El presidente venezolano, Nicolás Maduro, hizo un llamado este sábado a "relegitimar" a la Asamblea Nacional (AN) con una convocatoria a "elecciones libres" para renovar a los miembros del Parlamento.
"La Asamblea Nacional Constituyente tiene en su agenda la atribución constitucional, histórica y política para llamar a un adelanto de elecciones parlamentarias este mismo año. Yo estoy de acuerdo, que se relegitime el Poder Legislativo del país y vayamos a unas elecciones libres con garantías, que el pueblo decida por una nueva Asamblea Nacional", dijo el Jefe de Estado.
Maduro explicó que la propuesta ha sido debatida en lo interno de la Asamblea Nacional Cosntituyente (ANC): "Yo estoy de acuerdo y me resteo con esa decisión. ¿Quieren elecciones? ¿Quieren adelanto de elecciones? Vamos a elecciones parlamentarias", pues.
En medio de la multitudinaria marcha del chavismo en la avenida Bolívar, del centro de Caracas, el Jefe de Estado llamó a la conformación de cabildos bolivarianos en todo el país "para consultarle al pueblo esa solución política, esa salida constitucional". "Me parece extraordinaria, democrática y libre", puntualizó.
De igual forma, indicó que el llamado a elecciones legislativas se puede hacer de manera consensuada con la oposición: "si ustedes quieren, nosotros queremos".
¿Por qué una "relegitimación"?
La propuesta de Maduro se produce varios días después de que el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, se autoproclamara mandatario "encargado" de Venezuela, tras recibir el espaldarazo de EE.UU. y algunos gobiernos de la región reunidos en el Grupo de Lima.
Desde 2016, el Parlamento venezolano -de mayoría opositora- se ha mantenido en situación irregular por el desacato a las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que ordenó la desincorporación de cuatro diputados por presunto fraude electoral. Esa situación impide que los actos de la Asamblea tengan validez, lo que ha aumentado las tensiones con el chavismo.
El "desacato" se ha prolongado por varios años e impedido que el Poder Legislativo funcione de manera normal. Entretanto, la oposición alega que no reconoce la autoridad del TSJ y denuncia que el objetivo del Gobierno ha sido quitarle facultades a la Asamblea.
Este sábado, la oposición también tomó las calles de la capital venezolana con una nutrida movilización en el este de la ciudad, que culminó con el discurso de Guaidó. Aunque no lo nombró directamente, Maduro rechazo la postura del parlamentario, quien ha asegurado que recibirá "ayuda humanitaria" de EE.UU. por un monto de 20 millones de dólares: "Venezuela no es un país de mendigos. Somos un país digno", dijo.
El mandatario venezolano también insistió en reunirse con los factores de la oposición para llegar a un acuerdo de "entendimiento", y adelantó dos puntos claves para poner sobre la mesa de negociación: la economía y la paz nacional.
En lo tocante a la economía, enfatizó que lo primero es derogar las medidas coercitivas unilaterales contra Caracas: "Que se acaben las sanciones y el robo de EE.UU. contra Venezuela", recalcó el mandatario, tras rechazar la postura de Washington, que el viernes pasado aseguró que en el país suramericano "no es momento para el diálogo".
"Esta semana intentaron confiscarnos Citgo, con la complicidad de la derecha venezolana. ¿Quién puede estar de acuerdo con eso?", se preguntó Maduro, quien adelantó que el país iniciará acciones legales en contra de EE.UU. para defender la propiedad sobre su filial petrolera.
Para Maduro, el problema de la posición férrea de EE.UU. contra Venezuela es que al presidente Donald Trump "lo tienen engañado" el Vicepresidente de ese país, Mike Pence; el secretario de Estado, Mike Pompeo; y el asesor de la Casa Blanca, John Bolton, a quienes señaló de ser "halcones" y de estar "obsesionados" con apoderarse de los recursos de la nación caribeña.