Diciembre 5, 2024

1947: La iglesia católica contra el progresismo demócrata cristiano

Hace 70 años, igual que hoy, la derecha chilena de fuera y dentro de la DC (en ese entonces Falange Nacional) se lanzó contra el progresismo demócrata acusándolo de pro-comunista. Para ello recurrió a la jerarquía de La Iglesia Católica que era presidida por el primer Cardenal chileno, José María Caro Rodríguez.

 

 

El actual centro de la DC, que podría pensar en un acercamiento a la izquierda que debe surgir, debe saber que, en los inicios de la DC, la derecha chilena, derrotada en 1938 por el Frente Popular, arremetió con todo contra la Falange, no dirigida por izquierdistas sino por Leighton, Frei Montalva y Radomiro Tomic, y lo hizo con los mismos argumentos que hoy se esgrimen contra Huenchumilla, Ximena Rincón y el diputado Víctor Torres: la acusación de ser procomunistas.

 

La corriente que está hoy abandonando la DC por la derecha hace hincapié en culpar a su dirección de “acercamiento al comunismo” y de contradecir con ello “los principios” y “la permanente historia de centro y camino propio”, distante del PC, que la DC habría tenido desde su fundación.

Veamos.

En los años 40 la derecha, los social cristianos anticomunistas y el Cardenal Caro, tras cuyos hábitos se cobijaron muchos, prefirieron el nazismo, el fascismo, el franquismo, como hoy Gute, Mariana Aylwin y Soledad Alvear prefieren evidentemente al neoliberalismo y Piñera por sobre el suave reformismo de Bachelet (“duro” para la derecha).

Para muestra este botón de concheperla.

 

“Enemigos de Cristo”

 

En noviembre de 1947 se produjo un debate público entre la Falange Nacional (en 1945 presidida por Frei Montalva y en 1946 por Bernardo Leighton) y el Obispo Auxiliar de Santiago, Monseñor Augusto Salinas, quien había publicado una diatriba anti-DC titulada nada menos que “Enemigos de Cristo”. La razón: la Falange no se sumó a la política anticomunista del traidor Gabriel González Videla, electo Presidente en 1946, un año antes.

No sólo eso.

En diciembre del mismo año 1947 el propio Cardenal José María Caro -primer cardenal primado de Chile- publicó una declaración pública (del tamaño de una página de El Mercurio) abiertamente anti DC por sus posturas claramente pro comunistas, según el primer Cardenal chileno.

¿Qué dijo el santo varón, candidato a santo, primer chileno que eligió Papa?

Textual:

 

“Los Dirigentes Falangistas han oído que hemos mirado anteriormente con simpatía su Partido y su movimiento de renovación cristiana y algunos de ellos también nos han oído que no hemos sido nosotros los que hemos cambiado de rumbos sino ellos, para dar lugar a la distancia que en nuestro sentir cristiano nos separa, y brevemente explicaremos las causas:

 

“La más dolorosa ha sido para nosotros el interés con que la Falange cooperó a que se restablecieran las relaciones diplomáticas con Rusia…Quiera Dios que sólo hubieran sido los imaginados bienes económicos que se esperaba recibir de Rusia el móvil de tan extraña

actitud de católicos…Pero no puede menos que llamar la atención

el consorcio casi constante con los Comunistas, de preferencia, ojalá nos equivocáramos, a los demás partidos.

“Hemos oído de dirigentes aislados algunas razones: una de ellas que los comunistas van en camino de cumplir mejor las enseñanzas sociales de los Papas, el mejor reparto de las riquezas, la mejor condición general de los obreros, etc…Pero, sea de ello lo que fuere, ¿puede pensar un cristiano sincero que es mayor mal quebrantar un mandamiento, el de la justicia social, que quebrantarlos todos, haciendo esfuerzos por borrar del mundo a Dios mismo con todas sus santas leyes?”

 

“La Falange ha declarado ser contraria al Comunismo y al Anticomunismo. Como esta palabra significa oposición al Comunismo, y siendo el Comunismo totalmente contrario al Cristianismo, la Santa Iglesia no ha podido dejar de ser totalmente anticomunista, y por lo mismo no puede menos de sorprender al Católico la oposición de Católicos a una cosa que totalmente es y no puede menos de ser propia de la Iglesia”.

 

“Otra cosa en que la Falange manifiesta un criterio disonante de la Jerarquía, no solo de la de Chile sino de la del Papa y de todo el Episcopado del mundo, que piensa como Ël y en Él, es la cuestión española.

“No necesitamos entrar en detalles. Nos basta saber que en ella (España)estuvo de un lado la actuación de un Gobierno ilegítimo en su origen y el ejercicio del poder (La República), empleado en destruir la religión del pueblo español, quemando sus iglesias y colegios, matando Obispos, saqueando los templos y asesinando Sacerdotes, Religiosos y fieles por miles y centenares de miles, y por otro lado la defensa de la libertad civil y religiosa y del patrimonio que por siglos había formado la civilización cristiana. Pues bien, no sabemos que si por amor a la democracia, que dicen exterminada por el que libró a España de la destrucción, o por amor al Comunismo, los Falangistas se han mostrado disonantes del sentir cristiano del Papa y del Episcopado mundial manifestando más bien simpatías por los vencidos”.

 

Y en una de las partes conclusivas de su documento el Cardenal Caro afirma, como hoy lo hacen Mariana, Alvear y Gute:

 

“No extrañemos, por tanto, que caballeros y jóvenes de profundo sentir cristiano, al ver la actitud de la Falange, se hayan retirado de ella”.

 

Firmó:JOSÉ MARÍA CARO, Cardenal Primado de Chile y Arzobispo de Santiago.

 

En 1947, cuando la diatriba de Caro contra la DC, Frei tenía 36 años; Tomic, 33, y el “viejo” Leighton, 38; la Falange tenía diez años y sentaba las bases de lo que es hoy el partido que preside la periodista Myriam Verdugo, viuda del sindicalista Manuel Bustos.

Los falangistas no habían votado, en 1938, por los conservadores contra Pedro Aguirre Cerda y sus comunistas, y habían gobernado con Juan Antonio Ríos, apoyado por los comunistas. En 1946 habían condenado la llamada “Masacre de la Plaza Bulnes” y se habían retirado del gobierno de Duhalde, que la ejecutó.

En 1948, poco después de la diatriba eclesiástica, La Falange fue el único partido que se opuso, como tal, a la ley anticomunista de Gabriel González Videla, la llamada “Ley de Defensa de la Democracia”.

 

En esos años los comunistas chilenos no sólo se declaraban comunistas, como hoy. La izquierda chilena era mucho más izquierdista que la de hoy y el mundo del PC estaba en plenitud. Existía la URSS y allí gobernaba nada menos que Stalin. El PC de Chile era parte de la Tercera Internacional creada por Lenin.

 

El Cardenal Caro y el Gute, momios de siempre.

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