Diciembre 7, 2024

Especialistas advierten del aumento de casos de depresión en Chile

 

No tengo ganas de hacer nada”; “no soporto esta desesperación y angustia”; “me siento cansado todo el tiempo y no me quiero levantar de la cama”; “a nadie le importo, no quiero seguir viviendo”; “no tengo ganas de comer ni menos de ver a nadie”; “estoy con ‘depre’ y tengo ganas de mandar todo a la punta del cerro”…

 

 

 

¿Le suenan conocidas estas frases? Es cierto que todas las personas, en más de algún momento de sus vidas, ha sentido melancolía o tristeza, ya sea por la pérdida de un ser querido, una ruptura amorosa, un despido laboral, o por problemas familiares o en sus relaciones sociales. Se entiende que son sentimientos normales, que pueden desaparecer en cuantas semanas y que tienen poca significancia en la vida de las personas.

 

Sin embargo, cuando ese estado de ánimo es prolongado en el tiempo, y comienza a afectar en las relaciones y en el desenvolvimiento de las personas, se convierte en una enfermedad llamada depresión.

 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad más de 300 millones de personas de todo el mundo padecen de este trastorno, y ha estimado, que entre 2005 y 2015, el número de casos se incrementó en más de un 18%. En la actualidad, uno de cada cinco chilenos sufre de depresión.

 

 

 

Múltiples factores

 

Una de las principales características de la depresión es que puede ser ocasionada por múltiples causas, ya que entran en juego varios factores como genéticos, biológicos o ambientales.

 

Por un lado, los especialistas sostienen que suele afectar a más de miembro de una misma familia, por lo que se podría hablar de una predisposición biológica a este trastorno. También puede ser provocada por una mezcla de genes heredados de los padres que contribuyen a que unas personas sean más emocionales que otras.

 

De acuerdo al director de Chilepsicologos.cl, José Luis Rioseco, son estos mismos factores los que hacen que el género femenino sea más propenso a adquirir algunas enfermedades. “Por ejemplo, está comprobado que la prevalencia de esta enfermedad es dos veces mayor en mujeres que en hombres, sobre todo con temas relacionados con el embarazo y variaciones hormonales. En este caso, aparece el trastorno conocido como depresión posparto, especifica. 

 

En cuanto a los factores ambientales o eventos externos que pueden determinar en la prevalencia de la depresión, el especialista destaca los altos niveles de estrés y ansiedad; la escasa red social o la pérdida de seres queridos; las dificultades económicas, o si la persona se encuentra en una situación dependencia de alcohol o drogas.

 

Además, las situaciones de violencia familiar, el abuso sexual, la separación de los padres, el bullying o el acoso escolar y, en especial, en todas aquellas situaciones en que la persona se sienta desprotegida, aislada y vulnerable, son otros importantes hechos que pueden ocasionar depresión, afirma.

 

 

 

De buen pronóstico

 

Con respecto a cómo identificar una depresión, Rioseco destaca que existen ciertas señales o “alertas” que son muy importantes a la hora de consultar con un especialista.

 

“Quienes padecen de este trastorno suelen mostrar fatiga, cansancio mala digestión, pérdida de peso, mareos o preocupaciones excesivas, así como también sentimientos de frustración, baja autoestima, tristeza, culpabilidad o llanto frecuente. Lo más grave es que, en algunas ocasiones, la desesperación es tan profunda que las personas pueden pensar en suicidarse”, asegura de manera categórica.

 

 

 

Es cierto que la depresión puede afectar otros aspectos en la calidad de vida, como en las relaciones sociales o familiares, en el trabajo, la universidad o la escuela. Sin embargo, con un buen tratamiento, la gran mayoría de las personas logran superarla y llevar una vida completamente saludable.

 

 

 

Su diagnóstico debe ser realizado por un especialista, ya que será él quien cuente con la capacidad para detectar y diferenciar los factores y síntomas que puede presentar un paciente.

 

Además, es sumamente importante que la persona siga al pie de la letra el tratamiento y las indicaciones que le dice el especialista. El no hacerlo, podría implicar otras consecuencias como riesgos de recaídas.

 

“Dependiendo de cada paciente, el tratamiento puede ser farmacológico o sicológico, el que puede ser acompañado por otras terapias complementarias, además de ejercicios físicos o técnicas de relajación. Todo eso se debe implementar de manera combinada y que de a poco contribuya a mejorar en la conducta y calidad de vida de las personas”, concluye el especialista. 

 

 

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