Diciembre 14, 2024

A 200 años ¿Es usted marxista? Sí, lo soy. (2)

El pensamiento de Marx ha sido -por momentos escolarizado  en cápsulas, codificado y beatificado, como otros- el pensamiento más relevante sobre la Tierra durante el último siglo y medio y, a pesar de haber sido perseguido a muerte universalmente y de haberse congelado en “academias de ciencia”, se enraizó con el pensamiento humano occidental y oriental de tal forma que no tendrá desapego y que no tiene parangón en ningún otro fenómeno histórico.

 

 

Los Buda, Confucio, Sócrates, Platón, Aristóteles, Moisés, Jesucristo, Mahoma, Tomás de Aquino, Descartes, Kant, Heidegger, Freud, Nietzsche, los grandes pensadores hindúes, incluso Mao, han visto su pensamiento severamente limitado por su ubicación en el planeta y su particular cultura.

Marx, en cambio, es fuente principal de pensamiento y acción en todo el planeta, en los países nórdicos de Europa, en el centro y sur de ese continente, en el África negra y en los países del Sahara, en toda Asia, en Rusia y China y en todos los pueblos de América.

Fluye el marxismo, el neomarxismo, la filosofía de la praxis, el pensamiento crítico, en los pueblos y culturas más disímiles de la Tierra.

El marxismo, siendo la teoría -por algunos, según ellos, tomada como bandera y aplicada- más útil para estudiar la historia social y sobre todo el capitalismo en el que vive la mayor parte de la humanidad, es sobretodo la que mejor empuja el necesario esfuerzo humano para avanzar en lo más importante para la especie: su mejoramiento, con mayores niveles de respeto, de dignidad, de justicia, de libertad integral, de superación humana.

 

Pero el marxismo de Marx no es un dogma. Temas profundos parecen necesarios de reestudiar y profundizar.

Parece necesaria una consideración mayor de la superestructura ideológica, de la voluntad humana y de la política en relación a la infraestructura económica.

La revisión de una visión lineal del progreso humano, que en el siglo XIX y principios del XX se creyó siempre progresivo, no zigzagueante y nunca regresivo.

El cuestionamiento a que el socialismo resultaría como una inevitable antítesis al capitalismo burgués en los países más desarrollados, cuando al menos las derrotas estatales y militares de la burguesía y su debilitamiento parcial se han producido en países de escaso desarrollo capitalista como Rusia (desde 1917 a 1990), la China de Mao, Vietnam y la Cuba de Fidel.

La debilidad en el estudio de la fuerza real de los trabajadores y todas las capas subalternas al capítal financiero en el mundo post derrumbe del “comunismo real” y del quebrajamiento de los estados nacionales en este siglo XXI.

La necesidad de profundizar la teoría necesaria, en manos de intelectuales socialistas, para cooperar en la transformación de la democracia burguesa hacia una plena democracia socialista sin pasar por imposiciones dictatoriales de ninguna clase.

Un fantasma sigue recorriendo el planeta.

Conceptos como “crisis cíclicas del capitalismo”, “ejército de reserva”, monopolios, globalización, materialismo histórico, materialismo dialéctico, fuerza de trabajo, división del trabajo, lucha de clases,“clase en sí y para sí”, dictadura de la burguesía, dictadura del proletariado, alienación en el capitalismo, opio del pueblo, hegemonía, sociedad civil, superestructura e infraestructura, socialismo, comunismo, teoría de la praxis y teoría crítica provienen del marxismo y se han hecho universales.

Ninguna persona culta, ningún político preparado, ningún historiador, sociólogo, antropólogo o filósofo puede prescindir de ellos.

A 200 años ¿me siento marxista? Me siento bien al decir que sí, me siento y creo que lo soy.

                                                                         

Citas:

 

“Este cambio continuo de los modos de producción, este incesante derrumbamiento de todo el sistema social, esta agitación y esta inseguridad perpetuas distinguen a la época burguesa de todas las anteriores”.

“Impulsada por la necesidad de mercados siempre nuevos, la burguesía invade el mundo entero. Necesita penetrar por todas partes, establecerse en todos los sitios, crear por doquier medios de comunicación”.

( Marx y Engel, “El Manifiesto Comunista”, 1847, hace 170 años)

 

“Querida mía:

Te veo, siento, toda delante de mí. Como de carne y hueso…El falso y vacío mundo se forma una idea superficial y equivocada de las personas. ¿Quién entre mis numerosos calumniadores y maldicientes enemigos me ha reprochado alguna vez valer para el papel de primer galán en cualquier teatro de segunda categoría? Pero es que soy así. Si esos canallas tuvieran siquiera una gota de sentido del humor habrían garrapateado en el anverso “relaciones de producción y cambio” y en el reverso haberme dibujado postrado a tus píes. Mire este dibujo y el otro, rezaría la inscripción. Pero los canallas son tontos y seguirán siendo necios per secula seculorum”.

( Carlos Marx, Carta a Jenny von Westphalen, 21 de junio de 1856)

 

 

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