Diciembre 4, 2024

Mauricio Macri: “En este país no tenemos problemas de dólares, sino que nos sobran”

Si esta afirmación fuera cierta los dólares valdrían muy poco en virtud de la ley de la oferta y la demanda. La verdad es que el alza del precio del dólar favorece sólo a los millonarios, pues mientras más acumulan, más suben. Así sea evidente, los billetes no son otra cosa que papel, cuyo valor se lo asigna el país según su riqueza económica. En este caso,  el peso argentino hoy no vale nada, y en pocos días más habría que transportarlo en carreta – ocurría con el marco alemán antes de la segunda guerra mundial, o bien, el bolívar en la actualidad -.  

 

 

El cambio de pesos argentinos por dólares es un negocio redondo: si se compró hoy, 30 de agosto, a las 09:00 horas, valía 35 pesos por dólar, pero si realizó esta transacción a  la 15:45 horas, ya ha subido a 41 pesos cada dólar. Los ricos argentinos compran dos millones de dólares al mes – sume usted cuánto han ganado en un solo mes -.

 

En cuanto a los pobres, tal vez no se sientan motivados por el tema, pues no tienen dinero para adquirir dólares, sin embargo, esta corrida monetaria les hace un daño enorme, pues con el alza del dólar también sube el precio de los alimentos; además, la inflación, que actualmente está en un 37%, y la pérdida del poder de compra supera, fácilmente, el 30%.

 

La única gracia que tiene Macri es  tener un físico envidiable y, además, ser hijo de un personaje corrupto, enriquecido durante la dictadura militar, y de un primo, Ángel Calcaterra, otro pillo. Hoy, a las primeras horas de la mañana el Presidente pronunció un discurso de un minuto y medio de duración, en el cual garantizaba al pueblo que el presupuesto del FMI alcanzaría para financiar los presupuestos de 2018- 2019.

 

No es difícil de creer que el FMI tiene mucho dinero, pero sería una sorpresa que se lo regalara a Argentina, cuya fama es muy dudosa. Sobre este aspecto, el ministro de Hacienda aclaró que sólo estaban en tratativas y, de seguro, el Fondo Monetario Internacional duplicará las condiciones iniciales en el caso de enviar otra remesa de  los 50 millones de dólares convenidos.

 

La  gente podría ser tonta pero  no para tanto: el breve discurso de Macri sólo logró lanzar la corrida monetaria, que casi terminó siendo financiera.

 

La principal condición del FMI, muy razonable por cierto, es impedir que el gobierno de Macri gaste los 50 mil millones de dólares para evitar el alza del dólar, cuando gran parte de esta suma ha servido para este menester.

 

Al FMI poco le importa la devaluación del peso argentino, pues para esta entidad lo fundamental es el seguimiento de un plan económico de austeridad, que reduzca la burocracia fiscal, equilibre la balanza comercial de pagos y rebaje los salarios y las jubilaciones.

 

Argentina, hace un mes, tenía un riesgo país de 750 puntos; hoy, hacia las 16:00 horas, el riesgo país ha subido a 850 puntos, (se calcula el riesgo país según el valor del Bono de la FED; Chile, por ejemplo, tiene un riesgo país de 150 puntos, Brasil, 200 puntos). El interés que un país paga por la deuda es, por ejemplo, en caso de Chile, es de 1,5%; el de Brasil, 2%; el de Argentina, 8%. Las calificadores le ponen notas a los Bonos: Estados Unidos tiene triple AAA; Chile bajó de A+ a A-; Argentina tiene triple C; Todos los Bonos que tengan menos de B se les  llama “basura”, y está prohibido a los Fondos de Inversiones el incluirlos en sus Carteras.

 

A los países y/o empresas, que tienen un alto grado de corrupción les está vedado solicitar créditos en Bancos internacionales, o bien, ser incluidos en las Carteras de Fondos de Inversión.

 

Lo más probable es que Argentina caiga en default. Según las aseguradoras de Bonos, en un año hay un 5% de posibilidades de default; en 2 años, un 35% y, en tres años, un 45%.

Hay tres formas para evitar la devaluación del peso argentino: la primera, subir la tasa de interés – hace un mes estaba en 40% y hoy, a las 16 horas, en 60% -; la segunda dice relación con poner a la venta dólares de la reserva del Banco Central; la  tercera, ofrecer  letras del Banco Central en pesos, con un interés de un 40%. Esta hay última alternativa fracasó, pues a nadie  quiere  invertir en pesos, (estas letras, llamadas Libacs, y se vendieron el 29 de agosto, dejando millones de pesos que, ipso facto, fueron cambiados en dólares.

 

A Argentina le resta aún una solución: vender a China sus empresas y, a lo mejor, haciendas, es decir, que la economía se convierta en China  aunque el Presidente sea argentino – una especie de Hong Kong  -.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

30/08/2018 

 

               

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