Diciembre 26, 2024

¡Socialdemócratas de Chile! ¡Uníos!

Así como no hay verdaderos liberales en el Chile del siglo XXI, sí hay, y muchos, socialdemócratas. Socialdemócratas desperdigados desde la DC hasta el PC y el Frente Amplio, pasando por el PPD, el PS y hasta el PR. Ellos podrían ser un gran obstáculo al extremismo de derecha que crece en Europa, en Iberoamérica y en Chile. 

 

 

En Chile los títulos, los nombres de los partidos políticos, llaman a engaño, sean cuales sean las intenciones de sus dirigentes.

 

En la derecha, Renovación Nacional no tiene nada de renovación y menos de nacional; la UDI, lo vemos en su reciente primera elección de directiva, no es unión, no es ni mucho menos demócrata ni es- válgame el demonio- in-de-pen-dien-te. Sus integrantes se agrupan en tendencias políticas internas, abominan de la democracia (se han declarado partidarios abiertos de la dictadura fascista y, a lo más, de la “democracia protegida” y dependen férreamente de los grandes grupos capitalistas). Hoy nuevamente ha quedado dirigida por quienes no usan máscaras.

 

La DC dejó de ser DC chilena a la salida de los comunitaristas (Gumucio, Silva Solar, Chonchol, Jerez, Sota, Bosco Parra) y de la muerte de Jaime Castillo Velasco, el filósofo de la vanguardia y es cada día más un partido centrista, ahora católico, volcado a la centro derecha, como en Alemania y otros países de Europa.

 

El PS dejó de ser socialista y está habitado por tendencias que privilegian su relación con la DC o con diversas corrientes social demócratas, rompiendo (¿para siempre?) con lo que fue su alianza privilegiada con el PC en los tiempos de Allende.

 

El PPD que, en un principio, fue un partido socialista-democrático y luego una fuerza progresista-libertaria, es hoy todo lo contrario a no se sabe qué.

 

El PC no es ya un partido comunista-leninista, ni un partido anticapitalista-socialista, sino, cada vez más, un partido socialdemócrata que propone reformas a las exageraciones del capitalismo chileno, pero con una dirección monolítica “que nunca se equivoca ni se equivocó”, como antaño.

 

Podemos decir que decés como Hormazábal (“No más AFP”) y el senador Huenchumilla, las jóvenes diputadas del PC y algunos dirigentes, una cierta izquierda callada del PPD, la tendencia socialista del PS, unos pocos radicales, y los liberales y pro Estado de Bienestar del Frente Amplio son todos SOCIALDEMÓCRATAS, esto es defienden la democracia y proponen reformas más o menos radicales (también muy cuidadosas) del capitalismo salvaje chileno.

 

¿Por qué no intentar aproximaciones entre estos socialdemócratas ahora que parecen fortalecerse los profascistas?

 

La reciente visita del vástago de Bolsonaro, el triunfo de la Van en la UDI, el desparpajo del facho Kast, la propuesta del gobierno sobre la migración y la negación fascistoide de que ella sea un derecho humano, el trato a los mapuches y a los trabajadores portuarios, etc.,etc., obliga a asumir tareas democráticas mayores e inéditas.

 

Desde estas páginas no nos sentimos identificados con los socialdemócratas chilenos, pero ellos pueden cumplir un importante rol en la democratización de Chile.

 

Nuestras banderas siguen siendo las del socialismo; una democracia política, social y económica, con un dominio diverso al del capital financiero actual y buscando concretar los anhelos humanos ya planteados en la Revolución Francesa y las grandes revoluciones del siglo XX.

 

Pero hay tareas para los reales socialdemócratas.

 

Ismael Llona

 

 

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