Mayo 20, 2025

Ampuero y Rojas ¿mitómanos, casi paranoides? (iii)

Puede ser, si no son simplemente conversos o/y simplemente infiltrados.

La mitomanía llevada al extremo es una enfermedad que afecta a muchos en sociedades individualistas en que poco nos conocemos y en que es fácil mentir a otros y, no difícil, mentirse a sí mismos. Y produce mitomanías generalizadas y propias.

Entre los escritores suelen abundar.

 

 

Jorge Edwards se inventó que a su paso por Cuba como diplomático de la Unidad Popular, en 1970-71, para preparar la embajada y al embajador cuyo nombramiento el Senado dilataba para molestar al Presidente Allende, había sido declarado por Fidel Castro“persona non grata” y convenció a muchos y se convenció a sí mismo que eso había sido verdad. Así vende hasta hoy su libro “Persona no grata”. Cuando llegó a Cuba el verdadero Embajador, Juan Enrique Vega, Edwards, que continuó en la Cancillería chilena, fue enviado a París, por Almeyda, para trabajar con el Embajador de Chile en Francia, Pablo Neruda.

Nunca el Gobierno de la UP y Fidel Castro (que visitó Chile en 1971 también) tuvieron problemas diplomáticos, menos en 1971, cuando la oposición derechista de los Edwards afirmaba que Fidel Castro mandaba en Chile más que Allende.

Y a los escritores la mitomanía suele perdonárseles.

Son personajes de su imaginación, se dice, y ellos mismos pasan a ser, en la vida no real pero que ellos estiman real, personajes de su  propia inventiva.

No se dice pobrecitos, están enfermos, hay que meterlos en el Psiquiátrico; se dice, cuando algo se dice, son escritores y ellos lo afirman diciendo “son también cosas de mi imaginación” (Ampuero, al presentar su libro “Detrás del Muro”).

Creo que lo más probable es que Rojas, el ex Ministro de las Culturas de Piñera, sea un mitómano. Él afirma que, siendo un veinteañero universitario, se reunió en la clandestinidad con Miguel Enríquez, líder revolucionario del Mir, un par de veces (cosas que no hacían ni los militantes) y que había prestado su casa en el centro de Santiago para que se reuniera la dirección clandestina del Mir.

Dicen que en la universidad era de tendencia trotskista (no mirista) y se puede afirmar que el trotskismo en Chile era muy marginal e interesantemente atrayente y aventurero en un puñado de jóvenes. Rojas puede haber confundido, en la preparación de su mitómano personaje, el Mir con la Cuarta Internacional del líder ruso León Trotsky, asesinado cruelmente en México en 1940, sólo treinta años antes.

La frialdad casi inaudita con la que se enfrentó a su madre exiliada en Suecia, y antes presa y torturada en Villa Grimaldi, habla de un egocentrismo extremo y de una ambición desmedida de destacar.

Para TODOS los que conocimos a Ampuero entre los años sesenta e inicio de los noventa, el escritor y hoy Canciller de Piñera, fue un disciplinado militante comunista, luego mapu, marxista leninista por los cuatro costados, en Viña, en Valparaíso, en Santiago, en la RDA, en Cuba y de vuelta en Alemania. En Cuba, me consta, y en la RDA, gozó de la hospitalidad y, más, de la publicación de sus textos y libros sin problemas, gracias además a sus contactos familiares y personales con destacadas figuras de esos países comunistas.

NADIE conoció en la RDA o en Cuba posiciones críticas ni menos partidarias del autoexilio del que escribió más tarde “Nuestros años verde olivo” y “Detrás del muro”. NADIE. Su último viaje de Cuba a la RDA fue de un país comunista a otro país comunista, donde estudió marxismo de manera más profunda y se preparó para volver a Chile, cosa que nunca hizo mientras aquí estuvo Pinochet.

Sostengo que en sus dos libros más políticos el personaje de Ampuero nunca existió en la realidad, y es sólo producto de su mitomanía, mitomanía que, además, ha ofendido pueblos y sistemas a los que dijo querer, fue protegido, escribió y fue premiado, formó familias y tuvo hijos; pueblos y sistemas a los que rapiñó y depredó, partidos de izquierda y personas (transformadas en personajes en sus libros) a los que calumnió e injurió y sigue haciéndolo. Allí están en venta sus libros de mitómano.

Ampuero es converso desde 1990 porque en EEUU y aquí los conversos, más aún si son escritores (“intelectuales” se les llama) son muy bienvenidos y bien tratados por la casta en el poder y los gobiernos de derecha, provincianos e ignorantes. ¿Conoce Ud. a algún escritor de derecha chileno además de estos dos “intelectuales”? ¿Algún miembro de la comunidad de la cultura y las artes?

 

“La mitomanía es un trastorno del control de impulsos, las mentiras del mitómano tienden a inflar el ego y el sujeto termina por creerse lo que él ha inventado de sí mismo”.

“La mitomanía, también llamada “pseudología fantástica”, es una patología mental y una perturbación de la personalidad en la cual se desarrolla una manía o costumbre incontrolada de mentir. La mitomanía es una compulsión en la que un individuo miente repetitivamente para conseguir beneficios inmediatos como llamar la atención, evitar confrontaciones o generar admiración. Con la mitomanía el mitómano evita realidades que él puede percibir bochornosas y avergonzantes”

“Las personas no mitómanas suelen desconfiar de los mitómanos y eso hace que el mitómano no pueda mantener relaciones de amistad, de familia, de amor o laborales estables y normales”.

“La mitomanía empuja hacia una personalidad de carácter más bien paranoide. El mitómano desfigura con la mentira la idea que tiene de sí mismo”

“El mitómano llega a creerse realmente su propia historia y se establece una gran distancia entre la imagen que tiene la persona de sí misma y la imagen real”.

 

¿No le suenan estas afirmaciones científicas y médicas con las personalidades de los dos pájaros que estamos analizando?

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