Diciembre 2, 2024

El factor común que distingue a delincuentes y autoridades

El nuevo estilo de la “democracia protegida” cuenta con gobernantes, jueces y legisladores que creen –al igual que los criminales- estar inmunes al veredicto de la Historia, a la moralidad de leyes justas y a las sanciones de la sociedad.

En la interesante biografía novelada escrita por John Pearson, “The profession of Violence; the Rise and Fall of the Kray twins”, en su versión cinematográfica, hay unas líneas que podrían explicar el panorama de corruptelas y cinismos que empapan Chile actualmente.  “Los aristócratas y los gánsters  tienen mucho en común. Ambos son egoístas, se aburren con facilidad y tienen acceso a mucho dinero que no tuvieron que ganarse de manera honesta. Principalmente, a ninguno de ellos les interesa respetar las reglas burguesas ni la moral”.

A esas líneas podría añadirse un par más; algo así como “y tampoco les preocupa la posible opinión de la gente, pues manejan a voluntad las leyes y la prensa”. Sin embargo, necesariamente –en el caso chileno- habría que cambiar el concepto ‘aristócratas’ por el de  “mega empresarios”, y  ‘gánsters’ por “la canalla dorada” (como llamó Arturo Alessandri a los habitantes del Congreso Nacional).

El actual sistema político-económico es una democracia protegida, o “de los acuerdos”, donde finalmente se han impuesto liderazgos que demuestran una falta de respeto por el estado de derecho, y que ciertamente no aceptan una verdadera libertad de prensa. Esos liderazgos, para imponer sus opiniones,  utilizan la propaganda a través de los medios que ellos (o sus patrones) controlan, y están dispuestos a usar la mentira, el engaño, la traición y la fuerza para obtener lo que quieren. En resumen, centralizan toda la autoridad y no toleran la disidencia.

Los últimos eventos políticos acaecidos en Chile son una clara muestra de lo comentado líneas atrás. Las famosas “instituciones que funcionan”  forman vivaz parte de estos intríngulis que, respecto de la verdadera democracia, replican el viejo dicho español: “los cuidados del sacristán mataron al señor cura”.  ¿Ejemplos de lo dicho? La Justicia, el Legislativo, el Servicio de Impuestos Internos (SII)… ¿pruebas al canto? Veamos algunas.

Luego de la saga de escándalos, delitos e inmoralidades desglosados de los conocidos casos SQM, PENTA, CAVAL y otros, el diputado (PS) Leonardo Soto presentó una propuesta en la Cámara para legislar respecto de sanciones a parlamentarios, políticos, empresarios y funcionarios públicos si faltan a la probidad. Se activó luego la comisión mixta para tratar el tema. Luego de la última sesión de la comisión citada, el senador Felipe Harboe, campante y orondo, publicó en su cuenta twitter la siguiente información:

<< Saliendo de comisión mixta. Buena discusión y avance con mayores sanciones a delitos contra la probidad. Falta aún para su despacho>>

Para un lector desavisado lo anterior simulaba ser un positivo paso en beneficio de la transparencia, la honestidad y la defensa a la probidad administrativa. Sin embargo, el senador Harboe estaba lanzando fuegos de artificio con el propósito de sembrar la falacia respecto a que los parlamentarios realizaban un trabajo serio en beneficio de la sociedad civil.

La réplica fue instantánea. El ex fiscal Carlos Gajardo le desmintió en esa misma cuenta de twitter: <<No es así Senador. Con las modificaciones que se aprobaron el mamarracho ocurrido en Caso Penta puede repetirse. Se rechazó crear delito de cohecho sin contraprestación. Con esta nueva ley un Ministro o Parlamentario podrá recibir dinero de empresa y eso no será delito"

El senador Harboe, quien años ha ya había sido calificado como ”sheriff” que cuidaba los bienes de los “rancheros” del duopolio, debió soportar otros tuits aún más duros.

<<Senador, ¿por qué rechazó inhabilitar de manera perpetua para cargos públicos a quienes cometan el delito de cohecho? ¿No le parece que queda incompleto (aquello de) sanciones contra la probidad? ¿No le parece que usted queda como un cínico al publicar esto, después de haber votado en contra de la propuesta del diputado Soto? Una vergüenza, senador. El duopolio en acción senador Harboe: “hagamos como que aumentan los castigos". Su autocomplacencia es irritante>>

Por su parte, otro senador, Andrés Allamand, creyó oportuno salir en defensa de lo acordado en la mentada sesión de la comisión mixta, pero también recibió rápida e irrebatible respuesta por parte de cibernautas que son abogados (o saben mucho de leyes), como es el caso del ex fiscal Gajardo: <<El senador Allamand señala que para sancionar el cohecho sin contraprestación basta el delito de enriquecimiento ilícito. Senador, ese delito tiene en nuestra ley una pena de CERO días de cárcel. Sólo multas e inhabilidades. Lamentable que los senadores estén tan mal asesorados>>  El ex fiscal cerró sus opiniones con este duro comentario: <Chile está girando en dirección contraria a lo que se ve en el mundo en temas de corrupción>.

Lamentablemente, señor Gajardo, es posible asegurar que los senadores no están mal asesorados, por el contrario, cuentan con excelentes asesorías de sus mandantes, las mega empresas para quienes realmente legislan, como ha quedado en evidencia a través de los casos delictuales recientes (PENTA; SQM, etc.). Lo que está sucediendo es que gracias a las redes sociales y a la prensa independiente (en particular aquella que navega vía internet), ahora se sabe cómo se tramitan y ejecutan las leyes, pues resulta ya de conocimiento público que desde las oficinas de abogados de grandes empresas se envían correos electrónicos a parlamentarios y ministros para que prohíjen y aprueben las indicaciones que interesan y privilegian al mega empresariado. 

Otra ‘perlita’ sucedió en el caso PENTA, ya que fiscalía y el tribunal concluyeron lamentablemente que tener acciones en una empresa no constituye conflicto de interés para ministros, subsecretarios y similares; designar en cargos públicos de alta valía a familiares no es nepotismo ; recibir dinero por parte de empresas para legislar y gobernar en su exclusivo beneficio no es cohecho; ser ministro de salud y tener acciones en un empresa (SONDA) que presta servicios precisamente en recintos vinculados al ministerio mismo, tampoco constituye conflictos de interés.

Y así suma y sigue, como lo explicitó el periodista Rafael Cavada al asegurar: “La justicia excluyó a los querellantes del caso PENTA. La fiscalía llegó a acuerdo con la defensa. Se abandona la tesis del cohecho. Hoy nos graduamos con honores de país corrupto, bananero y descarado. ¡¡Que vergüenza!! >>

 

Mientras en el poder legislativo y en el judicial acaecen cuestiones como las relatadas, en otra de las instituciones ‘que funcionan’, el Servicio de Impuestos Internos (SII), ocurren también ‘cocinazos’ como el siguiente.  

Sebastián Piñera compró Tantauco en Chiloé a través de una de las tantas sociedades off shore existentes en Panamá, país que oficialmente Chile ha considerado desde hace años como ‘paraíso fiscal’.  Entre gallos y medianoche, sin traspaso de mando al ministro del interior en ceremonia oficial, el domingo 8 de julio –sin prensa y sin haber informado al Congreso- Piñera efectuó visita relámpago a Panamá y Estados Unidos.  Extraña y sospechosamente, el  día miércoles 4 de julio –cuatro días antes del viaje- el SII eliminó de su lista a Panamá como país de baja tributación. Todo hecho a oscuras, a escondidas, detrás de la puerta. ¿Por qué?

Es el nuevo estilo de la “democracia protegida”, la que cuenta con gobernantes, jueces y legisladores que creen estar inmunes al veredicto de la Historia, de leyes justas y de las sanciones de la sociedad. Se trata de liderazgos que dicen ser respetuosos de las libertades fundamentales, pero incentivan que la entrega de informaciones se haga mediante las opiniones manifestadas por muchos participantes en programas de farándula, como es el caso de los ya inaceptables matinales de la televisión abierta. Esa es exactamente la “libertad de prensa y de opinión” que aman estas autoridades.

En esta peculiar ‘democracia’, donde aristócratas y delincuentes parecen estar unidos por un factor común (cual es actuar a escondidas del público, contra los intereses del público pero explotando al público), existe también una manifestación del antiguo fascismo racista y clasista, cual es encontrar un chivo expiatorio para responsabilizar a otros por los fracasos propios, como es el culpar a los extranjeros de ser causantes de los males del país, lo cual  tampoco forma parte de una auténtica democracia.

 

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