El Gobierno de EU desplegará hasta 15 mil efectivos militares en la frontera sur con México para abordar el problema de la caravana de migrantes que se dirige al país, dijo el miércoles a periodistas el presidente Donald Trump . "En lo que se refiere a la caravana, nuestro Ejército está allí, tenemos alrededor de 5 mil, llegaremos hasta entre 10 y 15 mil efectivos militares además de la Patrulla Fronteriza, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y todos los demás en la frontera", dijo Trump.
Ya sean los más de 5 mil o 15 mil soldados que el presidente Donald Trump planea enviar a la frontera con México, éstos estarían limitados en sus acciones por una ley federal que impide al ejército realizar labores policiales en territorio estadounidense.
Eso significa que los efectivos no podrán detener a migrantes, confiscar drogas a narcotraficantes o participar directamente en operativos para detener a la caravana de migrantes centroamericanos, que actualmente avanza por México a unos 1.600 kilómetros (1.000 millas) del punto más cercano de la frontera estadounidense.
En vez de eso, su papel será bastante parecido al de los cerca de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional que han sido desplegados en la frontera en los últimos seis meses, con tareas como dar apoyo aéreo para misiones fronterizas, instalar barreras de concreto y reparar y dar mantenimiento a vehículos. El nuevo despliegue incluirá a policías militares, ingenieros de combate y helicópteros equipados con tecnología avanzada para ayudar a detectar personas de noche.
La extraordinaria operación militar se emprende una semana antes de la elección de medio período presidencial, y mientras Trump trata de capitalizar en las urnas los temores sobre la caravana y la inmigración. El martes, el mandatario reiteró sus advertencias extremas, y calificó a la caravana de migrantes que huyen de la violencia y la pobreza en Centroamérica de "invasión".
"¡Nuestras fuerzas armadas los están esperando!", tuiteó.
R. Gil Kerlikowske, comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza entre 2014 y 2017, dijo que el ejército no puede detener a los solicitantes de asilo que se presenten en los cruces fronterizos en busca de protección, y que los agentes de la Patrulla Fronteriza no han tenido problemas para arrestar a las personas que ingresan ilegalmente al país.
“Lo veo como una maniobra política y un desperdicio tanto de los recursos militares como del dinero de los contribuyentes”, dijo Kerlikowske, quien estuvo al frente de la agencia durante un elevado flujo de migrantes centroamericanos en 2014. “Creo que es un gran error utilizar a militares en activo y asignarlos a esas tareas. No creo que sea más que una complacencia del presidente de cara a las elecciones”.
Avanzando mayormente a pie, la caravana de unos 4.000 migrantes y otro grupo mucho más pequeño de cientos de personas están a semanas, o tal vez meses, de llegar a la frontera estadounidense. Miles de migrantes ya desistieron, han solicitado estatus de refugiado en México o han optado por regresar a casa en los autobuses que el gobierno mexicano les paga, y es probable que el grupo se reduzca aún más durante el resto de la ardua travesía.
Otra caravana más pequeña que viajó este año tenía solo unos 200 migrantes al llegar al cruce fronterizo de Tijuana-San Diego.
Y pese a la retórica subida de tono, el total de migrantes detenidos en la frontera es bastante más bajo que el de años previos. Agentes de la Patrulla Fronteriza realizaron solo un cuarto de los arrestos que hicieron en el 2000, el punto álgido de la inmigración ilegal, cuando la agencia tenía la mitad del personal que ahora tiene. El perfil de los migrantes también ha cambiado, de mayormente hombres mexicanos que viajan solos a familias centroamericanas con niños.
Los migrantes que lleguen a la frontera ahora verán una mayor cantidad de efectivos militares, aunque el trabajo de estos será mayormente de apoyo.
Eso se debe a que las fuerzas armadas están sujetas a la Ley Posse Comitatus, vigente desde el siglo XIX, que restringe su participación en actividades policiales. A menos que el Congreso lo autorice específicamente, el personal militar no puede tener contacto directo con los civiles, incluyendo migrantes, dijo Scott R. Anderson, del Instituto Brookings.
El general de la Fuerza Aérea Terrence O'Shaughnessy, jefe del Comando Norte de Estados Unidos, dijo el martes que se enviarán al menos 5.239 tropas a la frontera suroeste mientras el Pentágono trabaja para cumplir con los requerimientos del Departamento de Seguridad Nacional.
“Los 5.239 seguirán adelante y habrá fuerzas adicionales a los 5.239”, dijo y resaltó que la cifra “no es el máximo”.
Cuestionado sobre el uso de armas, O'Shaughnessy dijo que las tropas en activo han recibido instrucciones claras sobre el uso de fuerza y que habrá entrenamiento individual y por unidades para asegurarse de que sepan lo que pueden y no pueden hacer. Por lo general, los elementos del ejército estadounidense tienen autorización para utilizar la fuerza en defensa propia.
Sin embargo, los soldados desplegados estarán limitados a brindar apoyo similar a las funciones que realizan los efectivos de la Guardia Nacional que Trump ya ha enviado a la frontera.
Estos efectivos han realizado 1.500 horas de vuelo en Arizona desde que fueron desplegados a principios de año. También han reparado más de 1.000 vehículos de la Patrulla Fronteriza y realizado 1.000 horas de trabajo de almacén e inventario, de acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
En un caso, un grupo de agentes de la Patrulla Fronteriza que rastreaban narcotraficantes en agosto en el remoto desierto de Arizona llamaron a un helicóptero de la Guardia Nacional para que siguieran a los sospechosos y guiaran a los agentes en tierra hasta que los arrestaran. La operación terminó con varios arrestos y la confiscación de 211 kilos (465 libras) de marihuana.
O'Shaughnessy dijo que ya había alrededor de 1.000 soldados en Texas y que la cifra aumentará posiblemente antes del miércoles a por lo menos 1.800. Posteriormente se realizarán los despliegues en Arizona y California. Todos los elementos irán a bases de tránsito en cada entidad y hasta el momento no hay ninguno en la frontera, puntualizó.
No quedó claro por qué el gobierno había decidido enviar soldados en activo dado que podrán realizar pocas tareas de apoyo porque la Guardia Nacional ya está haciendo esto.
La Guardia Nacional de California se ha comprometido al despliegue de 400 elementos para la misión fronteriza del presidente hasta el 31 de marzo. Jerry Brown, el único gobernador demócrata en los cuatro estados limítrofes con México y un asiduo crítico de Trump, condicionó su respaldo a que las tropas no estén involucradas en la aplicación de leyes migratorias ni en la construcción de barreras fronterizas.
Brown dijo que las tropas de California ayudarían a combatir a las pandillas transnacionales así como al tráfico de drogas y armas.
En Nuevo México, 118 elementos de la Guardia hay ayudado en el mantenimiento y reparación de vehículos, operaciones de inspección de cargamentos, vigilancia y comunicaciones.
El gobernador de Texas Greg Abbott envió a 400 elementos a la frontera en abril. El mayor general John Nichols, responsable de la Guardia Fronteriza de Texas, dijo al Congreso en julio pasado que sus tropas desempeñaron “distintos papeles de apoyo”, incluyendo la conducción de vehículos, monitoreo de seguridad y funciones administrativas.