Diciembre 6, 2024

Puntillazos antes de Navidad

1. OBSERVADORES CATÓLICOS INCOMPETENTES

“Intelectuales” católicos chilenos no pueden entender cómo la Iglesia Católica de este país llegó a lo que llegó, y menos cómo se sale de este embrollo.

 

 

Les sugiero meditar en dos cuestiones, de muchas: – El que los sacerdotes viven en el mundo del pecado y del fácil perdón (atormentados por el infierno y al mismo tiempo salvados todas las semanas con la confesión), mundo donde, además, es más fácil caer si no se tienen ni de lejos “otros problemas” como los que tenemos todos los mortales: los del mundo de la incertidumbre material, los del mundo del trabajo y los del mundo de las familias, y – El que los sacerdotes católicos -no todos los sacerdotes- tienen “el poder” de intermediar nada menos que con Dios (especies de espíritus loas vudú), perdonar los pecados (los únicos) y convertir el vino en la sangre de Cristo (Dios) y el pan en su cuerpo (ningún otro mago se ha atribuido tal poder). Con ese poder ¿cómo resistirse a sus degenerados ataques?

 

2. CHOVINISMOS EN MALASIA

 

En Malasia, y a propósito de un juicio a dos chilenos (Candia y Osiadacz) por crimen con resultado de muerte de un trans o travesti malayo, han chocado los chovinismos malayo y chileno.

 

Malasia actúa como el nuevo rico del Sudeste Asiático. País “nuevo”, tiene un per cápita de 12 mil dólares en una región muy pobre (Vietnam tiene 3 mil y Camboya 1,5 mil) gatillado recién en los años 80 y 90. Es una monarquía constitucional, fue colonia británica y es un Estado independiente sólo desde 1963, hace 55 años. Tiene una legislación penal muy estricta. 38 personas fueron ahorcadas en 2017. Son 30 millones de habitantes en 300 mil km.2.

 

Chile ha enfrentado el caso no sólo para que en Malasia se cumpla el debido proceso y se respete la defensa de los inculpados (cuestión legítima y obligatoria) sino que parece haber partido de la “inocencia” de los dos chilenos, “jóvenes” (27 y 30 años, uno ingeniero y el otro chef) que habrían sido culpados sin fundamentos claros. Así ha operado el cónsul de Chile en Kuala Lumpur, el embajador en Malasia, el canciller Ampuero, y con ello el gobierno chileno. Nuestra prensa ha atacado al trans o travesti muerto – a pesar de que los dos chilenos inculpados se declararon culpables de “asesinato culposo” ( por negligencia, sin intención) y sostiene hasta hoy que el malayo atacó primero a los chilenos en su hotel.

 

Hoy la fiscalía malaya ha presentado una apelación para culpar a los jóvenes chilenos de más que un “asesinato culposo”. Y habrá que esperar sin transformar el juicio en una tensión chileno-malaya.

 

3. ¿PIÑERA VS. EL MERCURIO?

 

A comienzos de diciembre El Mercurio publicó que el Presidente de la República desafió en un discurso al diario (Sección “El Polígrafo”) a pillarlo citando falsas citas -como ha sido habitual en él- y como ha venido haciendo “el decano” dándole – como The Clinic – un tono festivo a los peligrosos dichos de la primera autoridad del país.

 

Pero que ese desafío presidencial volvió a dejar en ridículo a Piñera.

 

Dijo Piñera, según El Mercurio, pidiéndole al diario que chequeare sus palabras: “Cuando Pedro de Valdivia llegó a Chile le escribió una carta al rey de España en que le decía “que veía una cordillera majestuosa, de la cual bajaba un río trepidante que se perdía raudo hacia el mar…”

 

Pues bien, consultados por el diario expertos en el siglo XVI chileno-español, como Mario Orellana, Premio Nacional de Historia; Fernando Wilson, doctor en Historia, y María Gabriela Huidobro, decana de la Universidad Andrés Bello, se llegó a la conclusión, poco novedosa, de que nuevamente Piñera mentía porque nunca don Pedro de Valdivia había escrito algo así.

 

La Presidencia de la República, según El Mercurio, explicó que el Presidente no se había basado en algún texto histórico para su discurso sino en un artículo de su amigo el arquitecto Cristián Boza. Le echó la culpa a Boza.

 

No hay que reírse de estas salidas irresponsables del Presidente (incluso para El Mercurio). Eso lo alienta a continuar con ellas porque no se da cuenta de su gravedad.

 

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *