Diciembre 12, 2024

Black Cube, agencia privada israelí de espionaje contrata al ex director del Mossad

En medio de la inagotable carnicería de Netanyahu contra el despojado pueblo palestino en Gaza,la prensa de Israel se desbordó con la contratación de Ephraim Halevy (EH), anterior mandamás del Mossad (espionaje público de Israel), por la agencia israelí de espionaje privado Black Cube (http://bit.ly/2DgVUPe).

 

 

 

Black Cube ha sido apodada el Mossad privado que destila su legendaria hediondez en sus tres sedes de Tel-Aviv/Londres/París y fue expuesta de haber espiado a Obama, a su viceconsejero de Seguridad Nacional, el israelí-estadunidense Ben Rhodes, y a Colin Kahl, consejero de Seguridad Nacional del vicepresidente Joe Biden, con el fin de hurtar 6 mil millones de dólares de los depósitos iraníes en el mundo (http://bit.ly/2DgrBZ9). Según Haaretz,falló la operación.

 

 

Sus metástasis alcanzan a 70 países: desde Argentina hasta Rumania, donde dos de sus empleados israelíes fueron arrestados por intimidar al fiscal anticorrupción (http://bit.ly/2DeqUQ0). ¿Quién es el representante de Black Cube en México?

 

 

Nada detiene a Black Cube de investigar hasta el DNA de sus víctimas explotando sus vulnerabilidades. Lo más indecente radica en la ceguera deliberada de los países anfitriones donde operan en forma encubierta en paralelo y/o al unísono con los servicios de espionaje de sus huéspedes.

 

 

El ennegrecido Black Cube se ha consagrado a las tratativas inmundas de los bancos israelíes Discount Bank y Hapoalim (http://bit.ly/2PRvquh).

 

 

En mi artículo “Sexo-Escándalos Politizados: Israel, Mossad y Harvey Weinstein Controlan Hollywood (http://bit.ly/2A6ZfhM)”, expuse el incesto del ejército de espías contratados por el confeso sionista Harvey Weinstein donde se encuentran agentes del Mossad que forman parte de Black Cube, siniestra firma de espionaje privado (sic). Mencioné que Black Cube, fundada en 2010 por altos funcionarios del espionaje israelí, mantiene estrechos lazos con el gobierno de Israel y sus agencias de espionaje, donde destacaba Meir Dagan, anterior mandamás del Mossad.

 

 

El disoluto cineasta israelí de Hollywood, Harvey Weinstein,había contratado a Black Cube por 1.3 millones de dólares con el fin de suprimir los alegatos de que había violado y acosado a decenas de mujeres.

 

 

Black Cube ha sido descrita como “una rama casi privada del Mossad (http://bit.ly/2DgrTPu)” que buscaba descarrilar el acuerdo que había conseguido Obama con Irán.

 

 

A Sputnik no pasó inadvertida la impúdica contratación de EH, de 83 años y nacido en Londres, por Black Cube que también recluta espías de Shin Bet, espionaje interno, y Haman, espionaje militar (http://bit.ly/2PNUzX1).

 

 

Jorge Benítez (JB), del rotativo español El Mundo, afirma que los agentes de Black Cube fueron contratados por el catalán Puigdemont (http://bit.ly/2DdTLE5)

 

 

Y expone sus inmundicias en Madrid: “Sus clientes son grandes empresas, magnates y gobiernos. Pueden cobrar 4 por ciento del dinero recuperado en una operación y ha sido relacionada en asuntos de todo tipo, desde disputas empresariales (su mayor fuente de ingresos) hasta elecciones (sic): Black Cube es el Mossad SA.

 

 

Según Forbes, con datos de la consultora Gartner, el espionaje comercial mueve 80 mil millones de dólares en el mundo. Para ello Black Cube usa analistas con conocimientos en derecho, sicología y finanzas que trazan perfiles sicológicos de las personas que pueden tener información relacionada con el caso.

 

 

¿Utilizarán sus servicios los cárteles de la droga para su encarnizada competencia interna?

 

 

Según JB, Black Cube nunca trabajaría para un enemigo declarado de Israel como Irán,Iraq, Siria y Líbano (sic).

 

 

Siempre me ha llamado la atención la razón por la cual cierto tipo de entelequias esotéricas en Israel y Estados Unidos con avasallante poder usan el nombre black: BlackRock (mayor banco de inversiones del mundo), Blackstone (mayor firma de inversiones de capital privado/private equity), Blackwater (ejército privado de mercenarios del Pentágono), Black Cube, etcétera.

 

 

¿Será una mera coincidencia lingüística o una herética clave monástica digna de indagar por Umberto Eco en El Nombre de la Rosa?

 

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