos más que en otros países.

 

Hay muchos países más violentos y subdesarrollados que Haití.

En Haití no mueren niños en la frontera por maltrato oficial ni está legalizada la tortura; tampoco se dispara a estudiantes o a religiosos de otras creencias.

 

Ningún gobierno haitiano post-duvalier ha acuchillado o quemado vivos opositores o tiene hasta hoy detenidos desaparecidos y mega robos de las fuerzas armadas, grandes empresas e importantes sectores políticos.

 

Sugiero revisar, además, el nombre de “América Solidaria” porque “América” en toda Norteamérica, Centroamérica y el Caribe significa Estados Unidos de América, con todas sus connotaciones. Y eso, entiendo, no es lo que ha deseado “América Solidaria”. Confunde en un país donde una buena parte de la población rechaza a los “americanos”.

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